Plaza Pública

Primarias abiertas en el PSOE: una necesidad política

Enrique del Olmo

La discusión sobre las primarias, en el momento actual, no es ni una discusión técnica ni organizativa. Es una discusión política y de primer orden y mucho más vista la falta de pulso político y falta de reacción mínimamente adecuada a la situación de la dirección federal del PSOE y de muchas de sus direcciones regionales.

A la pregunta que tanta gente hace: ¿Qué pasa en el PSOE? ¿Qué se va a hacer? Prácticamente nadie tiene una respuesta convincente o creíble, y la esperanza de que esta respuesta aparezca se desvanece día a día, todo el mundo instalado en no decir nada, en ratificar lealtades que nadie se cree y en aparentar normalidad cuando lo que existe es un estado de excepción.

En los últimos tiempos siempre se ha señalado que el cambio en el PSOE para recuperar la confianza ciudadana pasa por la respuesta a tres cuestiones: a) Cambio de discurso b) Cambio de organización y c) Nuevo liderazgo. Coincido plenamente en que estas son las tres cuestiones claves y añado una cuarta: d) Estar preparados para la travesía del desierto, es decir un proceso de recuperación de credibilidad, que ni siquiera resolviendo las tres primeras cuestiones está garantizado.

En una situación tan compleja siempre hay que buscar cuál es la punta del ovillo de la que tirar para deshacer la maraña y cada vez más gente llega a la conclusión de que la única posibilidad real es la realización cuanto antes de unas elecciones primarias abiertas y sin condicionantes. Es decir hacer de las primarias no un instrumento de la distribución de poder interno, sino de participación masiva de la sociedad en la toma de decisión del futuro rumbo del socialismo español. Esto se ha mostrado como lo más eficaz tanto en Francia, como en Italia. 2.500.000 de franceses decidieron el liderazgo de Hollande y sentaron las bases de llevarlo al Elíseo y 3.500.000 italianos condujeron a Bersani en dura lucha con Renzi a una victoria insuficiente, pero victoria al fin y al cabo al PD. Ha sido la irrupción masiva de la ciudadanía en las decisiones de los partidos lo que ha permitido que estos sean de nuevo vistos como un instrumento útil de cambio y que eso se haya transformado en una movilización electoral y ciudadana impensable antes de la realización de las primarias.

¿Está la dirección del PSOE dispuesta a ello? Por más que el Congreso de Sevilla lo definiese de forma muy genérica, la ausencia de pasos dados no apuntan en buena dirección: aplazamiento de la convocatoria sine die, remedo de discusión política en la Conferencia, rumores sobre establecimiento de mecanismos autolimitantes, debate absurdo con el Partido Socialista de Galicia... No hace falta ni tiempo ni papel para elaborar un reglamento claro y transparente (de hecho el magnífico reglamento del PSC tiene tres páginas). Pero en el centro el pavor a la pérdida de control del proceso por parte del establishment partidario, cuando justamente el atractivo social que pueden tener las primarias es porque el peso de los aparatos se reduce. ¿No será el miedo a esto lo que hace que estemos en procesos de marear la perdiz?

Creo que lo primero que nos tenemos que preguntar es ¿qué elecciones primarias no son abiertas? Pues aquellas que bajo la apariencia de apertura dificulten al máximo el ámbito de la decisión: barreras de altos porcentajes para poder presentarse, censos previos y restringidos, condicionalidad a los candidatos/as, limitaciones en el discurso político...

Alternativamente las primarias abiertas que pueden ser un revulsivo real pasan por algunas cuestiones básicas:

Libertad de presentación de candidaturas, es decir barreras mínimas a que cualquier ciudadano/a pueda ser candidato. No puede ser que las barreras internas para presentarse a través de avales (hasta el 20%) estén muy por encima de las barreras de entrada en las elecciones generales (el 3%) o a algunos parlamentos autonómicos como Madrid (el 5 %) o Cataluña ( el 3%)

Igualdad para la realización de la campaña de primarias. Los recursos que aporte el partido serán equitativos para todos los candidatos. Facilitar la presencia en cualquier agrupación o territorio.

Campaña pública: Si el objeto es la movilización de los ciudadanos solamente apelando a la sociedad se logrará el objetivo político deseado.

Participación realmente abierta. Cualquier ciudadano mayor de 16 años inscrito en el censo electoral del distrito o pueblo donde se realice la votación, puede participar con la firma de una declaración de identificación con los objetivos generales del partido, por ejemplo en el anteproyecto de primarias del PSC la declaración dice “ Me reconozco en los valores progresistas y de izquierdas, de libertad, igualdad, justicia, solidaridad, y paz en el proceso de elección del candidato o candidata socialista a…………y contribuir a su éxito electoral “, y además realizará una módica cuota para sufragar los gastos (1 o 2 euros).

Existencia de dos vueltas con el objeto de favorecer la pluralidad de iniciativas y propuestas por un lado y la definición final por la mayoría de los votantes (mas del 50%)

Funcionamiento como distrito único, con distribución proporcional pura.

Unas primarias realmente abiertas suponen que muchos de esos amigos, gente progresista y de izquierda que, hoy en día, están muy decepcionados con el partido y su política, que incluso han optado por otras opciones en algún momento, quieran participar y hacer suyo un proceso democrático que les ofrece el socialismo para empezar a cambiar el rumbo del partido y del país. Significa que en las agrupaciones donde por ejemplo votan 300 afiliados tenemos que lograr que participen cuando menos 3.000 ciudadanos, Supone un objetivo global para el partido de que más de dos millones de personas participen en las primarias. ¿Es eso posible? No hay ninguna ley que se oponga, y un partido que en su sótano electoral tiene siete millones de votantes es sobre todo un acto de voluntad y decisión política.

El PSC ha dado pasos en una dirección adecuada y su reglamento de primarias aporta una orientación positiva y abierta para convertir las primarias en un autentico instrumento político de recuperación de la confianza ciudadana en la propuesta socialista y de izquierdas.

Llamazares aprovecha un acto de Izquierda Abierta para reclamar primarias

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Está claro que el manejo de los tiempos por parte de la dirección federal no responde ni a las exigencias de la situación, ni a la crisis de confianza en que se encuentra el partido, se persigue que la pendiente de la desafección y el escepticismos aumente, que no importe la absoluta falta de credibilidad del partido con tal de que no se mueva nada en lo interno. Ahora se espera a un nuevo batacazo electoral en la europeas del 2014 para luego preparar el recambio controlado, o al menos aparentemente abrir el proceso, pero mientras los ciudadanos se encuentran sin referencias y menos que ninguna la del PSOE. Pero como decía recientemente Javier Casqueiro en El País "ese plan – el de la dirección federal – no es que sea ingenuo, es que parece imposible e incompatible, con las urgencias actuales".

Se habla continuamente de la necesidad de cambiar, pero por el momento no pasa de ser retórica. Ante una dirección atenazada por el miedo y el conservadurismo no hay otra salida que apelar a la militancia y a la sociedad: las primarias abiertas son el camino.

Enrique del Olmo es sociólogo.

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