Las fuerzas de seguridad francesas
han matado este domingo a un individuo que ha asesinado con un cuchillo a dos mujeres en la estación de tren de Saint-Charles, en Marsella, según ha confirmado el Ministerio del Interior francés.
Previamente, las fuerzas de seguridad del departamento de Bouches-du-Rhône había confirmado en Twitter que
se estaba llevando a cabo una operación en la estación Marsella-Saint-Charles y recomendó "evitar el sector".
Según testigos del diario
La Provence, el atacante ha gritado "Alá es grande" mientras
apuñalaba a los transeúntes antes de recibir los disparos de la fuerza de protección antiterrorista Sentinel que custodiaba la estación.
Una mujer falleció en el acto y la segunda sucumbió rápidamente a sus heridas, según ha confirmado el prefecto de Policía de la localidad, Olivier de Mazières, al diario Sud-Ouest.
El ministro del Interior francés, Gérard Collomb, ha anunciado en su cuenta de Twitter que
se dirige ya al lugar del atentado.
Pobre gente.
Y ni siquiera ya nadie se acuerda de dar sus condolencias a los familiares de las víctimas, al menos por estos lares.
Hemos encontrado otras cosas por las que indignarnos.
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