Muy fan de...

Muy fan de... ‘El debate definitivo’, ahora sí que sí

Llegó el día. Se acabó lo que se daba, los sondeos, las estimaciones, los pronósticos, los mítines, las promesas, los bailes, las partidas de futbolín, las nanas guitarra en mano, las exhibiciones con el exprimidor. Al fin terminó esta campaña –que a algunos nos ha parecido que duraba una vida– y, con ella, los elementos propios de tal evento democrático, salvo alguna cosa: los debates. No se relajen aún, llega el debate definitivo. Muy fan.

Tanto habíamos criticado los debates del pasado por encorsetados, previsibles y postizos, que esta vez nos los han regalado en todas sus versiones. 

DEBATE A TRES en El País, moderado por Carlos de Vega, con Pedro Sánchez, Albert Rivera, Pablo Iglesias y ese atril vacío que le daba un aire de Ouija al evento. Lo seguí con la esperanza morbosa de que, en alguna de las múltiples ocasiones en que los presentes nombraron al ausente, se escucharan cinco golpes secos a modo de manifestación espectral con mensaje encriptado: “UN-VASO-ES-UN-VASO”.

DEBATE A DOS en la Universidad Carlos III de Madrid, moderado por Carlos Alsina, entre los representantes de la nueva política. Esta vez eran dos los atriles vacíos, el bipartidismo hizo pellas, muy español lo de escaquearse de ir a clase un viernes.

Innovador en la estructura y la ubicación, rompedor por la presencia de novedosos integrantes y sobrecogedor por la irrupción de un difunto en escena: Kant. El final perfecto habría sido una llamada en directo de Immanuel. Así, desde el más allá, al teléfono de aludidos, para animar a su fan-citador Rivera a leer alguno de sus libros y corregir a Iglesias, de paso, el error al citar su obra que no era "Ética de la razón pura" sino Crítica de la razón pura. Muy Kant.

DEBATE A CUATRO en Atresmedia, moderado por Ana Pastor y Vicente Vallés. Esta vez el atril del candidato desaparecido fue ocupado por Soraya Sáenz de Santamaría. Fue un símbolo, un resumen de la legislatura: mientras el jefe se aparecía en un plasma, como Marlon Brando en Supermán, la superwoman peleaba para esquivar la kriptonita. En lenguaje de personas normales, la vicepresidenta se comió, como si fueran Ferrero Rocher, una pila de marrones que el jefe se quitaba de encima,

DEBATE A SIETE en 8TV, moderado por Josep Cuní entre candidatos catalanes: Jorge Fernández Díaz (PP), Carme Chacón (PSC), Josep Duran y Lleida (Unió), Francesc Homs (Democràcia i Llibertat) Gabriel Rufián (ERC), Juan Carlos Girauta (C's) y Xavier Domènech (En Comú Podem).

El toque sobrenatural lo puso la presunta posesión de Rufián por la niña del exorcista al decir que la Constitución española fue auspiciada por fascistas. Le faltó subrayar con un: “Mira lo que hicieron los guarros de los Padres de la Constitución” acompañado de un par de giros de cabeza a lo Linda Blair.

El aire galáctico lo añadió Jorge Fernández Díaz, con su conversión a creyente de la iglesia Jedi, al alabar la gestión económica del PP: “En España se ha producido entre todos, el despertar de la fuerza”.

Si escucharan esto los parados, los que tienen sueldos tan bajos que parecen de ciencia ficción, o los que no tienen pasta encender la estufa láser, afilarían las orejas y se podrían verdes: “Jorge, a una galaxia muy, muy lejana, mandarte querría”.

DEBATE A SEIS, moderado por Julia Ruiz y Gustavo Clemente y organizado por Levante-EMV y Levante TV. Se enfrentaban los candidatos valencianos: Elena Bastidas (PP) Ana Botella (PSPV-PSOE), Ángela Ballester (Compromís-Podemos), Toni Cantó (Cidadanos), Ricardo Sixto (Esquerra Unida-Unitat Popular) y Yuri Aguilar (UPyD). La tensión vino a cargo de la corrupción, el Freddy Krugger que durante años se ha apoderado de los sueños de los valencianos limpiando con sus garras las arcas del dinero público.

La nota sarcástica la puso el representante de UPyD con el zasca despechado a un excompañero: “Somos un partido que nos presentamos sin trampa ni Cantó”. Desde el atril de Ciudadanos, Toni puso la misma cara de flipe que cuando despertó del coma en Siete VidasSiete Vidas

EL CARA A CARA: El duelo entre Rajoy y Sánchez que superó en espectadores el exitazo del debate a cuatro. De todo lo escuchado en aquel déjà vu de cualquier sesión de control al Gobierno, pasará a la historia el momento en el que los contendientes sacaron las espadas láser:

–El presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es.

–Hasta ahí hemos llegado–. Como queriendo decir: Pedro, yo soy tu padre (en esto del bipartidismo) te has pasado tres galaxias.

Los elementos paranormales de la sesión fueron Campo Vidal. Un médium tan poco presente que daban ganas de decirle: “¡Manolo, si estás aquí, manifiéstate!” y Ruiz. Muy fan de Ruiz.

EL DEBATE A UNO, el que cada uno de nosotros hemos librado con nosotros mismos, antes de decidir el voto para unas elecciones que percibíamos como las más trascendentes en mucho tiempo. A punto estuvimos de mirar fijamente un melón a modo de calavera shakesperiana para preguntarnos: “Ser o no ser votante de estos o de los otros, esa es la cuestión”.

Muy fan de... Cristina y Maduro. Qué buen perder

Pero ahora llega EL DEBATE DEFINITIVO, el que celebraremos la noche del 24, durante la cena de Nochebuena, discutiendo en familia los resultados electorales. Tirándonos el turrón del duro a la cabeza y peleándonos a compás de un villancico: Fun, fun, fun.

Algún sabio cuñado sacará el asunto de los posibles acuerdos entre partidos y enarbolará el fervor eurovisivo con el que hemos seguido los múltiples debates. Entonces zanjará con un: “Bah, si luego se votan entre ellos”.

♪Y aunque para las uvas hay algunos nuevos, a los que ya no están echaremos de menos...♪.Llegó el día, se acabó lo que se daba, daos por besados y por abrazados. Hasta la nueva campaña no volveremos a pillar cacho, como “rollito de quince días” que somos. Feliz Navidad y enhorabuena a los premiados.

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