Los líderes de las principales agencias humanitarias de la ONU han reclamado un
acceso "inmediato, incondicional y seguro" a las zonas de Siria donde aún se encuentran "atrapadas" y sin ayuda alrededor de 700.000 personas, entre ellas unos 300.000 niños.
La ONU estima que 15 áreas siguen bajo asedio por alguna de las partes beligerantes en Siria, mientras que casi cinco millones de personas -incluidos más de dos millones de niños- residen en áreas donde es "extremadamente difícil" el envío de ayuda humanitaria
debido a las restricciones de acceso o a la inseguridad.
El director del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin; el responsable del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Anthony Lake; el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien; la directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan; y el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, han recordado en una nota común que
"la gente sigue sufriendo por la falta de los elementos más básicos".
"No debemos quedarnos callados mientras las partes en conflicto
siguen utilizando como arma de guerra la negación de comida, agua, suministros médicos y otras formas de ayuda", han subrayado estos dirigentes, preocupados especialmente por el "alto riesgo" para poblaciones vulnerables como la infantil.
En este sentido, han advertido que "muchos niños
apenas han conocido otra cosa que el conflicto y la pérdida durante sus cortas vidas". No en vano, la guerra comenzó en Siria en marzo de 2011.
"No debemos dejar que en 2017
se repitan las tragedias de 2016", han remachado.