Estados Unidos

Las autoridades policiales dudan de la autoría terrorista de la masacre de Las Vegas

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La masacre perpetrada el domingo por la noche en un concierto de country en Las Vegas (Nevada) es el tiroteo con más víctimas mortales de la historia de Estados Unidos. Con 58 personas muertas y 515 heridas, supera al atentado cometido el año pasado contra una discoteca de Orlando (Florida). Ha sido reivindicado por el Estado Islámico, pero las autoridades policiales tienen serias dudas de su autoría.

El sheriff de Las Vegas, Joseph Lombardo, ha asegurado ante los periodistas que en la habitación donde el sospechoso se alojaba había más de una decena de fusiles.

Lombardo ha reconocido que las autoridades no investigaban a Paddock por posibles actividades terroristas y ha asegurado que no hay indicios sobre la posible participación de una organización internacional. La CIA y el FBI también se han pronunciado en el mismo sentido, a la espera de que avancen las pesquisas.

Sin embargo, el grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado el ataque y lo ha atribuido a un "soldado" del califato que se convirtió al islam hace sólo unos meses, según dos notas difundidas en la agencia de noticias Amaq. La reivindicación, recogida por el portal de información terrorista SITE, atribuye motivaciones terroristas a la acción cometida por Paddock. Según Estado Islámico, el ataque fue una venganza contra la "alianza cruzada" y concluyó cuando el atacante se le terminó la munición.

Al igual que en el caso del ataque de Las Vegas, el de Orlando también fue reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico. En ambos casos las autoridades han dudado de la implicación de organizaciones internacionales.

A la opinión pública norteamericana ha vuelto también, como cada vez que ocurre un tiroteo masivo, el debate sobre la legalidad de la posesión y el uso de armas. La conciencia estadounidense se vio sacudida en diciembre de 2012, cuando la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown (Connecticut), sufrió un tiroteo que concluyó con 27 víctimas mortales. Este suceso llevó al entonces presidente, Barack Obama, ha endurecer su discurso en materia de control de armas.

Sin embargo, el actual presidente, Donald Trump, quien ha definido el atentado como un "acto de pura maldad", se ha mostrado en contra de adoptar restricciones adicionales. Esto supone un giro a los mensajes de su predecesor, quien insistió durante años en la necesidad de aumentar los controles para endurecer, por ejemplo, la adquisición de armas automáticas.

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