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Muros sin Fronteras

Ébola de blancos, ébola de negros

El ébola afecta de nuevo a los blancos, vuelve a ser noticia de primera página, de apertura de informativos de televisión y radio. En Periodismo, la proximidad es uno de los principios motores para determinar qué es noticia, o qué es más noticia. También el número de personas potencialmente interesadas. En España reunimos ambas exigencias: el ébola ya está aquí, en un contagio autóctono, no en personas repatriadas, y nos afecta a todos. También afecta a Europa, que exige una investigación de cómo ha sucedido.

La BBC especula con la hipótesis del fallo humano, algo que también insinuó el Gobierno: ha sido el maquinista. Una de las últimas ideas es que Teresa, que es el nombre de la auxiliar, pudo contagiarse al quitarse el traje; ella mismo lo reconoce. Nos hablan de protocolos, pero nadie revela su contenido exacto; parece un cajón de sastre para escurrir bultos.

Lo que no sabe la BBC es la cadena de fallos, más políticos que técnicos: ¿por qué se repatriaron los dos misioneros si no contábamos con medios adecuados? ¿Por qué una persona que no se encuentra bien y ha tratado a dos enfermos de ébola no es aislada de inmediato en lugar de mandarla de vacaciones a su casa? Se han perdido entre seis y diez días.

 

Pero no hay que ser alarmistas. La enfermedad, por lo que se sabe de ella, no es contagiosa hasta que no presenta los síntomas. ¿Se pueden considerar síntomas el malestar de la auxiliar? Es hora de explicaciones exhaustivas; no es un asunto que se pueda despachar con los métodos habituales de la política española. Somos el centro del mundo, y no precisamente por un motivo del que sentirnos orgullosos: dos pacientes muertos y una auxiliar de enfermería infectada.

Sierra Leona y Liberia siguen siendo las zonas más afectadas por la enfermedad, que se ha cobrado en África la vida de cerca de 3.500 personas, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta organización dependiente de Naciones Unidas dedica un espacio en su página web a la epidemia; en ella hay mucha información, por ejemplo de lo que se sabe hasta ahora de sus vías de transmisión.

La actual epidemia afecta a tres países: Sierra Leona, Liberia y Guinea Conakry. Se han detectado casos en Nigeria, Senegal y República Democrática de Congo, pero de momento parecen aislados. Se trata de una enfermedad contagiosa altamente mortal.

Estos dos vídeos de una serie de tres de Vice News (el segundo acaba de emitirse) explican la situación en África Occidental y permiten situarnos en la magnitud del problema.

Para entender a qué nos enfrentamos, no solo en España y EEUU, donde también hay un caso, sino en África, donde el ébola amenaza con matar a decenas de miles de personas, les recomiendo este trabajo gráfico de The Washington Post.

Uno de los primeros obstáculos es el desconocimiento de los médicos occidentales, que no saben detectar a tiempo los síntomas del ébola. Sucede también con la malaria, a menudo diagnosticada como gripe. En los casos de España y EEUU, la persona afectada no fue atendida inmediatamente. Thomas Duncan viajó en avión desde Liberia a Dallas (Texas) y al llegar a EEUU desarrolló los síntomas. También se acumulan las denuncias de errores en el manejo del caso. Su muerte no cierra el caso.

Esto ha llevado a Barack Obama a anunciar nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos. En Europa existen controles de los vuelos. A pesar de todo, la misma OMS reconoce que es inevitable de que se produzcan más casos en territorio europeo.

El otro obstáculo es la histeria, el miedo a un contagio masivo, que es improbable si no hay contacto directo de fluidos. El equilibrio entre la transparencia y la desinformación será clave para ganarse la confianza del público. En España esta confianza está en mínimos. La unanimidad de la prensa conservadora y la de centro izquierda es grande y Twitter es un clamor exigiendo la dimisión de la ministra.

La CNN recuerda algunos hechos y la BBC algunos mitos. No conviene confundir lo primero con lo segundo.

En este mapa de healtmap.org aparecen los países con casos de infección, y otro de proyección en el desarrollo de la enfermedad y posible cifra de muertos, por ahora imprevisible en África sobre todo. Occidente ha tardado mucho en reaccionar; los Gobiernos africanos han tardado mucho en reaccionar, casi cuatro meses desde el primer caso en diciembre de 2013. Esta tardanza explica la pandemia. No existen vacunas eficaces de venta al público, solo algunos fármacos en fase experimental sin seguridad en su eficacia.

Cuando no afecta a blancos, los que pagan el precio de las medicinas, las farmacéuticas suelen estar menos interesadas en dar soluciones. Ahora que la pandemia llega a Europa y EEUU, el negocio puede estar asegurado. En un África Occidental sin medios técnicos, el peso de la lucha contra la enfermedad recae en héroes anónimos, personas, médicos y enfermeras que arriesgan su vida para controlar la mortalidad. Así seguirán las cosas, que la salud es para quien la puede pagar.

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