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Confesiones a las bases socialistas tras la encuesta

Odón Elorza

Estimados socialistas :

La encuesta de El País ha hecho que nos demos de frente con la realidad. Podemos va en cabeza en las preferencias del voto ciudadano y ante ello la mejor digestión es asumir desde la reflexión que nosotros hemos dado todas las facilidades para que, ante la ausencia clamorosa de un liderazgo de referencia frente a las políticas miserables de Rajoy y de Merkel, se creara un nuevo espacio político. Y que las circunstancias provocadas por una gestión injusta de la crisis por los gobiernos y la escalada inagotable de noticias sobre casos de corrupción han potenciado a Podemos como la representación del cabreo ciudadano. Y es posible que no haya alcanzado su techo.

Lo más importante ahora es mirar hacia dentro para resolver las tareas pendientes de cara a buscar la recuperación de la credibilidad y del voto, siendo conscientes de nuestros errores, de cómo hemos retrasado en tres años iniciativas elementales contra la corrupción y por la regeneración democrática del PSOE, las mismas que en estas semanas viene anunciando Pedro Sánchez sin poder socializar los procesos y los contenidos de sus iniciativas. Debemos entender y asumir que la previsible explosión social, que nació el 15-M, ha consistido en la creación de una opción política asamblearia que aglutina el descontento hacia los políticos, los partidos tradicionales de gobierno, las instituciones y los llamados organismos reguladores y garantizadores de la división de poderes.

De entrada, aceptemos que el escenario electoral que dibuja para el PSOE la encuesta de Metroscopia no es definitivo; puede mejorar o empeorar. No mejorará si nos ponemos nerviosos, si damos pie a la tesis interesada de los poderes económicos y de gentes contrarias al papel del Partido Socialista que apoyan la gran coalición con el PP. O si nos lanzamos de modo desaforado contra las tesis más populistas de Pablo Iglesias, en vez de dedicar nuestro tiempo y capacidad en concretar una alternativa medida y rigurosa a la política económica de la derecha para salir de la crisis con otro reparto de sacrificios, alentando una ilusión colectiva posible y explicando de modo transparente cómo haremos para reconstruir el Estado de Bienestar que ha destruido básicamente el Gobierno de Rajoy.

Pero no será suficiente. Tenemos que ser capaces de observar y limpiar nuestro patio trasero para poder ganar legitimidad en la lucha contra la corrupción, tomando medidas preventivas antes de que nuevos casos le exploten al PSOE, aunque sean cualitativos frente a la cantidad que siempre afectará al PP y a la derecha económica. Debemos concretar el alcance de nuestro modelo federal, pensando en Cataluña y en la nueva ordenación territorial de España. Nuestra propuesta de diálogo político para buscar una salida consensuada al laberinto de Cataluña requiere de una oferta que supere lo aprobado en la resolución de Granada y que se vea acompañada de una nueva fórmula de financiación para Cataluña y el conjunto de autonomías.

Sé bien que mi propuesta no ha tenido acogida pero reitero que se dan todas las condiciones para que el PSOE presente una moción de censura a Rajoy de la mano del secretario general salido de unas primarias internas democráticas, tras el debate y aval del Comité Federal. Pedro Sánchez tiene que ser consciente de que es la única oportunidad de aprovechar la tribuna de un desprestigiado Parlamento para presentar su alternativa a la ciudadanía de cara al inmediato futuro. Es ahora o nunca.

Primera encuesta que da la victoria a Podemos y relega al PP al tercer puesto

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No olvidemos que la derecha tiene un suelo electoral superior al de las encuestas –nuestro caso es diferente– y eso debe llevarnos a dos conclusiones. La primera, que el PP puede buscar su salvación con inmediatez. Le bastaría con sacrificar a Rajoy y presentar su dimisión "generosa y víctimista" para salvar los muebles. Saben que está "muerto" y darían "ejemplo" de regeneración al nombrar con su mayoría absoluta a Soraya Sáenz de Santamaría como una presidenta que sacaría de su gobierno a Wert, Mato y Fernández. A continuación aprobaría, aunque fuera con sus únicos votos, un paquete de reformas legislativas de calado –por supervivencia y no por convicción– para responder a la demanda de la sociedad española de medidas urgentes para prevenir y combatir la corrupción. Lo están valorando pero, ¿serán capaces?

La segunda conclusión consiste en asentar en nuestras filas la mentalidad de una nueva cultura de entendimiento y pactos con las otras fuerzas de izquierda y progresistas para garantizar la gobernabilidad de ayuntamientos y comunidades autónomas. Se trata de apostar por un primer ensayo real de cara al complejo escenario que se dará tras las eleciones generales, para las que hemos de descartar ya un pacto con el PP, aunque su candidata se llame Soraya.

Por último, os traslado como mujeres y hombres de base del PSOE que es imprescindible que rectifiquemos uno de nuestros grandes errores en el final de la etapa de gobierno del presidente Zapatero contra la crisis. Me refiero a la propuesta de revisión inmediata del maldito artículo 135 de la Constitución. Por su simbolismo no podemos mantener un texto que consagra, con la excusa de las reglas europeas de estabilidad presupuestaria y como una concesión inaceptable que ningún otro país ha aprobado, la prioridad absoluta del pago de la deuda frente a cualquier otro gasto social en nuestros presupuestos.

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