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Mario Conde, de banquero precoz a bibliotecario en prisión

¿En qué se parece un banco a una biblioteca? Los bancos te prestan dinero y tú pones la parte del interés económico, que será más alto o más bajo en función de ciertas variables. Por ejemplo, el tiempo que necesites para devolverlo. En las bibliotecas te prestan libros y tú pones la parte del interés intelectual y emocional, que será más alto o más bajo en función de ciertas variables: la calidad del texto, tu formación, tus gustos o tu estado anímico. Conde era banquero y ahora es bibliotecario. Todo encaja. Muy fan.

Interior ha nombrado a Mario Conde responsable de la biblioteca en esa prisión de beautiful people que es Soto del Real. Por sus instalaciones transitan últimamente tantas celebrities como en las fiestas patronales de un paraíso fiscal. La guinda sería una sesión de David Guetta en el patio, con Díaz Ferrán y otros... desmelenados al ritmo de la música y ataviados con la camiseta de Fuck me I'm Famous.

Dicen que el de bibliotecario es un puesto muy solicitado en uno de los destinos más deseados: “El 10.” Y que, para obtenerlo, los reclusos tienen que haber pasado antes por otros módulos. Pero a Conde no le ha hecho falta, lo ha conseguido sin despeinarse. No sólo por el influjo de la gomina, es que Mario siempre ha sido el primero de su promoción, el crack, el number one, el puto amo del éxito vital; aunque ahora le estén retirando doctorados honoris causa y birretes, despojándole de la banda y la corona de Miss, perdón, Míster guapo y ejemplar.

Por cierto, sorprende que, después de lo llovido en los 90 y de su paso por la cárcel, Conde haya conservado hasta hace unas semanas ese título que otorga la Complutense “por causa de honor”. Claro que yo también conservo mi medalla de plata como miembro de Las Beauty –obtenida con sudor y agujetas en el campeonato de voleibol de mi instituto– y ahora no creo que lograra hacer que el balón traspasara la red ni tirando de catapulta.

Pero el que vale, vale –como Bale–. Y si con 39 años Mario logró ponerse al frente de Banesto, no ha de extrañarnos que a los 67 le resulte más fácil que a otros alcanzar un puesto goloso en un módulo carcelario muy apreciado.

El módulo 10 lo habitan aquellos reclusos que estudian una carrera universitaria o los que se han comprometido a aceptar las normas de higiene y comportamiento que exige tal zona de respeto. Díaz Ferrán, por ejemplo, es otro de los moradores. Me cuenta un amigo funcionario de prisiones que las cárceles suelen ubicar al famoseo en esos módulos para evitar problemas. Claro, si algo sucede en el interior de la prisión con un personaje mediático, se lía parda en las teles. Y también está aquello de que los buenos contactos en las cárceles, como fuera de ellas, funcionan.

Total, por una cosa o por otra, Mario ya tiene un nuevo puesto de responsabilidad. Tendrá que gestionar los fondos de la biblioteca, prestar los libros a los reclusos –no sé si entre ellos figurarán sus seis obras ejemplares– y no les regalará una vajilla por acudir a su ventanilla, pero quizás les obsequiará con alguno de sus consejos existenciales.

Ya sabemos de su arte de seducción. En los últimos años, Conde ha utilizado su presencia en las teles para hacernos partícipes de su sabiduría y su mística artística, cual Coelho nacido en Tuy:

Humildad Condiana: “Perdonar es un acto de soberbia, no es de los humanos, el perdón es de Dios”.

(12 mujeres sin piedad. Intereconomía. 30/3/2012)

Victimismo Condiano: “En este país, si vales, tienes que tener enemigos importantes, si no los tienes, no vales”.

(12 mujeres sin piedad. Intereconomía. 30/3/2012)

Victimismo Condiano, segunda parte: “El intento de demolición que se hizo conmigo no tenía más comparación que el que se hizo con Franco”

(El Gatopardo. Canal Sur. 10/11/2010)

Exculpación Condiana en modo 'porque yo lo valgo': “Hay delincuentes jurídicos y delincuentes materiales, yo soy un delincuente jurídico. ¿Tú sabes por qué yo no robé? Antes de robar calibras el riesgo, pero es que yo con 39 años, antes de entrar en Banesto, tenía 13.000 millones de pesetas. Tenía todo”.

(Al rincón de pensar. Antena 3. 27/5/2016)

Sinceridad y desnudo Condiano: “Si puedo estar hablando contigo a calzón quitado, con sinceridad absoluta, es porque estoy bien”.

(El Gatopardo. Canal Sur. 10/11/2010)

Esta última frase, habría que prolongarla: "Estoy bien... bien investigado por nuevos delitos". Si en los 90 ingresó en prisión condenado por apropiación indebida y estafa, ahora, en el nuevo siglo, vuelve a entrar con un auto de prisión incondicional del juez Pedraz por presunto blanqueo de capitales, organización criminal, frustración de la ejecución y unos cuantos delitos fiscales. Además, esta vez sus hijos también están en la movida. Es como el tomo segundo de La leyenda del indomable.La leyenda del indomable.

Todo en Conde es cinematográfico. Una puede imaginarlo con su atractivo natural, atiborrándose a huevos cual Paul Newman, sensible y generoso criando y curando pajarillos como el Burt Lancaster de El hombre de Alcatraz o prestando libros en la biblio, como el Tim Robbins de Cadena Perpetua.Cadena Perpetua

Esperemos, únicamente, que no desaparezcan las páginas de algunos ejemplares, tal y como se perdió la pista de la millonada de Banesto que gestionaba el recluso educado y ejemplar. Este país ha demostrado, en repetidas ocasiones, que puede sobrevivir sin que los que se llevan la pasta la devuelvan, pero leer un libro al que le falten páginas, chica, es una tortura.

Felicidades, Mario, por tu nuevo puesto en la escala social. Ya dijiste con un acento galleguísimo que no tenías miedo a entrar en la cárcel otra vez. ♪“Anything yoy want you got it”♪

(Intervención de Mario Conde en Santiago de Compostela como líder del partido Sociedad Civil y Democracia)

Muy fan de... el papelón de Panamá

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NOTA DE LA AUTORA

: Este artículo ha sido editado para eliminar la referencia a la UNED ya que, según nos informan desde el departamento de comunicación de dicha Universidad, no existen “bibliotecas UNED” en los centros penitenciarios. Tanto su gestión como el personal destinado a éstas, depende enteramente de la institución penitenciaria.

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