El presidente del Gobierno brasileño,
Michel Temer, anunció este miércoles que
privatizará 25 proyectos de infraestructuras –que incluyen carreteras, puertos y aeropuertos– mediante programas de concesión para los dos próximos años 2017 y 2018, como informó Europa Press.
La iniciativa de concesiones, denominada como Programa de Asociaciones de Inversión (PPI), se lanzó con el objetivo de
impulsar la inversión privada frente a la debilitada economía del país, que sufre una de las peores crisis económicas dadas en los países de Latinoamérica.
La propuesta incluye también
obras de saneamiento básico, distribución de energía y minería. Asimismo, se prevé el lanzamiento de las concesiones de cuatro aeropuertos en las ciudades de Porto Alegre, Florianópolis, Salvador y Fortaleza principios del año que viene. Además, se privatizarán los terminales portuarios de combustibles de Santarém y de trigo de Río de Janeiro, según indicó la Agencia Brasil.
También durante 2017 se contempla la privatización de
seis distribuidoras de electricidad en los estados de Acre, Amazonas, Roraima, Rondonia, Alagoas y Piauí; y la construcción de
dos nuevas represas hidroeléctricas.
De acuerdo al PPT, se llevarán a cabo 21 de esos proyectos durante 2017, dejando los cuatro restantes para el primer semestre del año 2018. Este programa, también conocido como Crecer, tiene el objetivo de "propiciar el crecimiento económico con la meta central de
crear nuevas plazas de trabajo", según comentó el presidente Temer.
La aprobación de estos planes vendrá
dada por el Congreso. Además, esta financiación se podrá llevar a cabo a partir de los recursos del Fondo de Inversiones de Garantía por tiempo de servicios y del Banco Nacional de Desarrollo Económico Social.
Preocupación por la salud y la educación
Tras la presentación de Crecer, se abren nuevas incógnitas sobre la manera en que influirá este
límite del gasto público en cuestiones sociales como la salud y la educación.
Según indicó Reuters, el presidente hizo referencia a la reforma de las leyes laborales del país –entre las que se plantea el aumento de la jornada de trabajo a 12 horas–, que no se decidió por el momento. Se trata de una propuesta impopular con la que se busca recortar el costo de las empresas del país.
Me mantengo en mi teoría, ya manifestada en los comentarios de otros artículos. Se avecina que cuando se junten huevos suficientes, alguien inicie una rebelión contra tanta sinvergüencería, robo, maltrato a las personas y vuelta a la edad media, que solo pretende enriquecer unos pocos importándoles un carajo lo que suceda con la mayoría.
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Opino como tu. Estos vampiros que lo unico que quieren es quedarse con todo, tienen muy mala memoria. No se acuerdan de la revolucion francesa ni de la rusa. Pues deberian tenerlo en cuenta y aflojar un poco. Tambien es verdad que la avaricia les hace volver a las andadas con el tiempo.
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