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Violencia

Un 13,3% del PIB mundial se esfumó en 2015 por la violencia y los conflictos

Un soldado sirio espera en el cruce de al-Ramousseh, en Alepo.

La violencia en el mundo sale cara. Además de los muertos y heridos que va dejando por el camino, los conflictos a lo largo y ancho del planeta también influyen de manera notable en la economía mundial. Según el estudio El valor económico de la paz, realizado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP, por sus siglas en inglés), la violencia tuvo un coste para la economía mundial de 13,6 billones de dólares en 2015 –los datos están expresados en paridad de poder adquisitivo–, un 2% menos que en 2014. Esta cifra supone el 13,3% del PIB mundial o 1.876 dólares por persona al año.

Además del incremento del gasto público, el estudio sostiene que la violencia reduce las inversiones de capital en "sectores intensivos", así como la productividad. Además, continúa, las empresas "tienden a cambiar sus inversiones a bienes relacionados con los conflictos en lugar de invertir en la producción de bienes exportables y de consumo" y prefieren apostar por proyectos "de bajo riesgo y a corto plazo". Las inversiones extranjeras se desploman y, en los casos de conflictos de alta intensidad, se produce una fuga de capitales. "Efectos adversos que conducen a un círculo vicioso en el que se mezcla el bajo crecimiento económico con la alta volatilidad, la incertidumbre y el desempleo", recalcan.

Para la elaboración del informe, el think tank ha prestado atención tanto a los costes directos de estos conflictos –gastos militares, judiciales, sanitarios o policiales– como a los indirectos –pérdida de productividad relacionada con las lesiones, asesinatos o traumas fruto de la violencia, así como la reducción del crecimiento económico como consecuencia de un conflicto prolongado–. Sin embargo, Camilla Schippa, directora del IEP, alerta de que las cifras son "conservadoras" porque sólo se han tomado aquellas variables de las que se pueden obtener "datos fiables". Quedan fuera del estudio, por tanto, aspectos como "la violencia doméstica" o el gasto en seguridad en los hogares, entre otros.

Gasto militar, seguridad interna y homicidios

La mayor parte del coste, en concreto el 45%, procede del gasto militar. En 2015, los países invirtieron en esta materia un total del 6,16 billones de dólares (un 1% menos que en 2014). Sólo el desembolso de Estados Unidos (1,69 billones) supone un 12% del total del coste de la violencia en 2015. En la partida de gasto militar, sostiene el informe, podemos encontrar grandes disparidades entre regiones: "Se ha incrementado en la zona de Asia-Pacífico y el sur de Asia, mientras que ha caído en otras regiones", señala el IEP. El crecimiento en estas dos zonas es producido por el incremento registrado en China –aumentó un 10%–, India o Afganistán.

Al militar se une el gasto en seguridad interna. Esta partida, que ascendió el año pasado a 3,53 billones de dólares, supuso el 26% del coste económico de la violencia y los conflictos en 2015. Esta cifra, que incluye los gastos relacionados con las fuerzas de seguridad y los sistemas de prisiones, retrocedió un 3,3% en comparación con 2014, cuando se situó en los 3,65 billones de dólares. "Ha disminuido principalmente en las economías industrializadas avanzadas", asevera el informe. Sin embargo, la caída en Europa, América del Norte y Rusia fue paliada con el incremento del 10% en China.

A estas dos categorías, el IEP suma otras dos: la violencia interpersonal y los conflictos. En estos dos grupos se engloban, entre otros aspectos, los asesinatos, la violencia sexual, el terrorismo, el drama de los refugiados... De entre todos ellos, los homicidios son los que, según el estudio, generaron un mayor coste a la economía mundial: casi 1,8 billones de dólares, lo que supone el 13% del total, a causa de la "pérdida de productividad de la víctimas, así como de la familia y los amigos por el trauma psicológico producido". En este sentido, Venezuela, Honduras y Lesoto fueron los países más afectados económicamente.

Con todo esto desglosado, el estudio del Instituto para la Economía y la Paz recuerda la diferente distribución en función de las regiones. En América del Norte, Oriente Medio, norte de África y Asia-Pacífico y sur de Asia, la mayor parte del coste económico es fruto del gasto militar. En Europa, Rusia y Eurasia, de la seguridad interna. Una tendencia que cambia por completo en los países del África subsahariana, Sudamérica, América Central y el Caribe, donde el mayor impacto económico es consecuencia de la violencia interpersonal.

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Los países más y menos castigados

"El impacto económico de la violencia en los diez países más afectados es equivalente a más del 25% de sus PIB", señala el IEP. Con seis años de guerra a sus espaldas y cientos de miles de muertos, la economía siria fue la más castigada en 2015. En concreto, según los datos recogidos por el instituto, el impacto económico fue del 54% de su Producto Interior Bruto. En Irak, Afganistán y Venezuela, el coste fue superior al 40% del PIB. Sudán del Sur, Honduras, Colombia, República Centroafricana, Corea del Norte y Lesoto, con un impacto de entre el 25 y el 35%, completan el listado. En el caso del país asiático, la cifra no es fruto ni de los conflictos armados ni de la violencia interpersonal, sino del gasto militar.

En el extremo opuesto, el estudio sitúa a Indonesia, Canadá, Islandia, Austria, Mozambique, Suiza, Madagascar, Japón, Dinamarca y Noruega. En todos estos países, el coste económico de la violencia y los conflictos estuvo en 2015 por debajo del 3% de sus respectivos PIB. Son lugares, señala el informe, que tienen "menores niveles de violencia interpersonal que el promedio mundial" y un gasto militar muy reducido –0,2%, 0,6% y 0,8% del PIB en Islandia, Indonesia y Madagascar, por poner algunos ejemplos–. El informe recuerda que siete de estos diez países se encuentran entre los veinte primeros puestos del índice de paz global.

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