Muy fan de...

Muy fan de... la infanta Cristina

Cristina de Borbón, últimamente soy más fan ti, si cabe. Es tan bueno lo último, eso de que te autoalquilabas el palacete de Pedralbes, muy Juan Palomo todo, me chifla.

Se comenta que Pepe Castro está amagando con pedirte explicaciones, ya estamos. Ay, juez de poca fe, millones de personas en todo el mundo creyendo ciegamente aquello de Padre, Hijo y Espíritu Santo, y resulta que ahora vamos a dudar de que Cristina pueda ser arrendataria, arrendadora y una sola infanta verdadera. Son cosas que pasan en la inmensidad del cosmos, misterios inexplicables de la vida. Seguro que Iker Jiménez y sus expertos, disfrutarían de lo lindo analizando de madrugada ese desdoblamiento real.

Muy fan también de la lista de gastos particulares que aparecen en el informe policial y que, presuntamente, cargasteis Iñaki y tú a Aizoon –esa empresa fantasma que también estaría muy propia sobre la mesa de Cuarto Milenio–. Son facturas muy variadas: desde un reloj de 1.160 euros, hasta unas botas compradas en Nueva York, pasando por unos cuantos muslitos de codorniz y unas latitas de berberechos, lo normal para una familia numerosa que va al súper a hacer la compra del mes.

He leído que también cargasteis en la cuenta de la empresa una fiesta de cumpleaños que costó 7.888 –cuánto os soplarían por cada vela–, muebles por valor de 138.834 euros –cualquiera se atreve a pasarles el Pronto y el paño– y un mimo para una celebración festiva –muy adecuado para un acto privado, ya se sabe que ese tipo de profesional no suelta prenda, vea lo que vea–.

Aparece también en el cómputo de gastos, un fin de semana en Roma para toda la familia que os salió por 5160 euros, es que uno va a Italia a comer espaguetti y se deja la pasta. Y un safari reservado a nombre de un tal Pep Figueras –debe de ser el famoso amigo invisible– que disfrutaste en Sudáfrica. Claro, te viene de familia, y lo entiendo perfectamente, son aficiones que se heredan, tu padre caza elefantes, el mío cogía níscalos. Unos vamos a setas y otros vais a Rolex.

Lo de pasar las facturas de los libros de Harry Potter me ha fascinado, los magos deben de ser para Iñaki toda una fuente de inspiración. Son esos señores capaces de hacer desaparecer el dinero del público para, con un sutil movimiento de manos, hacer que los billetes aparezcan en su bolsillo. O los gastos de gasolina endosados también a la empresa tapadera, ya me imagino al escolta, manguera en mano, escuchando una voz aterciopelada decir: “Ha elegido usted gasolina gratis”.

Muy fan también de cargar a la cuenta de Aizoon el casting para elegir servicio doméstico, me gusta jugar con la idea del duque y tú, detrás de unas mesitas, en plan Risto y Corbacho, viendo pasar a los candidatos a mantener el palacete en perfecto estado de revista, y diciéndole al que demuestre que sabe blanquear la raya de los baldosines: "¡Tú sí que vales!"

Pero lo más interesante de todo, son esos cursos de coaching que cuentan que hiciste para aprender a hablar en público. Me da que a Pepe, el magistrado, le encantaría oír tus progresos en expresión oral.

Yo te digo una cosa, Cristina, haces muy requetebién con lo del autoarrendamiento, no están los tiempos para fiarse de nadie. Quién mejor que una misma para ser tu propia inquilina, nadie tratará con tanto cuidado tus toallas, tus sábanas, tus cosas… Y en cuanto a eso de que sea la misma firma la que aparece en el contrato, igual es que te liaste como Groucho con lo de: “La parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”.

Hay quien dice que cada vez está más cerca el momento de tu imputación –segundo asalto–, pero los escépticos no creen que vayas a pasar por el trance de tener que dar alguna explicación. Sea como sea, eres aficionada a los deportes naúticos, no creo que te inquiete estar con el agua al cuello. Tu tranquila allí en Ginebra y sí oyes que te pitan los oídos, ni caso, hazte la sueca. O, mejor dicho, la suiza…

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