La dimisión del presidente del Kurdistán desata la violencia en la región autónoma iraquí

El gobierno de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí ha reclamado este domingo a las fuerzas de seguridad que intervengan para evitar la violencia, tras los ataques contra sedes de partidos políticos durante la jornada.

El presidente del kurdistán iraquí, Masud Barzani, anunció este domingo que no continuaría su mandato tras el 1 de noviembre tras las críticas de la oposición por haberse precipitado organizando el referéndum. Su mandato había terminado ya en 2013, pero continuaba gobernando porque los kurdos están en guerra contra los yihadistas del Estado Islámico.

Tras el referéndumreferéndum, declarado ilegal por parte de Bagdad, los kurdos han sumado un frente abierto más con el Estado que concedía a su región en Irak un estatus de semiautonomía.

Ataque al Parlamento kurdo y varias sedes políticas

Un grupo de manifestantes ha asaltado este domingo la sede del Parlamento del Kurdistán iraquí, en la ciudad de Erbil, la sede de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) en la localidad de Zajo (provincia de Duhok) y las oficinas del partido Gorran, también en Zajo.

Algunos de los asaltantes, que se autoproclamaban peshmergas -combatientes kurdos-, estaban armados con palos, según informaron testigos presenciales que además indicaron que se han podido escuchar disparos.

Mientras, desde fuera, manifestantes han jaleado el asalto para "castigar" a los diputados que han "insultado" a Barzani por su negativa a prorrogar su mandato.

Barzani dimite

El presidente de la región del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, se ha lamentado del nulo apoyo internacional recibido tras el referéndum de independencia del pasado 25 de septiembre en el que la abrumadora mayoría de la población votó a favor de la secesión de Irak.

"Nadie ha estado con nosotros. Solo nuestras montañas", se ha lamentado en un discurso televisado emitido tras la confirmación en el Parlamento kurdo de que dejará su cargo el próximo 1 de noviembre.

Barzani ha criticado en particular a Estados Unidos por permitir la utilización de carros de combate estadounidense Abrams contra los kurdos y ha denunciado que también los paramilitares chiíes de las Unidades de Movilización Popular tenían armas estadounidenses.

"Sin la ayuda de los peshmergas (soldados kurdos), las fuerzas iraquíes solas no podrían haber liberado Mosul del Estado Islámico", ha argumentado.

Barzani es presidente del Kurdistán desde 2005. Ganó las elecciones de 2009 y su mandato se prorrogó a partir de 2013 en hasta dos ocasiones. Con anterioridad, fue clave en la construcción de las instituciones autónomas kurdas en Irak.

"Rechazo seguir en la posición de presidente de la Región más allá del 1 de noviembre de 2017", ha explicado Barzani en una carta para expresar su negativa a una nueva prórroga de su mandato.

"Yo, como Masud Barzani, el peshmergapeshmerga, seguiré con nuestra nación y con los peshmergas para lograr el justo derecho de nuestra nación y proteger los logros de nuestra nación", ha remachado.

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La decisión de Barzani se enmarca en el contexto de la crisis entre Bagdad y Erbil que se agudizó tras el referéndum del 25 de septiembre, en el que un 93 por ciento de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.

La consulta popular, calificada de ilegal por Bagdad, también se llevó a cabo en áreas en disputa, entre ellas la provincia de Kirkuk, una zona que alberga grandes yacimientos de petróleo. El 16 de octubre, el primer ministro y comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Irak, Haider al Abadi, lanzó una operación para recuperar la provincia controlada desde 2014 por los peshmerga.

Ese mismo día los militares iraquíes tomaron el control de Kirkuk y varias instalaciones estratégicas. El Gobierno del Kurdistán iraquí ofreció a Bagdad declarar un alto el fuego y empezar el diálogo y a cambio prometió congelar los resultados del referéndum de autodeterminación.