El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, cuya ofensiva contra el narcotráfico que ha dejado
miles de muertos le ha granjeado críticas a nivel internacional, ha reconocido que él mismo mató a delincuentes mientras era alcalde de Davao.
Sus declaraciones se produjeron en un discurso el lunes por la noche
durante un foro empresarial y de ellas se hace eco ahora la prensa filipina.
Durante el mismo, Duterte negó que el Estado esté
patrocinando asesinatos extrajudiciales de presuntos narcotraficantes y dijo que solo una tercera parte de las alrededor de
2.000 muertes relacionadas con las drogas desde que llegó al cargo el 30 de junio han sido obra de la Policía.
"Pero en Davao yo solía hacerlo personalmente. Simplemente para mostrarle a los tipos (la Policía) que
si yo puedo hacerlo ¿por qué no vosotros?", afirmó, explicando que solía recorrer las calles de esta ciudad en moto "patrullando y también buscando problemas".
A Duterte no le envían un drom por eso de las muertes colaterales.
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