Caníbales

Alguien

Tengo un amigo que, hace más de quince años, ya decía que toda vida vista de cerca resultaba interesante. Y a mí me parecía una boutade y una trampa: no por nada, sino porque él lo decía para defender y justificar un programa de televisión sobre alguien, sobre cualquiera. Eso fue hace mucho tiempo, bastante antes de que los platós de televisión se llenaran de bufones que nunca serán interesantes (la diferencia entre patético e interesante es bastante clara por mucho que algunos se empeñen en borrarla).

El caso es que le tengo que llamar para pedirle disculpas porque he pasado toda la tarde del domingo leyendo un libro sobre la vida de una mujer de Brooklyn que podría haber sido la de mi tía, en Argüelles, o la mía en los mil barrios en los que he vivido. O la tuya.

A ver, que este libro viene con una garantía porque lo edita Libros del Asteroide (ay, Luis Solano, qué poco te equivocas y qué bien que hayas cumplido diez años). Y con otra: que lo escribe Alice McDermott.

Cómo puede saber tanto Alice McDermott de la vida.

De la vida de alguien.

De la vida de todos.

Pruebas de atención

He visto pasar por sus páginas las ilusiones de mis abuelas, los miedos de mis padres, mis propios desengaños y complicidad que tuvimos, de pequeños, todos mis hermanos. He visto pasar mi vida y la tuya. He visto pasar, así, en mayúsculas y minúsculas, la vida.

Y he visto una mujer que se define cuando le piden que no tenga más hijos, que le han hecho una carnicería en el primer parto que casi acaba con ella, que por favor. Pero ella sabe quién es: es su coraje. Para tirar hacia delante. Como hacen siempre las mujeres, que son las dueñas del miedo y las dueñas del valor, que son las valientes.

P.D.: este libro es, de verdad, infalible. Mi edición ya lleva seis lectoras impactadas.

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