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Al-Araqib, el pueblo demolido 100 veces

Marta Morcuende

Al-Araqib, un pueblo beduino situado en el desierto de Néguev, al sur de Israel, fue demolido de nuevo la semana pasada, el miércoles 29 de junio, por las autoridades israelíes. Es la segunda vez que arrasan el pueblo durante el mes del Ramadán, que comenzó el pasado 6 de junio, y la número cien desde que comenzaran las demoliciones hace 6 años, el 27 de junio de 2010.

Al-Araqib, así como otras localidades beduinas, está considerado por el gobierno israelí como un pueblo no reconocido por lo que se les deniega el derecho a construir y habitar en esa tierra. Sin embargo, ellos reclaman el derecho a vivir en un lugar en la que llevan asentados desde mucho antes de que se estableciese el estado de Israel en el año 1948.

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El hecho de vivir en un pueblo no reconocido supone no tener acceso a servicios tan básicos como son el agua, la electricidad, o cualquier otro tipo de servicio público. Además de no tener autorización de habitar esa tierra, corriendo, por consiguiente, el riesgo de que destruyan sus casas, como viene sucediendo de manera continua desde hace varios años.

Poco queda en al-Araqib de lo que un día fue. Las casas que un día lo poblaron han sido ya todas destruidas, la mayoría de las familias se han visto obligadas a desplazarse a otras localidades en contra de su propia voluntad y a cambiar el particular estilo de vida que caracteriza al pueblo beduino. Apenas quedan tres familias en al-Araqib que sobreviven en tiendas junto al antiguo cementerio, los únicos restos que permanecen de lo que un día fue el pueblo.

Las tiendas en las que se alojan estas familias, niños incluidos, son las que la semana pasada fueron demolidas de nuevo por los buldóceres de las autoridades israelíes. La última vez que sufrieron otra demolición, el 9 de junio de 2016, junto con los restos de las tiendas, los buldóceres destrozaron parte de las pertenencias de las familias, incluyendo los juguetes y las bicicletas de los niños, que se pasaron el día buscando entre los restos lo poco que quedaba de ellos.

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