Nacido en los 50

¿Estamos tontos o qué?

El Gran Wyoming

Hay una baza en la que siempre gana la derecha y es conseguir que hablemos de lo que ellos quieren desde la óptica que nos imponen.

Ahora andan empeñados todos los tertulianos, colaboradores, analistas y medios de comunicación en general en pedirle a Rajoy que exija a Rita que deje su escaño. Así queda claro que no hay partidismo, sino que cuando hay que criticar al partido en el poder no duelen prendas y se hace desde la profesionalidad, la seriedad y el respeto al oficio de periodista que cumple con su obligación de rellenar el derecho del ciudadano a la información.

Vamos a ver, si los señores del Partido Popular han nombrado a Rita senadora para que cuando llegara esta basura, y las que vienen detrás, no tuviera que enfrentarse a la justicia ordinaria, que es la que se ejerce contra la gente ordinaria, y ella no lo es, a qué viene ahora pedirles que se echen para atrás. La nombraron senadora para esto.

Parece que ya se han olvidado de cuando la metieron en la comisión permanente del Senado por si acaso salía mierda a flote durante el periodo de disolución de las Cortes y la sorprendía sin aforamiento. Está todo bien pergeñado. Han hecho lo posible para que esta fiera de la naturaleza no se viera en una situación comprometida que, a su vez, pudiera comprometer a terceros, cuartos o quintos porque una cosa es verdad: la señora acojona. “Rita es fuerte” sin necesidad de ese eme eses. Sabe lo que tiene que hacer, siempre y cuando los otros cumplan con su parte. Consiente que llamen a todos sus inferiores a declarar mientras se esconde entre los visillos. Ya no quedan héroes en esta España de villanos.

Acojonaba cuando torturaba a los vecinos del barrio de El Cabañal en Valencia a los que quería demoler sus casas porque ya se había comprometido con sus colegas de las constructoras, al estilo de su homóloga madrileña, la señora de Aznar, que estaba de alcaldesa por tal condición. Rita compraba casas para demolerlas o llenarlas con familias de inmigrantes, sin luz ni agua corriente, para degradar la vida vecinal y pintaba de gris y marrón las medianas de los solares de las casas que derribaba para acosar a los vecinos, que hartos de esa contaminación visual organizaron una quedada de artistas que les decoraron las paredes del barrio para ser borradas a continuación por los operarios del ayuntamiento, condenándoles a vivir en lo antiestético y recordándoles de paso la presencia del amo al más puro estilo dictatorial. Sí, Rita y sus secuaces son mala gente, mala hierba que crece por doquier y que se abona desde el poder para que no pueda ser arrancada, con todo tipo de triquiñuelas legales, en esa legalidad que ellos mismos se fabrican a la medida de sus ensoñaciones de impunidad delictiva.

Tiene la cara Rajoy de afirmar sin que le tiemble el ojo, ya va cogiendo tablas en la cosa del mentir, son muchos años, que esta señora ya no es del partido y, por tanto, nada puede hacer con ella. Pues hágalo usted: ¡Lárguese ya! Es el responsable de esta colección infinita de monstruos cuya condición moral apesta y contamina el paisaje. Esta chusma da mala fama al género humano.

Tampoco podía hacer nada con ella, por lo visto, cuando era del partido. Tiene mala doma la señora: “Rita, eres la mejor”, Rajoy dixit. Es lo malo de tener en la organización a personal furibundo, que comienza de socio, pero acabas siendo su rehén, te amenaza con sacarte las vergüenzas y te pide explicaciones, con razón, porque su caso entraría dentro de eso que llaman “agravio comparativo”: Rita no ha hecho nada que no hagan otros muchos en esa cohabitación choricera a la que pertenece. Como le dijo el empresario Marjaliza a Granados en una charla telefónica intervenida por la policía: “Todo esto por una mierda de comisiones”.

Mariano se hace el ofendido y no la llama. Para eso tiene a Cospedal, que la defiende. Son de la misma condición. Se acaba de dar cuenta de su catadura. Cuando machacaba a los valencianos que no eran de su cuerda no había problema, es ahora que puede dar mala imagen al partido cuando no quiere mezclarse con ella; es ahora que puede restarle credibilidad a la hora de pactar cuando se convierte en tóxica y sólo podrá verla en secreto, en la clandestinidad. Del mismo modo que en su día hicieron camisetas con motivo de la visita del papa a Valencia, que vino a defender la familia, siempre amenazada por las hordas progresistas, en las que se leía: “Rita, ¿el papa sabe lo tuyo?”, riéndose de esa hipocresía con la que llevan sus cosas, lo tienen todo, también deberían haber hecho otras que rezaran: “Rita, ¿Rajoy sabe lo tuyo?”, aunque ésta, de puro obvia, carece de sentido.

Dice Rajoy que no es de su partido como si hablara de una militante de Podemos. La cosa va como sigue: el pueblo español es idiota. Se pueden cometer todo tipo de fechorías desde la Administración porque si te pillan no pasa nada, pero si te imputan, te damos de baja y tampoco nos pasa nada, el negocio sigue su curso y no hay por qué dar explicaciones, que es lo más engorroso, de lo más violento, cuando a uno le pillan robando. Para eso se inventó el plasma, para distanciarse de ese pueblo ordinario que en un alarde de estupidez, que ya parece endémico, cree que estos señores van a aceptar las reglas de la democracia, y que puede exigir a sus gobernantes que dejen de trincar como si estuvieran en la política por vocación de servicio.

Olvida un pequeño detalle el que hoy preside en funciones esta farsa, y es que los presuntos delitos de los cesantes, como el señor De la Serna, que ocupó en la pasada legislatura en la sacrosanta institución parlamentaria un escaño con un salario que le pagábamos entre todos, los cometieron cuando sí eran miembros del partido y que fue esa organización que vela por los derechos tanto de “presuntos” como de convictos delincuentes, la que les amparaba, les defendía de las acusaciones y hacía frente, con sus miembros más notables dando la cara, al acoso mediático al que se ven sometidas las pobres criaturas por privatizar el dinero público, y sacar tajada directa o indirecta de sus mangoneos, a través de comisiones con empresas que son contratadas una y otra vez a pesar de aparecer en decenas de ocasiones como corruptoras y beneficiarse de los incrementos en los presupuestos de las partidas que contratan. En ocasiones se disparan los sobrecostes de las obras al doble, al triple, depende de la comisión pactada. No es el tres por ciento el perjuicio causado a las arcas, sino lo que se cobran las empresas de sus colegas que luego les reservan un puesto en sus consejos de administración, que es mucho más que eso. Como no me canso de repetir, roban más por la vía legal que por la otra.

Pues eso, que sí exigimos explicaciones, no de sus andanzas delictivas futuras, sino de aquellas cometidas cuando ustedes, señores del Gobierno, colocaron a esas personas al frente de las diferentes instituciones publicitándolas en los medios de comunicación con propaganda, también pagada por todos, a sabiendas de lo que hacían con la caja donde se guarda el dinero de los españoles, esos que deben dar la cara por la unidad de este Estado corrupto.

Baste recordar lo que ocurrió en esa tierra cuando la visita del papa, pagada con fondos, por cierto, en parte provenientes de una aportación extraordinaria del Estado para tapar el agujero de la Seguridad Social y cuyo dinero se derivó a diferentes prioridades, como la Copa de América o la construcción de una espectacular suite para la estancia de una sola noche de Su Santidad, donde pudiera dar fe de su humildad y su proximidad a dios viviendo como él. También ocurrió en otras comunidades gobernadas por el PP, es el caso de Madrid con Esperanza Aguirre al frente, donde la Sanidad no recibió un euro de la aportación extraordinaria del Estado destinada a ese fin.

Pues eso. Han montado todo un proceso de ingeniería de salvamento y protección del presunto delincuente, y ahora viene la chusma a pedir que Rita devuelva el escaño. Así de fácil. Olvida esta ingenua sociedad que el compromiso de Rajoy es con ella, no con sus votantes, que siempre van a estar ahí salvándoles el culo, y mucho menos con sus no votantes, a los que debe nada, ni el más elemental respeto, ni siquiera lo que les roban.

Eso sí, se ofenden cuando cuestionan su decencia.

Hay que abandonar esta ridícula insistencia de pedir a Mariano, el impávido, que exija a Rita que devuelva el escaño que le regalaron desde el partido sin pasar por las urnas, y empezar a exigir a los responsables de esta pestilente situación que se vayan de una vez. Por el bien de España, esa patria esquilmada, pisoteada y expoliada por los que nos quieren unidos. A más contribuyentes, más botín. Ya no queda resquicio donde no anide la podredumbre.

Siguen poniendo las líneas rojas en los partidos que han bautizado como anticonstitucionales, con ellos no se puede pactar, pero nos venden que un político honrado puede sentarse a la mesa de estos constitucionalistas a hablar, a negociar, como si cada mañana, al despertar, todo se hubiera diluido como el terror que produce una pesadilla insoportable.

Espero con ansiedad el día en que los ciudadanos de este país despierten de una vez y se enfrenten a esta banda formada por Rato, Bárcenas, Esperanza Aguirre, Camps, Ana Botella, Aznar, Álvarez Cascos, Fernández Díaz, Cospedal, Sanchís, Naseiro, Lapuerta, Álvarez del Manzano, Lasketti, Lamela, Granados, Ignacio González, y tantos y tantos actores que han pasado por allí repartiendo nuestro dinero a diestro y siniestro. La mayoría de forma legal.

Ahora tienen un limpiacristales, Rivera, que dice que el problema es Rajoy, mientras cambia con ellos las reglas del juego para que el PP se quede con Telemadrid. Una broma de muy mal gusto. Rajoy es el actual responsable, pero no es el peor, los hay peores. Sí. Lo quitas y todo sigue igual, o peor.

Es inútil pedir el escaño de Rita Barberá. Es como exigir al rival las llaves de los bunkers al día siguiente de terminar su construcción. Ellos la blindaron para que no se rebele. Su indignación es una pantomima. El mismo día que se bajó del tren en Cuenca para evitar las cámaras de los periodistas por su imputación, la iban a nombrar miembro de un par de comisiones.

Es uno de los suyos. No irán contra ella.

Es la ley del hampa, idiota.

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