Plaza Pública

El PSOE y las amistades peligrosas

Pedro Díaz Cepero

A estas alturas ha quedado claro, hasta para la militancia del PSOE, que la decisión de pactar con Ciudadanos ha sido un error. Aún así, los portavoces y la cúpula visible siguen insistiendo en su benéfica y altruista estrategia, culpando a todos los demás de una segunda vuelta electoral. Desatino presagiable, pues a quién se le ocurre iniciar la partida con la camisa de fuerza de una formación como Ciudadanos, atrezzo de una derecha con traje nuevo, y en contra de los manifiestos deseos de cambio auténtico reflejados en las urnas.

Un análisis equivocado de un partido que, poco a poco, está malgastando el liderazgo de una izquierda progresista que podría corresponderle. La gestión de Zapatero, con su talante pusilánime y su blandenguería, ya comenzó a echar por la borda una parte de esta legitimidad, porque fue incapaz en dos legislaturas de aplicar medidas contundentes para un cambio de modelo y de crecimiento económico, sacar adelante una reforma fiscal progresiva o arbitrar medidas radicales contra el fraude y la corrupción que por entonces ya existían.

¿Quién ha sido el culpable dentro del PSOE de atarse a la pata de la silla de Ciudadanos? ¿Ha sido cosa de Pedro Sánchez, de la Ejecutiva Federal, de las bases del partido, de los barones regionales, quizás de los históricos? Algún día lo sabremos con certeza, aunque ya hoy se nos sirven algunos incunables, destilados insignes de la “vieja guardia”.

Efectivamente, las declaraciones de los chamanes más apreciados, que no se resignan al reposo dorado de sus retiros en los palacios de invierno, son reveladoras y, probablemente, nadie dentro del partido es capaz de sustraerse a ellas. Las primeras fueron las declaraciones de Felipe González dando pábulo y sugerencia a una hipotética alianza PP-PSOE, demonizando absolutamente cualquier alianza con Podemos, menospreciando su posición de tercera fuerza política más votada en las elecciones.

Abierta la veda ya todo valía. Sólo había que escuchar a continuación las intervenciones del converso Joaquín Leguina y de J.L. Corcuera en el programa El Cascabel, de 13 TV. ¿No se dan cuenta que con su presencia continuada están, de alguna manera, legitimando las proclamas y las invectivas de la derecha más reaccionaria y tradicionalista del país? Especialmente reseñables las descalificaciones del Sr. Corcuera, como si fuera el único que militó en UGT y luchó contra la dictadura. ¡Qué actitud de perdonavidas, maleducada, desafiante y agresiva mostró ante el representante de Podemos, que bastante paciencia tuvo para no levantarse! Me imagino que en algún lugar estará grabada esa epopeya del Sr. Corcuera, para que él mismo psico-analice su lenguaje corporal. No pidió disculpas, sin embargo, por la contestada y represiva Ley de Seguridad Ciudadana de febrero de 1992, promulgada durante su mandato como Ministro de Interior, y de la que el Tribunal Constitucional declararía nulo el apartado 2º del artículo 21, aunque haya otros calificables como poco de polémicos.

Por desgracia, los partidos y formaciones de izquierda han sido, históricamente, los que han mostrado entre sí más virulencia y denuedo en sus ataques. El PSOE no ha sido ajeno a esta práctica en todo este proceso electoral. La hemeroteca ha dejado perlas de Nicolas Redondo Terreros, Eduardo Madina o Rubalcaba, entre otros, por ejemplo al juzgar la propuesta de Pablo Iglesias, tras el resultado de las elecciones, de formar un gobierno de coalición proporcional con él de vicepresidente: “... nuestra historia y sus personajes se revolverán en sus propias tumbas”, “...intento insoportable de humillación al PSOE”, “... insulto grave y humillación al PSOE”.

No comment”.

Los que de verdad ambicionamos un cambio de progreso para nuestro país, con carnet o sin carnet -yo no lo tengo-, desearíamos que estas declaraciones y estos comportamientos no se repitieran en el futuro, aunque tengo mis dudas razonadas. Los portavoces del PSOE, señores César Luena y Antonio Hernando, hoy siguen jugando con las mismas cartas marcadas hablando de Podemos: “Vetusta izquierda comunista obsesionada con superar al PSOE a costa de que gobierne la derecha”. ¿ Acaso no ven que el verdadero sorpassosorpasso lo tienen a su derecha con Ciudadanos?

Mientras el PSOE siga apostando por suscribir falsas acusaciones contra Podemos e Izquierda Unida seguirá haciéndole gratis la campaña al PP y a Ciudadanos, contribuyendo a la gremialidad de su voto. Cuántas veces les hemos oído decir que estas formaciones van a implantar un régimen bolivariano, que si gobiernan el país se va a romper, que nos llevarán al desastre económico, que no quieren estar en Europa, que quieren salirse del euro, que apoyan a los terroristas, que van a suprimir la libertad de prensa (como si ahora existiera), que van a traer el diluvio universal... El mismo argumentario que utilizan hasta el aburrimiento algunos tertulianos financiados por el poder, quienes se atreven a llamarse periodistas. En el tiempo que resta hasta las próximas elecciones... ¿se dará cuenta el PSOE de que este rosario de improperios no lleva a ninguna parte, salvo a dar munición a una oligarquía corrupta, interesada solo en conservar sus privilegios?

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Pedro Díaz Cepero es sociólogo y escritor

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