El candidato ultraderechista a la Presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, ha asegurado este lunes en una entrevista concedida a la cadena Globo TV que
no supone una amenaza de golpe de Estado para el país.
En este sentido, ha insistido en que sólo busca acceder al cargo mediante el sufragio en un intento por
disipar los temores ante las palabras pronunciadas con anterioridad acerca de las dictaduras militares.
El candidato izquierdista del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, ha mantenido por su parte que si es elegido reformará
el sistema bancario para reducir las tasas de interés de los consumidores.
Ambos se enfrentarán el próximo 28 de octubre en una segunda vuelta electoral después de que
ninguno de los dos obtuviera la mayoría absoluta en
la primera ronda, en la que Bolsonaro se hizo con el 46% de los votos.
Este mismo lunes, el candidato ultraderechista ha aclarado que
no se convertirá en un candidato de "paz y amor", sino que mantendrá su discurso de línea dura de cara a la segunda vuelta.
Como prueba de ello, ha aprovechado su primer tuit para
ratificar algunas de sus promesas electorales: "Reduciré el número de ministerios, extinguiré y privatizaré las (empresas) públicas, combatiré el fraude en (el programa) Bolsa-Familia para que quien lo necesite pueda tener amparo humanitario, descentralizaré el poder dando más fuerza económica a los estados y municipios". "La política al servicio de los brasileños", ha remachado.
También ha recuperado su ofensiva contra
la corrupción: "Es la que deja sin leche los hospitales, sin seguridad las calles y sin dinero los bolsillos. Eso es lo que queremos impedir". "Un gobierno corrupto estimula el crimen en todas las esferas", ha esgrimido, por lo que ha prometido
"gobernar con el ejemplo".