Caníbales

Queda el cine

Ya se habían apagado las luces, pero la mirada decepcionada de P. era tan afilada que me hizo sangre. Ingenua de mí, acababa de confesarle que no había entendido bien la línea temporal de una película que a él le había fascinado.

–Perdona que te lo pregunte, pero a veces haces cosas muy raras: ¿la viste en el ordenador?

–¡No! ¡En los Verdi!

–¿Y tenías el móvil encendido? ¿Estabas mandando whatsapps?

¡Que no!

Saqué mi teléfono y se lo enseñé.

–¡Mira! ¡En modo avión! Joder, P., que nunca lo tengo conectado en el cine, que entro a vivir en las pelis y me dejo llevar, que el cine me salva…

P. seguía cuestionando mi inocencia (llevamos tres pelis de discrepancia y son muchas) pero empezaron los títulos de crédito y aparcó el rapapolvo. Al fin y al cabo, como él, voy dos o tres veces por semana a una sala de cine, a conocer otros mundos.

***

Estábamos en el preestreno de Nadie quiere la noche, una película de Isabel Coixet que, con una belleza heladora y cruda, retrata la lealtad de dos mujeres en una situación extrema y, a la vez, y por eso, absolutamente auténtica.

Salimos conmovidos, helados y mudos.

***

Dos cervezas después, creo que P. me ha perdonado. Hablamos del ruido (sí, ruido) que hacen las luces de los móviles que se encienden en las salas hasta que en la mesa de al lado se sientan unos treintañeros que salen de ver Truman y P. y yo, que sabemos callar, los escuchamos.

–No sé si me impresiona más el guión o la actuación.

–Es un recital. No he visto ninguna peli americana este año que le haga sombra.

–Es el estigma, tío. Fíjate, que Ocho apellidos catalanes hace el 75% de la taquilla española en su primer fin de semana y lo que se publica son reportajes sobre lo decepcionada que está la gente al salir de la película y lo poco que se han reído.

–O ese titular de "El fraude del cine español". Se está investigando a unos pocos productores desde hace años y condenan a toda la industria.

–Todos contra la cultura, que estamos en campaña.

–El otro día oí en la radio a un político de cuyo nombre no quiero acordarme. Decía que la industria culpaba al IVA, pero que todo el mundo sabe que en este país ni se lee ni se va al cine.

–Odio esa frase: “En este país”.

–“En este país”.

–“En este país”.

–“En este país”. Y se turnan todos para ensayar ese tonillo que aprieta la nariz y reprocha los defectos propios a cincuenta millones de ciudadanos.

“En este país” los candidatos comentan partidos de la champions pero no pueden ir a los debates.

–Pasa, tío. Lo que de verdad es impresionante “en este país” es el cine. Mira este año. Películas buenas y esperadas. Amenábar, Álex de la Iglesia. Y películas inesperadas y excepcionales. Como la que acabamos de ver, como la de Fernando León de Aranoa.

–O El desconocido.

–Eso.

–Y Anacleto.

–Yo oí esa tertulia que dices. Alguien le contestaba que la culpa era de los creadores, que todos eran de la ceja y se habían buscado la antipatía gubernamental. Que tenían lo que se merecían.

–Ni de coña. Lo que eran, muchos y no todos, era contrarios a la guerra de Irak. Y estaban en su derecho.

–Pero han pasado diez años. ¿Vosotros estáis a favor de la intervención militar en Mali y en Siria?

–¿Nos vas a llamar 'buenistas'?

–Yo soy malista. De Mali.

–Vuelve al cine, anda. ¿La investigación quién la filtra? ¿No son secretos los papeles de un juzgado?

–Piensa mal y acertarás. Que investiguen, que no pasa nada. Si se demuestra la culpabilidad, se condena y ya está. Como en cualquier otro sector.

–Exacto.

–Oye, y Albert Rivera, ¿por qué no quiere devolver el IVA cultural a la sensatez? Que dice que lo baja sólo del 21% al 18%.

–Porque la cultura no le da votos.

–¿Qué cultura no le da votos? La cultura es de todos. Y votamos.

–¿Se acordará de que antes de Rajoy era del 8%?

–Que no le importa, joder.

–¿Pero cómo no le va a importar?

–Por cierto, ¿habéis visto esa petición en change.org que pide un día sin Rivera en la teleun día sin Rivera en la tele?

–Me descojono.

–Al menos el tipo se atreve ir a los programas duros y no sólo a comentar la champions y a cocinar con Bertín Osborne.

–Qué pereza de campaña.

–Pereza, no: frivolidad.

–Impresionante la película, ¿verdad? Me ha dejado tocado.

El fraude de la taquilla y la imagen del cine español

–Sí, yo me he quedado dentro.

Los dejamos allí y nos vamos a soñar con el Polo Norte que nos ha regalado Isabel Coixet.

Se pasa la noche. Queda el cine.

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