El Cholo es más que un líder deportivo

Nos movemos a impulsos del corazón y la sangre. Lo que como individuos nos angustia o nos motiva es también lo que nos impulsa como colectivo, como grupo y como sociedad. La ciencia, con su búsqueda de precisión y explicaciones, tiene una incuestionable raíz psicológica: no avanzaría sin la fe o las convicciones individuales de quienes impulsan los progresos. Lo mismo sucede con la economía, cuyos altibajos están directamente relacionados con los miedos, las angustias o las euforias de los que tienen la llave del grifo, o los que ejecutan sus órdenes. Son hombres, con sus limitaciones y sus grandezas, quienes a la luz o en la sombra gobiernan lo público y lo privado, gestionan nuestras vidas y haciendas y marcan el camino que transitamos.

No elogio el individualismo, simplemente concluyo de la observación que los vaivenes colectivos en cualquier momento de la Historia tienen mucho que ver con nuestras emociones: el grupo es el reflejo de sus individuos.

En una sociedad cansada y dormida, sin un lecho claro por el que encauzar ideas nuevas y carente de solidez en el liderazgo o motivación, en este mundo en crisis en el que los que mandan no son capaces de apreciar ni entender la distancia cada vez mayor con la base social, es otra vez un deporte el que vuelve a brindar el aliento del ejemplo y a poner en valor la importancia de aportar el esfuerzo particular al objetivo colectivo.

Un tipo con carácter e ideas claras, impermeable a otra cosa que no sea el bien del grupo al que sirve, vuelve a darnos una lección: si crees en ti y actúas con esa fe en beneficio de todos, tienes muchas más posibilidades de ganar.

El ejemplo del Cholo Simeone al frente del Atlético de Madrid rebasa ampliamente el escenario del deporte por muy colectivo o multitudinario que sea. Ya se ha escrito mucho sobre ello y no creo poder aportar más a la construcción del mito y sus razones, pero lo de esta semana, contagiado como pólvora que estalla en cientos de miles de gritos de alegría a la afición rojiblanca, ha de ser anotado como una llamada de atención a quienes todavía no son capaces de ver lo que tienen ante sí.

Para los que creemos que el cambio sólo puede venir de una fe en nuestras posibilidades particulares puestas al servicio de lo colectivo, que las organizaciones crecen y mejoran si se permite a cada cual desarrollar su talento sin cortarle las alas, que dirigir y mandar es escuchar y no imponer, que la salida nunca es individual ni única, este Atlético de Madrid de Cholo Simeone es la encarnación de la esperanza. El futuro es lo que el Atleti enseña, más allá de lo puramente deportivo, si somos capaces de fijarnos bien.

La euforia de la victoria ante el Barça, que este cronista ha celebrado y compartido como estos otros indios del video de la semana, es toda una lección del valor de lo individual al servicio de lo colectivo.

No sólo podemos ganar la liga y la champions, es que estamos diciendo en voz alta y sin género alguno de dudas, que sí se puede, que somos capaces de llegar si ponemos nuestra energía y talento al servicio de un objetivo compartido por quienes sean capaces de hacer lo mismo y que hasta los muros más altos pueden saltarse.

Fútbol es sólo fútbol, pero también refleja lo que somos, y, en este caso, lo mejor de lo que podemos ser y hacer.

Gracias, sobre todo por eso, queridísimo Cholo Simeone.