Hungría

El referéndum en Hungría contra los refugiados se invalida por la insuficiente participación

Ana García

El referéndum de este domingo sobre las cuotas de acogida de refugiados e inmigrantes propuestas en la UE quedó invalidado debido a que no se alcanzó el 50% de participación necesario, según los datos oficiales de la Oficina Nacional Electoral de Hungría avanzados durante la noche del domingo. La cifra finalmente se quedó en un 37,88% de húngaros con derecho a voto que acudieron a las urnas, informa Europa Press.

"Desde el punto de vista jurídico, la decisión queda en manos del Parlamento, pero en un sentido político la decisión del electorado es vinculante para todos nosotros", señaló el vicepresidente del partido del Gobierno, Fidesz Gergely Gulyas.

Los primeros datos del escrutinio sí confirman el apoyo abrumador del no a la imposición de cuotas de refugiados por parte de la UEno, con un 98,21%. De los 7,77 millones de húngaros con derecho a voto, 3,1 millones han emitido un voto válido.

El rechazo a las cuotas sería una victoria para el primer ministro, Viktor Orbán, aunque la falta de participación supone un lastre para sus postulados.

La celebración de esta consulta muestra perfectamente la postura del presidente húngaro, Viktor Orbán, que desde el incio de la crisis de los refugiados mostró su rechazo total a la política europea de asilo.

Los partidos de gobierno en coalición, Fidesz-Unión Cívica Húngara y el Partido Popular Demócrata Cristiano, también cuentan con el apoyo del ultraderechista Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik). Es decir, que el rechazo a la acogida de refugiados suma, al menos, 157 escaños de los 199 que tiene el Parlamento húngaro. 

El desafío de Orbán a la Unión Europea

El primer ministro de Hungría ha concebido este referéndum como un instrumento con múltiples usos a su servicio: como una manifestación contra la política migratoria de las instituciones europeas; para debilitar aún más a su oposición y, finalmente y en términos generales, como una declaración indirecta en contra de la influencia de la Unión Europea sobre sus estados miembros, informa la agencia de noticias.

Todos estos aspectos se encuentran encerrados en una sola cuestión: '¿Quiere usted que la Unión Europea, incluso sin la aprobación del Parlamento húngaro, sea capaz de ordenar el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros dentro del país?'. Una pregunta cuya redacción encierra una crítica pasiva contra las competencias de la Unión Europea para dictar las políticas de sus estados por encima de los parlamentos nacionales.

Así, Orban ha depositado en esta cuestión sus esperanzas para erigirse en el portavoz de facto del llamado grupo de Visegrado –que incluye a Polonia, República Checa y Eslovaquia– para que juntos se levanten como una sola voz contra la intervención de la Unión Europea en el desarrollo de sus estados miembros; intervención legitimada por los tratados europeos, y cuya reforma podría solicitar Orban si se ve con fuerza suficiente.

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Este referéndum no es la única medida con marcado tufo xenófobo que ha tomado el gobierno de Orban. En septiembre del año pasado, en plena de crisis y con el frío a las puertas de campos de refugiados, el ejecutivo húngaro anunció la construcción de una valla en su frontera con Croacia y más tarde el aumento de las de Grecia

Por esas mismas fechas, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein denunciaba los ataques "con gases lacrimógenos y cañones de agua en la frontera de Hungría con Serbia". Amnistía Internacional documentaba casos de persecuciones con perros y agresiones a refugiados por parte de la policía húngara con "balas de goma, granadas de gas lacrimógeno y artefactos pirotécnicos".

Hungría no es el único país que rechaza el sistema de reubicaciones. República Checa, Eslovaquia y Rumania también votaron en contra del mecanismo de reparto de refugiados.

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