Extrema derecha

La radicalización de la extrema derecha en Francia

Imagen del joven asesinado en París.

Marine Turchi (Mediapart)

Se trata de un acto “violento que lleva la marca de la extrema derecha”. El jueves por la mañana, el Ministerio francés del Interior se refería, en un comunicado, en esos términos a los agresores del joven Climent Méric. El estudiante de Ciencias Políticas de 19 años, miembro del sindicato estudiantil Solidarios Estudiantes y miembro de Acción antifascista, fue golpeado hasta la muerte el miércoles en pleno París por un grupo de skin heads.

Este jueves, ha sido detenido el supuesto autor de la agresión mortal, así como otras seis personas. Fuentes policiales han señalado que pertenecen al “núcleo duro de los Jóvenes Nacionalistas Revolucionarios (JNR)”. El líder de los JNR, Serge Ayoub, ha desmentido, en declaraciones la agencia France Press, la implicación de la formación… al tiempo que daba todo tipo de detalles sobre la agresión. Ha asegurado que los skins imputados “han tenido la mala suerte de llevar el pelo rapado y vestir una cazadora de una marca que no a los demás no les gusta”. Según su versión, fueron los jóvenes, entre ellos el fallecido Clément Méric, los que aguardaron al grupo de skins a la salida de la tienda Citadium y fueron ellos los que "recibieron los primeros golpes”.

En los años 80, el grupo de los JNR fue el primero en agrupar a los skins en torno a la extrema derechaskins y a Serge Ayoub, conocido como Batskin. Tras varios años desaparecido en los 90, Ayoub reapareció en el 2000 de la mano de Égalité et réconciliation (Igual y reconciliación), un movimiento dirigido por Alain Soral, perteneciente al comité central del Frente Nacional. “La línea seguida por Alain Soral y después la línea más “social” emprendida Marine Le Pen (aparecida en 2011) la inició Serge Ayoub. Adoptó una línea nacionalista revolucionaria, antisistema, de defensa de los grupos más pequeños”, según explica a Mediapart el historiador Nicolas Lebourg, especialista en grupos de extrema derecha.

Junto con Soral, fundó Le Local, un bar de carácter asociativo para, más tarde, Ayoub, relanzar JNR y la Tercera Vía (TV). “Hasta ahora, los JNR se habían limitado a lanzar provocaciones, actos simbólicos. Ayoub los hizo desfilar con camisas azules en París. En ese momento preciso se asiste a su radicalización”, afirma Nicolas Lebourg.

En las últimas semanas, las acciones violentas de los grupúsculos de extrema derecha se han multiplicado. Incidentes al término de manifestaciones contrarias al matrimonio homosexual, agresiones homófobas, abucheos a Copé al grito de “UMP traición” con motivo de la manifestación del 26 de mayo, ocupación de la terraza de la sede del Partido Socialista con una pancarta de “Holanda dimisión”...

En abril, los supuestos responsables de una agresión cometida en un bar gay de Lille ya habían abandonado el movimiento Tercera Vía y los JNR. Pero la agresión de Clément Méric lleva esta violencia a su máxima intensidad. “No se había vivido ninguna situación de este calibre desde 1988-89”, explica a Mediapart Nicolas Lebourg. “En esa época se produjeron ataques violentos contra magrebíes en Ruan y en Brest; atacaron una librería de izquierdas y el Grupo de Unión de Defensa (GUD) se vio implicado en un asesinato cometido en Lille. Se trataba de crímenes racistas, pero no podemos decir lo mismo ahora”, continúa.

El contexto actual no es muy distinto. Desde hace ocho meses, la oposición a la ley Taubira (que permite el matrimonio homosexual) ha galvanizado a los grupúsculos de extrema derechaley Taubira. “El objetivo inicial era retomar las manifestaciones de 1984. El GUD resucitó gracias a estas manifestaciones”. A día de hoy, los responsables de estos movimientos no han podido controlar a sus tropas.

“Entre los contrarios al matrimonio homosexual existían la convicción de que la ley Taubira iba a salir adelante. Solo faltaba buscar una salida", explica Lebourg. "La agitación de la nebulosa en la Primavera francesa se ha convertido en un escenario teatral donde existe mucha excitación pero no hay ninguna perspectiva, ningún objetivo. Estos grupúsculos, sobre todo en las filas de los JNR y de los Jóvenes nacionalistas, no han sido capaces de proporcionar victorias parciales a sus militantes, victorias simbólicas. La tarea de los líderes es generar intensidad, que vaya en aumento para después dejar que caiga. Se trata de que les digan: "Bravo esperábamos un objetivo así”, o “Hemos logrado atraer a nuevos simpatizantes”.

Es el caso de Alexandre Gabriaca, jefe de filas de los Jóvenes nacionalistas, la rama juvenil del grupo petainista Obra Francesa, que están detrás de los múltiples excesos cometidos durante las manifestación contra la ley Taubira ley Taubira. “Durante meses, ha hecho que la presión fuera en aumento, pero no ha sabido ofrecer una victoria simbólica a su militancia”, continúa Lebourg.

En Facebook una cuenta que lleva por nombre “Movimiento Nacional Ciencias Políticas anunciaba que la muerte de Clément Merit solo era el principio. Para Lebourg, solo el Bloque identitario ha sabido controlar a su militancia: “Fabrice Robert y Philippe Vardon, sus dirigentes, vivieron la disolución de la formación, por lo tanto saben cómo llevar las riendas de la militancia y cómo lanzar acciones que gustan, aparentemente radicales, al tiempo que llevan el control. Así sucedió durante la ocupación de la sede del PS el 26 de mayo, por cuya acción se felicitaron en un comunicado”.

También se puede encontrar otra explicación a esta radicalización, dado el proceso de “centralización" por el que pasa el Frente Nacional que “da aire a los radicales”, subraya el historiador. “Hay gente a quien se habría pedido que fuesen menos radicales en el FN, pero que son mucho menos comedidos fuera del Frente. Gabriac no podría decir la décima parte de lo que dice si estuviera en el FN”. Nicolas Lebourg apunta también que “a diferencia de Jean-Marie Le Pen ,que tenía una clara influencia sobre los grupúsculos extremistas, su hija no tiene ningún liderazgo sobre ellos, más bien al contrario, legitima su autonomía”.

Desde su llegada a la Presidencia del FN en enero de 2011, Marine Le Pen optó por limpiar la fachada del partido. Un gran número de radicales siguen en su entorno y continúan aconsejándola en la sombra, aunque la presidenta del FN ha optado por exponerse menos, sobre todo tras la difusión de una foto en la que se veía cómo sus consejeros hacían el saludo nazi en 2011.

El mismo año, Marine Le Pen, envió a la prensa consignas pidiendo a los responsables departamentales que no permitieran que personas con aspecto de skin head acudieran a un desfile de la formación.Dos años después, la consigna está lejos de aplicarse, tal y como Mediapart pudo constatar en el desfile del 1 de mayo pasado.

La porosidad entre el FN y el resto de grupos de la extrema derecha

El jueves por la mañana, una televisión acusó al Frente Nacional de estar detrás de la agresión. Según un testigo presencial de la agresión, uno de los agresores llevaba “una camiseta del FN”. Marien Le Pen se ha apresuarado a precisar que su partido no tenía “ninguna relación ni de lejos ni de cerca” con la agresión, que ha calificado de “inadmisible” y de “terrible”, de Clément Méric.

En un comunicado, el abogado del FN, Wallerand de Saint Just confirma que “según una fuente próxima a la investigación y al contrario de lo que se ha publicado, ninguno de los agresores del joven Clément vestía ninguna prenda del Frente Nacional”. El FN ha anunciado que emprenderá acciones legales contra los que “difamen”. Lo cierto es que entre el FN y el resto de grupos de la extrema derecha, la porosidad es muy grande.

En septiembre de 2010, Marine Le Pen cenaba con Serge Ayoub. En junio de 2012, acudió con sus militantes, en un acto en el que difundió pasquines y repartió el periódico Salut Public, durante la campaña legislativa de la presidenta del FN.

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Interrogada a este respecto, Marine Le Pen respondió que fueron a apoyar a su candidato, que se presentaba según ella “en otra circunscripción”. Negó “cualquier vinculación” con ellos. No se trata de la única coincidencia.

Para Alexis Corbière, secretario nacional del Partido de izquierda, esta agresión es en cualquier caso “la consecuencia de la canalización del Frente Nacional” que han dado la impresión de que las ideas de extrema derecha eran opiniones como las demás.

El lugarteniente de Mélenchon ha sido uno de los primeros en reaccionar a esta agresión desde su cuenta en Twitter: “El horror fascista ha matado en pleno París”. “¡Dejemos de decir que ya no son como antes!", afirma a Mediapart. "Esta violencia no es nueva, pero el miércoles esa violencia ha causado una muerta”.

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