Los ministros de Transportes de la Unión Europea mostraron este lunes sus
dudas sobre la reforma que defiende Bruselas para abolir el cambio horario bianual y han pedido más tiempo para que expertos puedan evaluar a nivel nacional y europeo las
consecuencias de tales modificaciones, lo que en la práctica supone
aplazar la negociación sin fecha. Informa Europa Press.
Una docena de países han tomado la palabra en Bruselas, en su mayoría para decir que consideran
prematuro fijar una posición común porque faltan
evaluaciones de impacto precisas sobre el modo en que acabar con los cambios horarios podría afectar
al día a día de los ciudadanos, pero también a la actividad
económica y funcionamiento de sectores como el transporte aéreo. A los ministros también les preocupa el riesgo de "fragmentación" dentro de la Unión Europea si cada país tiene
libertad para acogerse al horario de invierno o de verano, por lo que han apostado por asegurar que los Estados miembros se coordinarían con sus vecinos antes de tomar una decisión definitiva.
La presidencia de turno de la UE, que este semestre ocupa Austria, ha presentado un informe de progreso que constata las diferencias entre los países que verían con buenos ojos acabar con los cambios ya en abril de 2019, como propone la Comisión Europea, y aquellos que
creen que no hay pruebas de los beneficios de tal medida y reclaman una evaluación de impacto "pormenorizada" por parte de Bruselas. "En este momento, todas las delegaciones mantienen una reserva general de estudio sobre la propuesta", según recoge el informe de progreso, que también apunta que una "mayoría" de países coinciden en que el calendario fijado por Bruselas es "
demasiado ambicioso".
La comisaria de Transportes, Victoria Bulc, ha mostrado su
decepción por el hecho de que los Estados miembros no tengan aún una posición común y ha confiado en que puedan consensuar su enfoque "claro"
de aquí al mes de junio, cuando está previsto que retomen el debate en reunión de ministros europeos, ya
después de las elecciones al Parlamento europeo de mayo de 2019. "Los ciudadanos esperan una respuesta, claridad sobre cuál es la posición del Consejo cuanto antes. También los operadores del sector y el mundo económico", ha dicho la comisaria en el debate de este lunes, durante el que ha ofrecido el apoyo de Bruselas para evitar que la reforma se traduzca en una "fragmentación" de los husos horarios.
El único país que se ha posicionado claramente
en contra de la medida ha sido Portugal, cuyo representante en el debate ha recordado que su país ya tiene experiencia en modificar los husos horarios porque en los
años 20 eligió quedarse de manera indefinida con el horario de invierno y más adelante,
entre 1967 y 1975, optó por el de verano. "Ambos casos se abandonaron por la
incomodidad que suponía
para la población", ha dicho el representante luso, para quien la experiencia ha demostrado que
el sistema actual es "el más apropiado". En debates anteriores en foros más informales, también
Reino Unido y Grecia cerraron la puerta a un cambio, aunque en esta ocasión no han intervenido.
En el caso de
España, el secretario de Estado de Transportes, Pedro Saura, ha informado a sus colegas de que el Gobierno ha creado una "comisión técnica" de la que forman parte
14 expertos en distintas disciplinas y que emitirá
un dictamen que marcará la posición española. "Se ha aplazado (la reforma), por lo que hay margen para el comité de expertos", ha dicho Saura a la prensa a su llegada a la reunión, sin aclarar el calendario con el que trabaja España.
Países Bajos, que ha apelado a la "necesidad de una evaluación de impacto a nivel europeo" y se ha negado a aprobar cambios
sin conocer la alternativa real;
Irlanda, que ha señalado la importancia de que los países conozcan los planes de los Estados miembros vecinos; o
Eslovaquia, que ha dicho que la reforma es "muy complicada"; o
Francia, son otros de los países con reservas claras. Del otro lado,
Alemania, cuyos ciudadanos participaron masivamente en la consulta de la Comisión Europea para
lanzar esta reforma,
Estonia y
Finlandia, que ha dicho que el 90% de su población reclama abolir los cambios horarios", han pedido celeridad para llegar a un acuerdo.