El presidente de Turquía,
Recep Tayyip Erdogan, consiguió persuadir este viernes a un hombre con problemas familiares de que no se tirara desde un puente a las aguas del estrecho del Bósforo que atraviesa Estambul, según informa la agencia oficial de noticias turca
Anatolia.
Erdogan viajaba por el puente del Bósforo en su vehículo presidencial cuando llegó a sus oídos la noticia de que el hombre –identificado únicamente como un varón de mediana edad que había expresado su deseo de quitarse la vida– tenía
intención de saltar desde el puente, suspendido a una altura de 64 metros por encima de las aguas del Bósforo, casi heladas en esta época del año, informa Europa Press.
El presidente decidió ordenar a su comitiva de seguridad que se pusieran inmediatamente en contacto con el potencial suicida, a quien le instaron que volviera a la calzada para mantener
un encuentro privado con el presidente en su vehículo.
El hombre
accedió a la petición de Erdogan y mantuvo un breve encuentro con el jefe del
Estado turco en su vehículo acorazado. Tras escuchar las quejas del afectado, el presidente dio orden a sus ayudantes de que hicieran todo lo que estuviera en su mano para resolver sus preocupaciones.
Milagros. Es lo único que le falta a Erdogan: hacer milagros, pero no creo que sea por mucho tiempo. Ya deben estar en ello sus asesores de imagen (de imagen sagrada, en este caso). Es un caso parecido al de Chávez o Putin, solo que Erdogan sigue vivito y redimiendo suicidas.
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