Muy fan de...

Muy fan de... Rodrigo Rato

Qué grande eres Rodrigo Rato, justo cuando todos empezamos a sentir la nostalgia otoñal, con una parte de la población intentando superar el síndrome postvacacional y la otra envidiando el trance –ya sabes, sin trabajo no hay vacaciones y sin vacaciones no hay bajón de después–, vas tú y encuentras un curro guapo. Soy muy fan.

Dicen en el Financial Times que tu elección como asesor internacional del Santander ha causado sorpresa en los círculos bancarios –por aquello de que fuiste presidente de Bankia, símbolo de la crisis financiera en España–. Hace falta ser tiquismiquis, perder imagen por un agujerito de nada, 14.593 millones de euros según el FROB. Será por dinero, se le pide una inyección a Bruselas, se la plantan en el culo al ciudadano, acostumbrado a aguantar lo que haga falta, y todos tan contentos.

Además, lo de Bankia ¿qué? Tú estás más que satisfecho con lo que hiciste, cómo olvidarte sonriendo ufano mientras agitabas la campanilla en la salida a Bolsa de la entidad, aunque al final dieras la campanada… Ni siquiera cuando tus brillantes números se tornaron de color rojo, perdiste la certeza de que habías hecho un gran trabajo, fuiste meridianamente claro en el Congreso de los Diputados: “Lo creía entonces y lo creo ahora, hice lo correcto”, sólo te faltó decir: “Por lo bien que lo he hecho, cigarrito al pecho”. Enorme, Rodrigo, esa confianza en uno mismo, aunque el mundo entero te quiera aguar la fiesta, se merece una vajilla y un juego de sartenes bancarias, por lo menos.

Vuelves a casa por la puerta grande, ya ocupaste el mismo cargo en el Banco Santander después de salir del FMI y antes de irte a Bankia a hacer agujeros. Por cierto, aún no se sabe bien por qué te fuiste del organismo internacional antes de agotar tu mandato, misterios de Cuarto Milenio, como el moreno de Lagarde… Cuarto Milenio,

Si por aquellos días Botín decía que habías sido el mejor ministro de Economía de la democracia, ahora sumas a tu currículum el plus de estar imputado por el caso Bankia. No sé yo si este detalle les daría puntos a los millones de españolitos que buscan trabajo en nuestro país, ¿tú crees que les abriría puertas poner eso de la “imputación” junto a lo de “inglés hablado y escrito e informática nivel usuario”? habrá que preguntar en el Inem.

Lástima que, con tu fichaje, no pueda Fátima Báñez apuntarse un empleado más en esa lista de los 31  –que pasaría a ser de los 32– porque tú ya trabajabas. Sí, a principios de año, Telefónica te contrató como asesor externo. Oye, ahora que lo pienso, igual fuiste tú el que sugirió a la compañía de telefonía el nombre del plan “Fusión”, como ya tenías experiencia con las Cajas…

Siempre has sido un grande, Rodrigo, muchos te señalaban como firme candidato a suceder a José María, aunque el tocado finalmente por el dedo aznarí fuera Mariano y tú te quedaras compuesto y sin Presidencia, ay.

Pero todo puede suceder en la vida, recuerda lo que te dijo aquella echadora de cartas durante la campaña electoral de 2004, cuando ibas de número dos por Madrid detrás de Mariano: “Aquí, mire, entre la fuerza y el juicio, le digo que habrá un momento político en España en el que usted será postulado presidente del Gobierno”. A ti te dio la risa, pero yo no perdería la esperanza, como diría Sabina, más raro fue aquel verano que no paró de nevar…

Yo creo que aún tienes mucho futuro por delante y, si un día te cansas de la economía y no tienes el cuerpo para bailes políticos, siempre puedes dedicarte al teatro. Ya probaste como actor aficionado –con gran éxito de crítica y público– en La venganza de Don Mendo (teatro Gala de Washington), siendo aún el gerifalte del FMI. Dicen que eras el mejor del elenco, que nunca te equivocabas al recitar tu parte del guión. Por cierto, paradojas de la vida, mira lo que le decía tu personaje, el Rey Alfonso VII, al Marqués de Moncada:

ALFONSO.– Ve delante.


Rodrigo Rato y Alfonso Cortina, nuevos consejeros de la inmobiliaria de La Caixa

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MONCADA.– ¡Nunca!

ALFONSO.– Sí.
Que si peligro o tropiezo debes cargar con eso
 antes de que me toque a mí.

Y aquí estamos, cargando con tus tropiezos. Ah, se me olvidaba, la pitonisa que leyó tu futuro añadió: “Son cartas de mucha fuerza (…) la rueda de la fortuna está aquí, todo lo que haga en la economía saldrá adelante, sale la templanza, la abundancia, la alegría". Olé, Rodrigo ¡Viva la alegría!, que todo lo que tú haces en la economía sale adelante… salvo alguna cosa.

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