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Estados Unidos

Obama no evita la reducción de gasto de 85.000 millones

Barack Obama

Infolibre

La economía de Estados Unidos de nuevo se encuentra al borde del caos. La Casa Blanca y el Congreso han sido incapaces de llegar a un acuerdo para evitar una importante reducción sobre el gasto para los presupuestos del presente año. A partir de hoy entra en vigor el denominado secuestro. No obstante, el presidente Barack Obama ha dejado la puerta abierta a que la negociación prosperé en las próximas semanas. "No podemos seguir gestionando el país mes a mes, crisis a crisis. Sólo necesitamos los republicanos en el Congreso para ponerse al día con su país y su partido en esto", ha indicado.

Según Obama, con la aplicación de este ajuste, "la economía no crecerá tan rápido como lo habría hecho en una situación normal". "Esto no es una victoria para nadie, esto es una pérdida para el pueblo estadounidense", ha añadido en la comparecencia ente los medios de comunicación.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, del Partido Republicano, John Boehner, ha declarado que se debe tomar una resolución la próxima semana para financiar el Gobierno federal más allá del 27 de marzo, cuando se espera que las arcas queden bajo mínimos. "Vamos a dejar claro que el presidente tiene sus subidas de impuestos el 1 de enero. Esta discusión, en mi opinión, ha terminado", ha afirmado.

Lo cierto es que este drama no es muy diferente a otros episodios similares que han acaecido recientemente en Estados Unidos como el abismo fiscal o el techo de deuda. El transfondo de todos estos casos es la visión irreconciliable que tienen republicanos y demócratas sobre el modelo de sociedad. Mientras que Obama pretende impulsar incentivos al gasto público mediante la aplicación de una política económica expansiva, los republicanos, que controlan el Congreso, mantienen que la mejor opción es la austeridad con el objetivo de reduccir el déficit aún más.

Este episodio encuentra su origen en la madrugada del primer día de este año. Entonces las dos fuerzas políticas principales del país consiguieron flexibilizar sus exigencias y, finalmente, se evitó el colapso subiendo los impuestos a las personas con ingresos más altos. Sin embargo, se aplazó dos meses el acuerdo sobre el recorte de los gastos. El día límite ha llegado, pero el acuerdo no.

A partir de este viernes empezarán a aplicarse los recortes de 85.000 millones de dólares en la mayor parte de servicios públicos. La mitad de esa cantidad afectará al presupuesto militar. La otra mitad se repartirá entre el resto de los departamentos. Aunque el secuestro de excluye partidas clave contra la pobreza (el propgrama de asistencia nutricional SNAP, el de seguros sanitarios Medicaid o la Seguridad Social, por ejemplo), una porción significativa de los ajustes presupuestarios recae sobre partidas básicas como las ayudas para el desempleo por emergencia, el cuidado de niños o incluso la asistencia nutricional para personas mayores, entre otros. Desde la Casa Blanca han desglosado el efecto que va a tener la aplicación del ajuste en las diferentes partidas de gasto. Los resultados son desalentadores.

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Pese a que los recortes anunciados por la Casa Blanca se realizan de manera proporcional a la población de cada uno de los Estados el impacto del secuestro en los diferentes Estados no será homogénesecuestro o. De acuerdo con un estudio publicado por el Centro Pew, los Estados más afectados, teniendo en cuenta la relación entre la reducción de ayudas y su PIB, serán Dakota del Sur, Illinois, Georgia, Tejas y Tennessee.

Además de los detalles, los recortes de gastos crearán un lastre considerable en la economía. El desempleo va a subir; Stephen Fuller de la George Mason University ha estimado que hasta a 2,14 millones de empleos podrían perderse. El ajuste fiscal también desacelerará la economía; según la Oficina Presupuestaria del Congreso el secuestro reducirá el crecimiento del PIB en un 0,6%.

Entre tanto, los ciudadanos estadounidenses también están divididos. Según la última encuesta de Gallup, el 57% de los norteamericanos piensa que el secuestro dañará la economía nacionalsecuestro y un 44% cree que su aplicación va a perjudicar su situación financiera personal.

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