Buzón de voz

Un gigantesco encriptado

Hervé Daniel Marcel Falciani (41 años) es hoy el hombre más protegido de España. “La primera obligación de las autoridades es evitar que alguien le pegue dos tiros, porque te puedes imaginar que no son pocos los que desean que todos los datos que tiene sigan encriptados para siempre”. Así se expresa un exministro, hoy en la empresa privada, buen conocedor del caso y de su “enorme calado político-financiero”.

El informático monegasco que en 2008 se hizo con los datos de 130.000 clientes del banco suizo HSBC Private, donde él trabajaba, declaró ayer disfrazado ante la sala de la Audiencia Nacional que debe decidir si es o no extraditado a Suiza. Falciani aprovechó su alegato final para denunciar las “componendas del poder político con los poderes financieros” y presentarse como una especie de guerrero enmascarado dispuesto a desmontar una gran red criminal. Lo de menos en este caso son las primeras intenciones que guiaran a Falciani. Si pretendía hacerse multimillonario chantajeando al propio banco o vendiendo datos de sus clientes, como sostienen el HSBC y no pocos medios de información, lo cierto es que ese supuesto plan se torció. El fiscal francés que inició las investigaciones, Éric Montgolfier, manifestó ayer en la misma vista que si se imprimieran los datos aportados por Falciani sobre cuentas opacas podrían “llenar un tren de mercancías”. Y, sin embargo, en ningún momento escuchó al informático pedir nada a cambio de la información.

HSBC, un "paraíso fiscal"

La fiscal Dolores Delgado hizo una exposición detallada y contundente para defender que Falciani no sea extraditado, entre otras cosas porque su conducta “no es punible”. Extraditar a Falciani significaría castigarlo por hacer precisamente lo que la ley española obliga a hacer: denunciar a los defraudadores ante las autoridades competentes. Muy al contrario, lo que tiene todos los visos de ilegalidad es el propio HSBC, que Delgado definió como “un paraíso fiscal en sí mismo”. La fiscal sostiene que Falciani ha beneficiado a España “de manera histórica” al entregar datos que han permitido a Hacienda descubrir a 659 evasores que ocultaban alrededor de 6.000 millones de euros en Suiza.

Quienes tanto tiempo dedican a encontrar el lado oscuro de Falciani podrían poner el mismo empeño en denunciar lo que ayer mismo estaba implícito en los relatos de la fiscal española, del fiscal francés y del propio Falciani: el HSBC representa una especie de sistema global de blanqueo. El verdadero lado oscuro es el de la opacidad bancaria, que sigue tapando una complejísima estructura de cuentas personales o a nombre de sociedades que ocultan dinero de procedencia ilegal.

No se entendería que los jueces de la Audiencia Nacional penalizaran con la extradición a quien más ha contribuido a la lucha contra el fraude fiscal, fueran cuales fueran sus motivaciones originales. La última palabra, en todo caso, la tendrá el Gobierno, que además de cuidar de la integridad física de Falciani como testigo protegido deberá demostrar si está dispuesto a "desencriptar" la evasión fiscal. Caiga quien caiga.

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