LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Especulación en el infierno: los intermediarios inflan los precios en medio del caos y la muerte de Gaza

Muros sin Fronteras

Siete errores y un acierto

(Advertencia: este texto podría herir su sensibilidad; trata de Donald Trump)

Ha pasado un mes (y cuatro días) desde el 20 de enero. Ha sido como bajar a tumba abierta el Tourmalet con riesgo de despeñe a cada metro. He preparado una lista de errores y otra de aciertos. La primera es larga; la segunda corta, pero peligrosa. Creo que nos está ganando la partida de la comunicación.

Los errores

1) La caída de su asesor de seguridad, el general Michel Flynn, implicado en la Russia connection  les ha hecho daño. Flynn tuvo que dejar el cargo por mentir, no por reunirse con el embajador ruso en EEUU antes de las elecciones y hablar con él de un eventual levantamiento de las sanciones. El manejo del caso ha sido un disparate, repleto de declaraciones contradictorias. Proyecta una realidad: esta Administración es un caos.

La conexión rusa es el asunto más peligroso a medio plazo. Podría ser motivo de un impeachment (proceso de destitución). La clave es demostrar si Trump o alguien de su equipo se coordinó con los hackers rusos en los ciberataques al Partido Demócrata y en el calendario de la publicación, a través de WikiLeaks, de datos potencialmente dañinos para Hillary Clinton. Hablamos del caso de los e-mails que arruinó su final de campaña con la ayuda del FBI. La clave no es si Putin estaba detrás de todo; la clave, lo delictivo, sería que Trump estuviera al lado de Putin.

Para el periodista Dan Rather, una de las glorias de la CBS, el caso Flynn podría ser más grave que el Watergate.

No se pierdan este link del diario británico The Guardian sobre los primeros 100 días de Trump.

2) El decreto anti musulmán. Es mejor llamarlo así en vez de orden ejecutiva que prohíbe la entrada en EEUU de personas con pasaporte sirio, iraquí, iraní, somalí, libio, sudanés y yemení o con posibilidad de obtenerlo por doble nacionalidad. Trump lo aprobó sin consultar a los departamentos de Justicia y Seguridad Interior (Homeland), que le podrían haber advertido de las consecuencias legales.

Da la sensación que más allá de Steve Bannon y su jefe de gabinete Reince Priebus Trump no escucha a nadie más. Es un presidente encerrado. Habrá que estar atentos. Algunos nombramientos como el del general McMasteren lugar de Flynn son buenos; se trata de gente competente que dice lo que piensa. Veremos cuánto dura.

3) El segundo punto lleva al tercero: la guerra contra los jueces. Todo empezó con el juez James Robart de San Francisco, considerado próximo a los republicanos. Fue el primero en frenar la orden ejecutiva del presidente. Antes, una jueza de Nueva York había suspendido una de las partes, la que tenía bloqueados en los aeropuertos a decenas de personas que habían viajado antes de firmarse la orden y se encontraron de repente en situación ilegal. La Corte de Apelaciones de San Francisco confirmó por dos veces la decisión de Robart. Lo hizo por unanimidad.

Seguro que no ayudaron los inauditos ataques de Trump contra el poder judicial. Es algo de primero de democracia: la separación de poderes. Acusó a los jueces de poner en peligro la seguridad de EEUU. Incluso, su nominado para el Supremo, el juez Neil Gorsuch se sintió incómodo con las palabras de Trump.

La Casa Blanca ha optado, de momento, por no llevar el asunto al Supremo, aunque dijo que lo haría. Es posible que no tengan la certeza de que el alto tribunal les vaya a dar la razón en un decreto que supone la violación de la presunción de inocencia.

Trump ha prometido una nueva ley. Mientras la cocina se ha concretado en acelerar la expulsión de inmigrantes sin papeles. De todas sus presuntas decisiones es la única que está teniendo visibilidad. Es lo que busca: vivir en el carrusel, estar en boca de todos. Con la persecución de la inmigración tapa lo demás, incluido el muro, que no ha avanzado un metro porque es el Congreso el que debe de aprobar el presupuesto. El muro, como la derogación del Obama Care, es solo un deseo.

4) La guerra contra los medios de comunicación se ha generalizado. Ya solo confía en Fox News, y debería tener cuidado porque incluso en este canal ultra conservador empiezan a surgir las primeras disidencias. Uno de sus presentadores estrella, Chris Wallace, dijo que Trump había cruzado una línea roja. El senador republicano John McCain aseguró que las dictaduras empiezan con la persecución de la prensa. Trump ha prometido nuevas leyes anti libelo, un asunto que puede acabar también en el Supremo. Su candidato Gorsuch será muy conservador en temas de sexo y en el aborto, pero en la libertad de prensa no sigue la estela trumpiana.

5) Trump se ha instalado en el fake news mientras que acusa a todos de publicar noticias falsas. La última salida fue hablar de un atentado en Suecia, algo que solo ha sucedido en su imaginación. En el país nórdico no ha habido ningún atentado, como tampoco lo hubo en Bowling Green como dijo Kellyann Conway ni en Atlanta, según declaró su jefe de prensa Sean Spicer.

6) Es una presidencia más activa en Twitter que en la realidad. Humo.

7) En política internacional se ha metido en el jardín de renunciar a los dos Estados, Israel y Palestina, en lo que parece un abandono de la política seguida por EEUU en los últimos 20 años. SI acepta un solo Estado, ¿qué hace con los palestinos?

Los aciertos

1) Ha llevado a los medios de comunicación a su terreno, les ha forzado a ejercer el papel de adversarios con lo que han perdido su rol de fiscales independientes. En el cuerpo a cuerpo gana Trump. Es su hábitat natural, donde se siente más a gusto.

Su burbuja de la mentira como forma de comunicación consigue algo importante: la legitimación de la ignorancia, como escribe Leonard Pittis.

La mayoría de sus seguidores están encantados. No importa que se les presenten pruebas de sus mentiras y exageraciones. La gente que ha decidido creerle le cree como si fuera una religión. Esa es la dificultad.

En este país nadie pide perdón

Dice que su Administración va como la seda y vende trabajo a espuertas. No importa que el The Washington Post le desmienta con esta información y sus gráficos.

2) Un segundo acierto está por venir; veremos qué grado de contaminación logra en las elecciones de Holanda, Francia y Alemania. Si llegamos al próximo invierno sin más sustos, estaremos salvados. Espero.

(3) Un tercero, involuntario, ha sido el despertar de la sociedad civil. ¡Vuelven los sesenta! Esa sociedad civil en resistencia será la única que podrá parar a Trump.

Más sobre este tema
stats