El presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, anunció este viernes desde La Pequeña Habana, en Miami, un endurecimiento de la política hacia Cuba para
frenar la "opresión comunista", dando marcha atrás en el acercamiento iniciado en 2014 por la Administración de Barack Obama, que sirvió para aliviar la situación económica del pueblo cubano.
"Con efecto inmediato,
cancelo la política unilateral de la Administración anterior hacia Cuba", ha dicho Trump desde el Teatro Manuel Artime, arropado por numerosos miembros de la comunidad cubanoamericana que, aunque divida, se decanta mayoritariamente por mantener la presión sobre el régimen
castrista.
"La nueva política reafirma el
embargo" comercial, económico y financiero que Estados Unidos impuso a Cuba en los años 60, estrechando el cerco sobre los negocios controlados por la élite militar, y
aumenta el control sobre los viajes de estadounidenses a la isla caribeña, ha explicado.
Trump ha justificado el golpe de timón por el
estado de los derechos y las libertades fundamentales en Cuba que, según ha denunciado la disidencia interna en estos casi tres años, no ha hecho más que empeorar a pesar del diálogo entre Washington y La Habana.
El magnate neoyorquino ha recordado
"el sufrimiento de los cubanos" de las últimas décadas y ha prometido que, como nuevo presidente de Estados Unidos, no guardará silencio. "
Denunciaré los crímenes del régimen de Castro [...]. Sabemos lo que pasa y recordamos lo que pasó", ha remachado.
No obstante, la Casa Blanca ha decidido
mantener el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, que permitió abrir de nuevo las embajadas, así como los
viajes de familiares y las remesas que los cubanoamericanos envían a sus parientes.
De esta forma, Trump ha dejado la
puerta abierta a una posible mejora de las relaciones. "Cuando los cubanos den pasos concretos, estaremos listos y seremos capaces de volver a la mesa para negociar un acuerdo que será mucho mejor", ha afirmado. "Retamos a Cuba a venir a la mesa con un nuevo acuerdo en interés de su pueblo y el nuestro", ha recalcado.
Sin embargo, grupos internacionales de Derechos Humanos argumentan que volver a la política de aislamiento sobre la isla podría
empeorar la situación y beneficiar a los sectores cubanos de línea dura. El Gobierno de Castro ha dejado claro que no será presionado hacia reformas políticas a cambio de vínculos diplomáticos.
En julio de 2015, Estados Unidos y Cuba
restauraron sus relaciones diplomáticas tras 54 años. Desde entonces, Obama puso en marcha una serie de medidas para flexibilizar las restricciones comerciales y migratorias.
No obstante, el embargo impuesto por parte de Estados Unidos en los años 60
sólo puede ser retirado por el Congreso, que está compuesto por una mayoría republicana.
Las autoridades de Cuba han aseverado que el embargo ha provocado
daños de hasta 125.000 millones de dólares (111.000 euros) y ha señalado que éste supone el principal "obstáculo para el desarrollo económico y social" de la isla.