Las autoridades de Arabia Saudi informaron este martes de la ejecución a
37 personas de nacionalidad saudí, la mayoría de ellos chiítas, por presuntos delitos de "terrorismo" y "por adoptar ideas extremistas" y formar células criminales para "corromper y desestabilizar la seguridad", según informó la agencia de noticias saudí SPA. Las decapitaciones tuvieron lugar en cinco regiones: la capital, Riad; las ciudades santas de La Meca y Medina; la región sunita de Al Qasim y la Provincia Oriental, donde
se concentra la minoría chiíta del país.
El Ministerio del Interior de Arabia Saudí anunció en un comunicado que
el cuerpo de uno de los hombres ejecutados, Khaled bin Abdel Karim al-Tuwaijri, un presunto militante sunita, fue
crucificado públicamente en un poste. Según reza el comunicado, los ejecutados "adoptaron la ideología terrorista extremista y formaron células terroristas" para difundir "corrupción, inseguridad, caos, sedición y sectarismo", amenazando con ello "la paz pública y el bienestar social". Además, señala que atacaron oficinas centrales de seguridad con bombas explosivas, donde asesinaron "a varios hombres de seguridad" y "violaron la confianza en cooperación con partidos hostiles",
recoge la agencia de noticias oficial SPA.
Los
ajusticiamientos, ratificados por el rey
Salmán bin Abdelaziz, se produjeron dos días después de que las autoridades saudíes informaran de un
intento de atentado cuyo objetivo era un centro de inteligencia en Zulfi –a unos 200 kilómetros de Riad–, en el que presuntamente fallecieron cuatro atacantes identificados como
miembros del Daesh. Ésta última ejecución sucede tres años después de la ejecución en 2016 de otras 47 personas, también condenadas por terrorismo, que supuso la ruptura de las
relaciones diplomáticas de Arabia Saudí con Irán.
Según ha informado
Amnistía Internacional, 11 hombres fueron declarados culpables de
espiar para Irán. Y al menos 14 de los 37 habían sido condenados en relación a las
protestas antigubernamentales que acontecieron entre 2011 y 2012, cuando la primavera árabe
atravesaba la Provincia Oriental. Además, Amnistía ha denunciado que las autoridades se basaron en
confesiones "obtenidas bajo tortura" y que los ejecutados fueron declarados culpables en "simulacros de juicio", violando así las normas internacionales de
imparcialidad procesal.
El disidente saudí
Ali al-Ahmed y actual dirigente del Instituto del Golfo en Washington identificó a 34 de los 37 ejecutados como
chiítas, basándose en los nombres publicados por el Ministerio del Interior. Al-Ahmed la ha considerado como "la mayor ejecución masiva de chiítas en la historia del reino" y ha indicado que se trata de un "
mensaje políticamente motivado para Irán", según
informa ABC News.
La UE cuestiona que Arabia Saudí respete el derecho a un juicio justo
La Unión Europea
ha censurado la ejecución de 37 personas por terrorismo en Arabia Saudí este domingo, algo que arroja
dudas "serias" de que respete el derecho a un juicio "justo" y ha avisado de que puedan "alentar" todavía más las tensiones sectarias en la región. "Esto supone
el mayor número de ejecuciones en un único día en Arabia Saudí desde 2016 y confirma una tendencia negativa en este país", ha denunciado el servicio diplomático europeo que dirige la alta representante Federica Mogherini.
El Servicio Europeo de Acción Exterior ha avisado de que "estas ejecuciones en masa arrojan dudas serias sobre el respeto por el derecho a un juicio justo", un estándar "mínimo fundamental internacional de la justicia", y ha denunciado que la
ejecución de personas que eran menores cuando se cometieron los presuntos delitos "constituye una violación grave adicional". También ha alertado de que las
últimas ejecuciones, teniendo en cuenta "la identidad de la mayoría" de los ejecutados y "las dudas sobre la gravedad de los delitos contra algunos de ellos", tienen "el potencial de alentar las
tensiones sectarias, que ya dominan en la región".
La Unión ha vuelto a expresar su
rechazo "inequívoco" a la pena de muerte "en todos los casos y sin excepción", un castigo que considera "cruel e inhumano", que
no sirve para disuadir el crimen y supone un
rechazo "inaceptable" de la dignidad e integridad humana, y ha dejado claro que
seguirá defendiendo su abolición en todos los países donde todavía
se aplica la ejecución.
Como han demostrado buena conducta, les seguiremos vendiendo bombas, pero de las de Borrell, de esas que no explotan más que cuando hay malos.
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