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Túnez

Los tunecinos impulsan la democratización del país con las primeras elecciones municipales en ocho años

Un tunecino participa en las  primeras elecciones municipales en el país desde la caída de Ben Alí en 2011.

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Alrededor de 5,4 millones de tunecinos fueron llamados a las urnas este domingo para participar en las primeras elecciones municipales en ocho años y las primeras desde el levantamiento de 2011 que culminó con la caída del presidente Zine el Abidine ben Alí, informa Europa Press.

En disputa en estas elecciones están un total de 7.212 escaños en consejos locales en 350 distritos electorales en el país, en un proceso que es visto con esperanza por los activistas ante la posibilidad de que suponga un impulso al proceso de democratización.

Los soldados y los miembros de las fuerzas de seguridad votaron el 29 de abril, haciendo uso por primera vez de este derecho tras la aprobación en 2017 de una enmienda a la ley electoral de 2014.

En total, cerca de 36.000 soldados y miembros de las fuerzas de seguridad estaban llamados a votar, si bien la Alta Autoridad Independiente para las Elecciones (ISIE) señaló el 30 de abril que sólo el 12% había acudido a depositar su papeleta.

El presidente del organismo, Mohamed Tlili Mansri, reconoció que la tasa de participación era "pobre" y dijo que era consecuencia de "los llamamientos de algunos sindicatos de las fuerzas de seguridad a boicotear las elecciones", según informó la agencia estatal tunecina de noticias, TAP.

La votación fue aplazada varias veces, planteando el temor entre los activistas de que figuras del antiguo régimen estuvieran intentando frenar los avances prometidos tras la revolución.

En los comicios concurren un total de 2.074 listas y 53.668 candidatos a los consejos locales, que son el primer nivel de gobierno en el país árabe según el sistema descentralizado contemplado en la Constitución Constitución aprobada en 2014.

Esta Carta Magna recoge que los partidos deben garantizar la paridad vertical y horizontal en sus listas de candidatos, por lo que en las mismas hay hombres y mujeres candidatos de forma alterna para permitir esta representación. Un total de siete listas fueron descartadas por no cumplir con esta norma.

Los miembros de los consejos locales serán elegidos a través de un sistema de representación proporcional de lista cerrada en una única vuelta.

Asimismo, el proceso contempla normas estrictas para los medios de comunicación, a los que se exige "neutralidad" durante la campaña electoral y se les prohíbe emitir espacios electorales. Además, los candidatos tienen prohibido dar declaraciones a la prensa extranjera.

El proceso de descentralización

Estas elecciones, las primeras municipales desde 2010, permitirán avanzar en el proceso de descentralización del país, que antes de la revolución estaba marcado por la falta de decisión de las autoridades locales, que dependían de lo que decidiera Túnez.

Para poner fin a esta situación y aumentar la autonomía y la capacidad de respuesta, la Constitución de 2014 consagró esta descentralización y reclamó un aumento de las partidas presupuestarias por parte del Gobierno central.

De hecho, el Parlamento está debatiendo en la actualidad una nueva ley sobre municipalidades que podría ser aprobada este mismo domingo, coincidiendo con las elecciones.

Sin embargo, estos avances chocan con la desafección de parte de la población con el proceso de democratización debido a su ralentización en los últimos años, las involuciones registradas en algunos campos desde 2011 y la falta de avances a nivel económico.

El pasado septiembre, el Parlamento aprobó una ley que garantizaba la amnistía a responsables vinculados con el antiguo régimen acusados de corrupción, y ese mismo mes el primer ministro, Yusef Chahed, anunció un nuevo gabinete en el que hay antiguos cargos que sirvieron con Ben Alí.

Las condiciones de seguridad

Una de las principales preocupaciones durante la jornada electoral será la seguridad de los votantes y los centros de votación, en un país que vive bajo estado de emergencia desde noviembre de 2015.

El estado de emergencia fue declarado después de un atentado contra un autobús de la Guardia Presidencial en la capital y desde entonces ha sido extendido en numerosas ocasiones.

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La medida da poderes excepcionales a las fuerzas de seguridad, permitiendo, entre otras cosas, limitar el movimiento de la población o prohibir manifestaciones o huelgas susceptibles de derivar en desórdenes.

Una de las principales amenazas es el grupo yihadista Estado Islámico, que cuenta con una presencia reducida en el país pero que ha estado detrás de varios atentados, por lo que se sospecha que pueda intentar perpetrar ataques durante la jornada electoral.

Desde el levantamiento de 2011 contra Ben Alí, la democracia tunecina ha sido vista como un modelo para la región, pero los milicianos islamistas son uno de los mayores retos para las autoridades del país.

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