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Desde la tramoya

Siete pruebas de que Ciudadanos es la marca premium del PP

Podemos se merendó a Izquierda Unida y pronto empezó a buscar votos del "centro": es decir, de gente más moderada, menos politizada o más desmovilizada. Lo mismo ha hecho Ciudadanos, en su caso con más éxito, porque si Podemos es en realidad una escisión de Izquierda Unida y su ideología es netamente de izquierda, Ciudadanos tienen una marca ideológica menos marcada, excepto en el asunto de la unidad de España.

Ese centro sería un supuesto espacio que no es la derecha de los duros, patriotas y devotos, ni la izquierda de los igualitarios internacionalistas y permisivos.

Pero lo cierto es que ese lugar es una quimera: no existe un "centro" como espacio ideológico. Se trata de un ectoplasma político, es decir, como dice el diccionario, "una supuesta emanación material de un médium, con la que se dice que se forman apariencias de fragmentos orgánicos, seres vivos o cosas". Nadie ha confirmado la existencia del ectoplasma, como nadie ha logrado concretar qué es el centro. Ese supuesto centro es en realidad el espacio de los liberales, es decir, de la derecha clásica. El espacio de quienes creen que la iniciativa privada debe ser prioritaria, que el Estado debe ser reducido a su mínima expresión, y que la libertad debe primar sobre la igualdad. Los liberales (en su acepción europea, porque "liberal" en América quiere decir "progresista"), sorprenden sin embargo con posiciones abiertas en cuestiones morales y religiosas, pero por lo demás se alinean con la derecha de toda la vida.

En el caso específico de Ciudadanos pueden ponerse al menos siete ejemplos de su alineación conservadora:

Primero, siempre que ha podido elegir, ha apoyado al PP para formar gobierno. La única excepción notable ha sido Andalucía, donde permitió, después de dar mucha guerra, que gobernara la socialista Díaz. Pero allí no había otra opción. O gobernaba ella, la más votada, o se repetían las elecciones. Sin embargo, cuando sí había otra posible decisión, apoyó a los conservadores. En Madrid dejó gobernar al PP (48 diputados), e impidió que lo hiciera Gabilondo con el apoyo ya garantizado de PSOE y Podemos (64 diputados entre ambos). En Murcia, en La Rioja y en Castilla y León, Ciudadanos ha permitido también gobiernos conservadores y ha cortado el paso a gobiernos progresistas. Quizá por eso, hace un par de días, ante el Gran Wyoming, Rivera se negó a confirmar que no apoyaría a Rajoy si el PP ganaba las elecciones. Hasta cuatro veces dejó abierta esa posibilidad.

Ciudadanos, segundo, está a favor del contrato único. Es decir, en contra del contrato indefinido. El contrato único es una de las bestias negras del sindicalismo, porque sí, simplifica mucho las contrataciones, pero a la vez elimina las ventajas fiscales de los contratos más estables.

En tercer lugar, Ciudadanos se ha mostrado contrario a la subida del Salario Mínimo Interprofesional, o a las rentas mínimas contra la pobreza. Considera que esas ayudas desincentivan la búsqueda de empleo.

Con respecto a Sanidad, cuarto, Ciudadanos, y su líder económico en particular, Luis Garicano, proponen la introducción de copagos, y no está en contra de la privatización de ciertos servicios de la Sanidad pública. También propone limitar la atención sanitaria a los inmigrantes sin permiso de residencia, dejándola sólo en urgencias, asistencia a menores y mujeres embarazadas.

En quinto lugar, el partido de Albert Rivera propone subir el IVA de los productos de primera necesidad, como alimentos básicos o viviendas protegidas, para pasarlo del 4 al 7%.

PSOE y Ciudadanos, a una décima de distancia según una encuesta de Antena 3

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Con la justificación de que "regular dicha actividad permitiría recaudar hasta 6.000 millones de euros", Ciudadanos propone, sexto, legalizar la prostitución. Con respecto al derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, tiene una posición ambigua y nada comprometida.

Siete: Ciudadanos ha mantenido en en el Parlamento de Cataluña el apoyo a las políticas conservadoras de CiU de manera sistemática. Por ejemplo, negando servicios de salud a inmigrantes sin documentación, apoyando la constitucionalidad de la Lomce, o absteniéndose en cuestiones como la reforma de las pensiones, la Ley Mordaza o la condena del Franquismo. También Wyoming le preguntó a Rivera por el uso de símbolos franquistas en el espacio público y el líder de Ciudadanos dijo que eso no era relevante.

Aunque se presenta, en definitiva, como un partido de centro, lo cierto es que Ciudadanos es un partido conservador, que compite con el PP y que coincide en casi todo con el PP. Muchos conservadores ven en Albert Rivera una opción más moderna, más limpia y más aseada que Mariano Rajoy. Y en Ciudadanos una marca premium del PP. Así lo constatan las encuestas, que vienen a demostrar que, por mucho que se empeñe en disimular, Albert Rivera y Ciudadanos son percibidos por la ciudadanía como simple y llanamente de derechas.

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