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Muros sin Fronteras

Un irresponsable muy responsable

Aunque no existe mecanismo alguno para salir del euro, ni voluntariamente ni por expulsión sumaria, la BBC ya analiza cuáles serían las consecuencias económicas y políticas para Grecia, la Eurozona y los negocios. Aunque es un buen texto, en las consecuencias políticas falta una: tras un eventual fracaso de Syriza, llegarán los nazis de Amanecer Dorado. Si Alemania se comporta de una manera tan rígida con el ajuste por su memoria histórica de la hiperinflación, que generó el nazismo y todas las catástrofes posteriores, alguien debería reflexionar también sobre las consecuencias del nazismo y del fascismo en Europa. Simon Jenkins defiende la salida de Grecia en un artículo en The Guardian.

Desconozco si en una decisión tan transcendental como la expulsión de Grecia se exigiría unanimidad o bastaría la mayoría simple o cualificada. Este es un terrero ignoto. Sería necesaria mucha improvisación. La UE no está acostumbrada a tomar decisiones con altas dosis de improvisación, todo es negociación, intercambio, encaje. Algunos lo llaman zoco, mercado de favores; otros consenso, capacidad de pacto, de llegar a acuerdos. Grecia pesa el 2% del PIB europeo; ese es su gran problema. El Grexit (acrónimo de Greece exit) se aplica al pariente pobre. No a Francia, Italia o España.

Es cierto que el dinero no se puede regalar, que los compromisos asumidos son sagrados, etcétera. Pero detrás de ese discurso moral hay otro, no excluyente, que recuerda que asfixiar a un enfermo no va a conseguir que se salve ni que pueda hacer frente a sus pagos. Lo que pide Grecia es aire, un poco de pausa, para insuflar en la gente esperanza, proteger a los más castigados por la crisis y poner el país en marcha. Es posible que un Gobierno como el de Syriza, si salva la cara, pueda ir más lejos en algunas reformas, como la fiscal, para conseguir que todos los griegos paguen sus impuestos, incluidos los ricos. No se puede ir más lejos en un camino de privatizaciones que esquilma el patrimonio del Estado y llena los bolsillos de personas cercanas al poder. En este vídeo, la visión sería de los humoristas australianos Clarke & Dawe.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha llamado irresponsable al Gobierno de Syriza. Sé que no es muy normal la cita entre competencias, pero este texto lo resume bien. El Eurogrupo le había dado de plazo a Grecia hasta mañana para aceptar una extensión del rescate y de sus condiciones.

El irresponsable Gobierno griego le ha dado una lección de responsabilidad al resto del Eurogrupo al solicitar una prórroga de seis meses y aplazar la batalla final en espera de mejores condiciones. Es el tiempo que se da para conseguir aliados. No olvidemos que Grecia no solo fue tierra de filósofos, también de genios militares, expertos en estrategias. Alexis Tsipras se enfrenta a un enemigo muy superior en número. Lo mismo que Temístocles en Salamina.

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La UE es experta en evitar el abismo en el último segundo; por lo general, en cumbres que se prolongan de madrugada, con el reloj detenido: un eufemismo que evita reconocer que el reloj es un truco más en los tira y afloja. Según Business Insider, el pacto final, el de un tercer rescate con otras condiciones, podía estar a dos palabras. El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, sostiene que este tipo de tácticas son un error, porque las mejores decisiones se toman descansado. El lunes publicó un artículo en The New York Times en que decía que no eran tiempos de juegos, sino de decisiones audaces.

Lo que sorprende es la dureza de Mariano Rajoy, duro con los griegos y blando con una banca española irresponsable a la que sí hemos regalado el dinero recortado de la Sanidad, la Educación y las pensiones, en un rescate que se da por perdido. Ni Rajoy ni el PSOE se plantean como línea roja exigir a los bancos rescatados con dinero público devolver hasta el último euro y con intereses. ¿Cuál es la diferencia? La esencial es que en Grecia no tenemos amigos que satisfacer.

El problema con Grecia no es solo económico, es político. ¿Qué Europa se quiere? ¿A qué sueño se está dispuesto a renunciar? Es fácil ver el peligro en Ucrania, donde se disputan las fronteras, que es lo fácil, aunque no se vio durante 44 meses, en Bosnia-Herzegovina en 1992-1995. El reto ya no es exterior, es interior. El reto no es la inmigración, ya convertida toda en yihadistas en una gran irresponsabilidad política y estratégica. El reto es sobrevivir a estos dirigentes. Me refiero a los nuestros, porque Angela Merkel solo defiende sus intereses. Aquí, ni eso, solo humo.

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