Estado Islámico

Ascienden a 94 los yihadistas muertos por el impacto de la bomba de EEUU en Afganistán

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El último balance de las autoridades locales eleva ya a 94 el número de integrantes de Estado Islámico muertos por la explosión de la bomba GBU-43/B –conocida coloquialmente como MOAB– arrojada por Estados Unidos el pasado jueves contra un sistema de cuevas y túneles que los yihadistas empleaban en la localidad afgana Achin (provincia de Nangarhar, en el este del país centroasiático), tal y como informó Europa Press.

Entre los fallecidos se encontrarían al menos cuatro altos mandos de la sección afgana de Estado Islámico, según el portavoz de la Gobernación de Nangarhar, Ataulá Khogyani, quien ha confirmado la completa destrucción de la zona del impacto: tres túneles que los yihadistas empleaban como depósitos de armas y otros equipos.

También se encuentra un hombre identificado como Hamza, hermano a su vez de un alto comandante de Estado Islámico fallecido y otros dos comandantes identificados como Abubakar y Mohammad Abrani, según la declaración oficial recogida por la agencia de noticias afgana Pahjwok.

El Ejército afgano informó por su parte de que la bomba no causó víctimas entre la población civil, según declaró el portavoz local de las Fuerzas Armadas, Jawed Saleem a la cadena nacional TOLO News. En el lugar donde se arrojó la bomba sólo se encontraba una familia civil que fue evacuada antes del ataque, precisó.

El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, avaló el uso por parte de Estados Unidos de la bomba. La Presidencia señaló en Twitter que el ataque tenía como objetivo "apoyar los esfuerzos" de las fuerzas de Afganistán y Estados Unidos en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico y "minimizar los riesgos" que representan los yihadistas.

El Ejército estadounidense lanzó contra Estado Islámico en Nangarhar, al este de Afganistán, la bomba no nuclear más potente que se ha usado nunca en combate, la GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast Bomb (MOAB), con 11 toneladas de explosivo TNT de alta potencia.

El artefacto fue arrojado en torno a las 19.32 horas del jueves, hora local –las 16.32 de la tarde en España– contra "túneles y personal" de Estado Islámico en la localidad de Achin desde un avión MC-130 comandado por un cuerpo de operaciones especiales de la Fuerza Aérea.

Su lanzamiento fue ordenado por el comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, el general John Nicholson. Se trata de la primera vez que este arma, ideada durante la guerra de Irak y conocido coloquialmente como "la madre de todas las bombas", ha sido empleado en operaciones de combate.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, explicó en rueda de prensa que el objetivo del ataque fue "un sistema de túneles y cuevas utilizado por los combatientes de Estado Islámico para moverse libremente". Asimismo, aclaró  que se tomaron todo tipo de precauciones para evitar "daños colaterales".

Se trata del mayor artefacto utilizado nunca en combate y, según el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido un "éxito". El exmandatario afgano Hamid Karzai, sin embargo, acusó al país norteamericano de servirse de Afganistán como "laboratorio de pruebas".

Estado Islámico niega que haya sufrido bajas

El grupo terrorista Estado Islámico ha negado que haya sufrido bajas por el ataque. La agencia de noticias Amaq, afín a la organización terrorista, ha desmentido que miembros del grupo hayan muerto como consecuencia de esta bomba, a pesar de que el Ejército afgano ha cifrado en 36 el número provisional de milicianos fallecidos, según el portal de seguimiento de información yihadista SITE.

Tanto las autoridades afganas como las norteamericanas han asegurado que no se han producido víctimas civiles por este ataque y están todavía evaluando el impacto exacto que ha tenido para Estado Islámico. El grupo suele minimizar los efectos de este tipo de operaciones militares y, en contraste, inflar el número de bajas derivadas de sus acciones.

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