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Rodrigo de Esteban: “La administración tiene que actuar si el cambio a una movilidad sostenible no se produce de forma natural”

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“No podemos mirar el concepto de movilidad sostenible desde un único punto de vista. Hay que hacerlo desde el medioambiental, el económico y, también, el social. La movilidad es cara y hay que dar alternativas porque si no hay capas de la sociedad que se quedarán atrás”. Así de tajante se mostró Gregorio Serrano, senior advisor de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada de EY España en el foro que celebró este viernes infoLibre con el patrocinio de Acciona con el objetivo de analizar la movilidad sostenible en las ciudades. Celebró que las administraciones, por ejemplo, limiten el acceso de vehículos a determinadas zonas de las grandes ciudades, pero alertó de que eso, si no se tienen en cuenta las desigualdades sociales, puede dejar a gente fuera.

El foro de debate se celebró en Taller de Ideas, sede audiovisual de infoLibre, y contó también con la presencia de Rodrigo de Esteban, responsable de Estrategia y Relaciones Institucionales de Movilidad de Acciona; May López Díaz, directora de Desarrollo de la Plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible; y Rosa Arce, directora del Centro de Investigación del Transporte – TRANSyT y profesora titular de transportes de la Universidad Politécnica de Madrid. Estuvo moderado por el director de infoLibre, Daniel Basteiro.

El transporte representa una tercera parte del consumo de energía de las ciudades y, según las previsiones de la Agencia Internacional de las Energías Renovables, podría alcanzar el 50% en el año 2030. Si a eso se le suma que más de la mitad de las emisiones contaminantes proceden de zonas metropolitanas, las grandes urbes están obligadas a acelerar la transformación inmediata hacia un hábitat descarbonizado. Ciudades como Madrid o Barcelona están siendo los mejores laboratorios de ideas encaminadas a paliar los efectos adversos del cambio climático primando, por ejemplo, el uso de medios alimentados exclusivamente por fuentes renovables o promocionando el vehículo eléctrico compartido, sin descuidar alternativas de transporte colectivo.

Esta fue la gran apuesta de los ponentes, que resaltaron sin embargo que, si el transporte público no es de calidad, la movilidad sostenible se resiente. A este respecto, López Díaz cree que “durante la pandemia no lo hemos cuidado por el miedo al contagio”. “Hay que cuidarlo y buscarle soluciones, porque lo vamos a necesitar”, dijo.

Pirámide de movilidad

Aun así, coincidieron todos, el transporte público no es el prioritario en la denominada “pirámide de movilidad”, el esquema que, de manera similar a la pirámide alimenticia, prioriza los modos de moverse menos contaminantes y descarta, casi en su totalidad, los más peligrosos para el medio ambiente. “Primero tiene que primar el peatón, seguido de la micromovilidad, el transporte público y el transporte compartido. La última opción para moverse en las ciudades siempre tiene que ser el vehículo privado”, apuntó López Díaz.

Sus compañeros compartieron el diagnóstico. Sin embargo, resaltaron que, para quienes tienen normalizada la importancia de transitar hacia una movilidad sostenible, es más sencillo que para el común de la población. Así lo destacó Arce, que lamentó que uno de los grandes retos es la falta de concienciación social. “Quedan muchas barreras, pero tenemos que cambiar nuestra manera de comprar, nuestra manera de viajar… E insistir en ello”, dijo la directora de TRANSyT.

En cualquier caso, añadió De Esteban en esta misma línea, si la concienciación no llega sola habrá que fomentarla. ¿Cómo? Mediante fórmulas para incentivar la libre prestación con garantías (calidad y seguridad, pero ejemplo) en contraposición con otros modelos que se están ensayando. El responsable de Estrategia y Relaciones Institucionales de Movilidad de Acciona destacó que “la administración tiene que actuar si el cambio de tendencia no se produce de manera natural a la velocidad que requiere”. “El papel de lo público es clave”, añadió López Díaz, que destacó la “revolución” que ha habido en los últimos años “en lo que a legislación sostenible se refiere”.

Y en un año, ¿qué?

Todos fueron optimistas. No creen que de aquí a un año no haya avances en el terreno de la movilidad sostenible. Según López Díaz, de hecho, “ya hay resultados”. “Ahora mismo, no todo el mundo está pensando en comprar un vehículo”, y eso es positivo, resaltó. Y es que como recordó Serrano, “las ciudades consumen el 75% de las energías que producen y emiten el 80% de los gases de efecto invernadero”.

“Los cambios se están produciendo a muchísima velocidad. Yo creo que de aquí a un año, por ejemplo, veremos en las carreteras muchos más vehículos eléctricos, pero para eso hay que avanzar en las fuentes de recarga”, destacó. De Esteban coincide con él. “Habrá un sector más electrificado, vehículos más eficientes en cuanto a capacidad de recarga y prestaciones, un sector de la movilidad más digitalizado y conectado con su entorno”, celebró.

Para todo ello, recordaron, serán vitales los fondos europeos. Como publicó infoLibre, la bautizada como Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada concentra gran parte de la primera fase de las inversiones del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con 13.200 millones de euros. El plan se articula en 212 medidas, de las que 110 son inversiones y 102 son reformas.

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