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Hermes Binner: “Argentina ha crecido, pero no se ha repartido la riqueza”

Hermes Binner y Alicia Ciciliani.

Hermes Binner dio la sorpresa en octubre de 2011 cuando logró un segundo puesto en las elecciones presidenciales de Argentina, con un 18% de los votos, y justo detrás de Cristina Fernández de Kirchner. Ahora bien, para aquellos que conocían la larga e intensa carrera política de este médico de 70 años no resultó una sorpresa. Militante del Partido Socialista desde su juventud y experto en política sanitaria, Binner se convirtió en el año 2007 en el primer socialista argentino que ocupaba un puesto de gobernador.

Desde el laboratorio en que se convirtió la ciudad de Rosario y toda la provincia de Santa Fe, los socialistas comenzaron a proyectarse en la política nacional. “En los 22 años que llevamos gobernando en Santa Fe”, comenta Binner durante una entrevista en Madrid, “no hemos tenido ningún caso de corrupción. Además, hemos impulsado políticas sociales basadas en la igualdad, la solidaridad, la participación y la transparencia. Todo eso explica las diferencias que nos distinguen del resto de fuerzas políticas argentinas”.

De aspecto sereno y hablar pausado, Binner define de este modo los últimos años de su país y la presidencia de Cristina Fernández. “Argentina ha crecido”, afirma, “pero no hubo desarrollo ni un reparto justo de la riqueza. La presidenta gobierna en favor del gran capital y de los intereses económicos de los poderosos, aunque derrama migajas para los pobres. Pero con esas políticas nadie sale de la pobreza. A pesar de que lo niegan, los peronistas partidarios de la presidenta son claramente neoliberales”. El mantenimiento del poder por el poder aparece como la consigna favorita de los peronistas, un movimiento escindido en multitud de tendencias y de corrientes.

La presidenta, que ahora se recupera de una grave enfermedad, es descrita por Binner como una dirigente que gobierna sola, sin consultar a nadie ni confiar en nadie. Esta actitud explicaría el vacío de poder que vive Argentina en las últimas semanas con un vicepresidente, Amado Boudou, marcado por la corrupción; y unos ministros que hacen la guerra por su cuenta. “No cabe duda”, aclara Binner, “que el peronismo lo interpreta cada cual a su manera y, en definitiva, es patrimonio de quien ocupa el poder. Da igual que se apellide Menem que Duhalde que Kirchner”.

Desde una base social interclasista y apoyado en las clases medias, incluidos pequeños empresarios, el Partido Socialista argentino ha convertido una provincia agrícola e industrial como Santa Fe en un ejemplo de su forma de hacer política. Esa actitud intransigente de los socialistas frente a la corrupción y de defensa del sector público explica la animadversión del Gobierno federal hacia Santa Fe. A juicio de Binner, “el Ejecutivo margina claramente a Santa Fe en inversiones y en asignación de presupuestos. Como prueba de ello, la presidenta Fernández sólo me recibió en una ocasión durante los cinco años que fui gobernador de Santa Fe y con mi sucesor no se ha entrevistado nunca”.

La plataforma que los socialistas han tenido en la ciudad de Rosario y en la provincia de Santa Fe tiene su origen en la historia de grandes corrientes inmigratorias que hubo en esa zona de Argentina. Aquella llegada de emigrantes creó un fuerte sentimiento de solidaridad, al tiempo que surgían organizaciones de la sociedad civil.

La relación de los socialistas argentinos con los omnipresentes y camaleónicos peronistas siempre ha resultado conflictiva a lo largo de las pasadas décadas. De hecho, el populismo siempre ha frenado a la izquierda en América Latina y, en este sentido, Binner apunta al peronismo como una de las razones de la infinita fragmentación del panorama político argentino. “A diferencia del peronismo”, manifiesta la dirigente del Frente Amplio Progresista (FAP) Alicia Ciciliani, “los socialistas no pretendemos patrimonializar ni apropiarnos del Estado para fines clientelistas, sino al contrario, que el Estado sirva a la sociedad. De todos modos, hay que reconocer que los viejos socialistas nos condujeron al antiperonismo. Aquello fue un error porque nosotros apostamos ahora por un diálogo con los sindicatos y con algunos sectores del peronismo”. En las elecciones legislativas del pasado octubre el FAP, agrupado en torno a los socialistas, obtuvo 21 escaños de un total de 257 diputados.

Binner visita Madrid, al frente de una delegación de su partido para asistir a la Conferencia Política del PSOE que se celebra este fin de semana. Los socialistas argentinos intervendrán en las sesiones del cónclave del PSOE con un mensaje claro: la ofensiva del capitalismo se plantea a escala global y, por tanto, las alternativas han de ser también globales. Binner lo tiene claro: “Para defender políticas socialistas a escala mundial, debemos unirnos. Los problemas son los mismos para todos”.

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