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Muy fan del alcalde de Villares del Saz, poesía eres tú

Tras una semana desconectada del mundo, sumergida bajo la ola de calor, casi ajena a eso que los periodistas llamamos “la actualidad”, salgo a la superficie con la idea de ponerme al día y lo primero que me encuentro es un verso poético: “Qué dice esta puta barata podemita”. Las bellas y delicadas palabras pertenecen al rapsoda José Luis Valladolid Lucas –alcalde de Villares del Saz (Cuenca) por el Partido Popular– y se las dedica con cariño a la portavoz del PSOE en Castilla-La Mancha, Cristina Maestre. Nivelazo. Muy fan.

Para releer tan inspiradas palabras, he puesto de fondo al violinista Samvel Yervinyan. Las cuerdas del artista armenio que interpreta A sweet voice se entrelazan dulcemente con esa frase escrita en el más puro castellano: “Qué dice esta puta barata podemita” oye, los pelos como escarpias. Pruébenlo, cuando arte y sensibilidad se funden, el efecto es sublime. Qué bonito, alcalde.

Pero las gentes, que no suelen comprender a los genios de altos vuelos, a los magos de la metáfora, el símil, la alegoría y el epíteto, se han enfadado, han cogido el canasto de la chufas y han pedido la dimisión del autor de los versos. Qué poco respeto por las composiciones literarias...

Señoras y señores, el poeta Valladolid Lucas, escribió en su muro de Facebook –versión 2.0 de las pintadas en las puertas de los baños universitarios– tales adjetivos “sin ánimo alguno de ofender a nadie”, tal y como él mismo aseguró tras el revuelo originado por sus calificativos. Además los acompañó de otras lindezas líricas tales como: “Lo que pasa es que llevabais cuatro años sin robar y sin colocar a dedo a todos los lamepollas del PSOE”.

¡Qué preciosidad! ¡Ni en una liguilla de la generación del 27 contra la del 98, podríamos encontrar tanto talento poético!

Dejando a un lado la expresión “lamedores de..” –no repetiré el concepto ya que no poseo el nivel lírico necesario– que alcanza a los dos géneros por igual (en plan ejercicio paritario del poeta), es curioso comprobar cómo se repite una y otra vez un determinado campo semántico cuando se trata de referirse a las mujeres. Da igual que seas oponente política, que te saltes un semáforo, que suspendas a un alumno o que te cueles en la fila de la caja del súper, “puta” sirve para todo, es el atributo comodín para referirse a nosotras en caso de duda.

Sí, las mujeres hemos sido históricamente, musas de ciertos “creadores literarios”. Y en los versos que dedican al género femenino, se repite incesantemente la idea de adjetivarnos con la profesión más antigua del mundo tal y como hace Valladolid con su “puta barata”. En ocasiones, este tipo de calificación aparece envuelta en el manto de la prosopopeya y adorna a las féminas con rasgos del mundo animal: “Soraya con su carita de zorra no es más que una mala perra casposa, sucia y rastrera”. Su autor, Jesús Díaz Robles, miembro del PSOE onubense, acabó solicitando la baja voluntaria del Partido Socialista tras tan magna obra. El retiro del poeta.

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No seré yo quien imponga a los trovadores qué tipo de recurso literario han de utilizar cuando se ponen a tocar el arpa y a recitar sus coplas pero, no sé, como simple sugerencia, quizás podrían ir incorporando novedades semánticas, estamos en el siglo XXI y ahí siguen ellos, tirando del concepto una y otra vez. ¿Cuántos siglos llevan esos vates utilizando el mismo adjetivo femenino peyorativo? Que ya el simple hecho de considerar insulto el ejercicio de tal profesión, dice mucho del alma del poeta...

Lo del alcalde de Villares del Saz es una versión muy particular del desparramamiento poético que abanderó la generación Beat con los fundamentos de la “escritura espontánea”, consistía en dejar que las ideas se trasladaran intactas de la mente del autor a la máquina de escribir. Esto es lo que ha hecho el gentil edil, poner en Facebook lo que se le ha pasado por la cabeza, José Luis Valladolid Lucas es el Jack Kerouac conquense. Big fan.

El genio incomprendido, ha pedido mil veces perdón a través de Facebook, convertido en su muro de las lamentaciones. Ha asegurado que no había sido su intención “insultar a esa señora” y que su comentario era una “confusión”. Di que sí, José Luis, tú con la cabeza muy alta, la confusión es propia de sabios, ya lo dijo una aspirante a Miss Panamá en 2009: “Confucio fue uno de los inventores de la confusión”.

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