La Policía de
Hong Kong ha recurrido hasta en tres ocasiones al uso de
gases lacrimógenos para dispersar a los miles de manifestantes que han vuelto a
exigir este domingo al gobierno local que suspenda definitivamente su propuesta de ley de extradición a China por vulnerar los derechos de los detenidos, informa Europa Press.
Esta nueva protesta ha sacado a la calle a entre
130.000 y 430.000 personas, según respectivas estimaciones de Policía y organizadores, y ha alcanzado su
punto álgido de tensión en el centro Shun Tak, un complejo comercial en el norte de la isla de Hong Kong.
La Policía asegura que disparó los gases en
respuesta al lanzamiento de botellas y ladrillos por parte de los manifestantes, según declaraciones de fuentes policiales recogidas por el
South China Morning Post. De momento no se tiene constancia de heridos graves ni tampoco hay una cifra oficial de detenidos.
Otro punto de tensión ha sido la sede de la
Oficina de Enlace con China, a la que los manifestantes han arrojado huevos y pintado sobre su fachada, entre cánticos que reivindicaban la teórica independencia judicial del territorio sobre Pekín al amparo del lema
"Un país, dos sistemas".
La oficina ha condenado a través de un comunicado el comportamiento de los manifestantes. "Hemos respetado a los miembros del público que expresaron sus opiniones pacíficamente, pero las marchas han terminado repetidamente en
manifestaciones ilegales,
ocupaciones de carreteras, desafíos a los cordones policiales y asedios a edificios".
"El Gobierno (de China) está preocupado de que un
pequeño grupo de manifestantes radicales estén planeando incitar al público a violar la ley e incluso asaltar las oficinas del gobierno central en Hong Kong. Tal medida amenazará la seguridad en Hong Kong y supondrá una amenaza para un país, dos sistemas. La sociedad no aceptará esto", han avisado.