Qué grande eres, Esperanza, un minuto en el carril bus —según tus cálculos temporales— y un montón de días
en boca de todos. Dime que tu agarrón —o Aguirrón— con los agentes de Movilidad
es uno de esos virales que circulan por Internet —como aquel de los besos entre desconocidos que resultó ser una campaña para promocionar cierta marca de ropa—. Dime que tu incidente en Callao forma parte de l
a promoción de un nuevo reality y que después de
Un Príncipe para Laura llegará a nuestras pantallas
Un agente de Movilidad para una lideresa. Miénteme, mari, dime que no es verdad, que lo tuyo no es tan fuerte, porque
voy a morir de fanatismo. ¡Tan, tan fan que me hiperventilo encima!
Si el inolvidable Eugenio levantara la cabeza, cambiaría de vocal y provocaría el descojono general con su “diu la E” la E de Esperanza, de Escaparse, de Esquivar, de Escabullirse, de Eludir, de Evadirse, de “¡Eeeeh, que soy la Aguirre, apártate ya mismito, que cuando piso el acelerador
no me para nada. Pim, pam toma Lacasitos!”
Qué manera de animar el cotarro, Esperanza, qué habilidad para devolver el humor perdido a las redes sociales —sí, hija, últimamente, haces un chiste y te caen diez unfollows, como te lo cuento—. Aquella tarde de abril te hiciste en un pispás el chistazo del año, el “Aguirre a la fuga” es el nuevo “Uno que llega…” . Creo que ya podemos decir sin equivocarnos que “Multita o bronquita” es la versión moderna de “Zuzto o muerte” y “Me voy, tienes la placa, denúnciame” el sustituto de “Hasta luego Lucas”. Eres
muy Grande de España.
Pero vamos a ver, inocentes agentes ,¿a quién se le ocurre
parar a la imparable? ¿Quién osa cruzarse en el camino del tsunami madrileño? ¿Acaso no saben ellos que eres
arrolladora?¿Y qué pensaban, que te esconderías cabizbaja en el palacete a ver
Entre todos después de que te persiguieran —según consta en la denuncia de los agentes— con señales acústicas y luminosas
como a Thelma y Louise? Ná, es conocido por todos que cada vez que te lanzas por un precipicio sales a la superficie más chula que un ocho, sonriente y dispuesta a contar
ante los micrófonos los detalles del salto. Así que te hiciste tu gira mediática infinita —superando a Santiago Segura con
Torrente—
. No te faltó una radio ni una tele y, en todas ellas, comparecías
más fresca que una lechuga, poniendo a los agentes de Movilidad de color verde Esperanza. Tu voz sonaba en bucle por todas partes, te confieso que llegué a pensar que, de un momento a otro, te escucharía por el navegador del coche y me acojoné…
Alguien ha tenido la brillante idea de preguntarte
si te has planteado dimitir, por aquello de que un cargo público ha de predicar con el ejemplo y tú, muy Amy Winehouse, has contestado: “No, no y no”. Lo que me sorprende es que no hayas respondido: Ja, ja y ja.
¿A quién se le ocurre sugerirte tal despropósito? ¿Dimitir por un incidente así? ¿Dimi… qué? ¡Dimi… qué me estás contando!
Pobres diablos, igual pensaron que como admiras tanto la cultura británica imitarías el gesto de Chris Huhne, que dimitió como ministro de Energía por
mentir sobre una multa de tráfico. A ver, esto es Spain, que tú pidas dimisiones ajenas cuando crees que alguien ha metido la pata hasta la ingle,
no implica que lo hagas tú, que estás en otra dimensión. Tú tienes la sangre azul y si quieres aparcas en zona ídem o en lo alto de madroño si te sale del… pensamiento.
Ahora tienes varios frentes abiertos: la denuncia de esos agentes que, según tú, te tienen manía por famosa —
no quiero ni pensar los problemas que tendrá Lady Gaga para sacar pasta de un cajero—
; el cabreo de la opinión pública que ve que, pase lo que pase, nunca pasa nada; y tus compis de partido —
con esas moviditas internas de lucha de poder que os traéis los políticos—
que habrán visto el cielo reflejado en un carril bus. Desde luego, tienes más problemas que Miguel Ángel Silvestre en Galerías Velvet.
La cosa se pone interesante,
hay que hacer acopio de palomitas para ver el desenlace de esta superproducción en 3D. Eso sí, si vas al estreno, te recomiendo que no cojas el coche para ir al centro, se comenta que hay agentes que andan
a la caza de celebrities sexagenarias…
Muy bueno. Te sigo y soy fan de tus artículos. En el fondo y no tanto, este cortijo es de estos personajes, que expresan abiertamente ¿ quien les va a decir a ellos las copas de vino que se pueden tomar o a que velocidad pueden conducir o donde deben aparcar o o donde pueden tener su dinero.... ? Son los amos y los demás a callar y a servir. El que no lo hace es cochina envidia.
Responder
Denunciar comentario
0
0