No le tocaba. Aún no. No era su tiempo de ausencia. Aún la música seguía expectante, ansiosa por acoger y tragarse a bocanadas sus creaciones. Y los flamencos… ¡Ay, los flamencos! Cómo se van a poner cuando se enteren… Cómo van a desgarrarse por seguirillas, por soleás…
¡Cómo van a llorar, vibrando, las falsetas en todas las guitarras!
Se ha muerto Paco, el de la Lucía, Paco el de “Los Chiquitos de Algeciras”, Paco, aquel que se fue solo y
elevó el flamenco a los altares rescatándolo del rincón donde permanecía acomplejado, Paco a secas para los flamencos, que así por nombrarlo simplemente, nos sentimos cercanos y parte de lo que era único y sublime.
Se ha muerto Paco ¿Y ahora, qué?
El verano pasado, escribí al Maestro..No encontré otra forma que a través de una de sus Agencias en la web..Le conté lo mal que está la música en la educación, y lo difícil que es acceder a los conservatorios.. Qué lástima que se haya marchado tan pronto...
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