El exdirector del FBI
James Comey ha evitado pronunciarse sobre si el presidente,
Donald Trump, cometió
obstrucción a la justicia al pedirle que abandonara la investigación abierta contra el entonces asesor de Seguridad Nacional,
Michael Flynn, por sus
contactos con Rusia y ha dado a entender que el fiscal especial encargado del caso,
Robert Mueller, es quien debe determinarlo.
Comey se ha referido durante su esperada
comparecencia ante la Comisión de Inteligencia del Senado al encuentro mantenido con Trump en la Casa Blanca el pasado 14 de febrero en el que éste le pidió, según su versión, que
dejara de investigar a Flynn.
"Había una investigación criminal abierta en relación con los contactos rusos y los contactos en sí mismos", ha recordado el exdirector del FBI respecto al momento en que se produjo el encuentro, al ser preguntado por su opinión respecto a la actuación de Trump.
"No creo que me corresponda a mí decir si esa conversación que tuve con el presidente fue un esfuerzo de obstruir", ha sostenido, afirmando que para él fue algo
"muy preocupante". "Pero esa es una conclusión en la que estoy seguro que el fiscal especial trabajará con el fin de averiguar la intención y si hubo delito", ha añadido.
Según ha indicado, le pareció que el fiscal general,
Jeff Sessions, y el yerno y asesor de Trump,
Jared Kushner, sentían que no debían abandonar el Despacho Oval y dejarle solo con el presidente antes del encuentro en el que éste le hizo la petición sobre Flynn. Así, ha dicho que pensó que
"algo gordo" iba a ocurrir y que
tenía que "recordar todo" lo que se dijera.
Preguntado por una senadora demócrata sobre por qué no replicó a Trump ante su petición, Comey se ha defendido asegurando que estaba "tan estupefacto" por lo que allí se estaba diciendo y por recordarlo que no dijo nada. No obstante, ha confiado en que
haya grabaciones sobre dicha conversación, como dio a entender Trump en uno de sus mensajes en Twitter.
"Espero que haya cintas", ha afirmado.
Por otra parte, ha explicado que
decidió poner por escrito el contenido de sus encuentros con Trump porque "por la naturaleza de la persona"
temía que pudiera "mentir sobre la naturaleza de nuestra reunión".
"Por eso pensé que sería importante documentarlo", ha añadido, aclarando que tanto
con Barack Obama como con George W. Bush, los dos predecesores de Trump,
nunca sintió la necesidad de dejar por escrito lo hablado.
"Sabía que podía llegar el día en el que podría necesitar un registro de lo ocurrido, no solo para defenderme, sino
para defender al FBI y nuestra integridad como institución y la función investigadora independiente", ha añadido.
Precisamente, Comey ha explicado que una de las cosas que más le han molestado de su cese han sido las
"cambiantes explicaciones" que se han dado sobre los
motivos para apartarle del cargo.
En este sentido, ha dicho que cree que su salida del FBI vino motivada por su
gestión de la investigación sobre Rusia, teniendo en cuenta lo dicho por Trump. Asimismo, ha lamentado que desde la Administración se optó por difamarle y "lo que es más importante,
por difamar al FBI".
Así, ha sostenido que el argumento de la Casa Blanca de que los empleados del FBI habían perdido la confianza en él es
"una pura y simple mentira".
Trump refuta dos puntos clave
Según una fuente consultada por Reuters, Trump disputa dos puntos clave del testimonio escrito que Comey presentó este miércoles a la comisión y está desarrollando en su comparecencia de este jueves:
que le pidiera que dejara pasar la investigación contra Flynn y
que pidiera lealtad al entonces director del FBI.
Por otra parte, la cadena CBS ha informado que
Trump está siguiendo "de lejos" la comparecencia de Comey
acompañado por su asesor legal, Marc Kasowitz, y será éste último quien haga una declaración una vez concluya la intervención.
Según los medios, el entorno del presidente le habría pedido que controlara sus hábitos de
publicar mensajes constantemente en Twitter. Trump no ha publicado ningún mensaje en las últimas 24 horas.