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El musical 'La La Black'

Qué salaos los condenados y sus tar-jetas. 

Ya tenemos sentencia en el caso de las tar-jetas black. “Todos condenados” es el titular berlanguiano de la decisión judicial acerca de los sesenta y cinco usuarios de trozos de plástico, esos que se gastaron tan ricamente la pasta de la Caja que acabamos rescatando los de siempre, los paganinis sin violín. Muy fan.

Penas, penitas, penas de entre tres meses y seis años para los sesenta y cinco, The Ocean’s sixty five.

Y a la cabeza, con cuatro años y medio y seis de prisión, respectivamente, esos dos tipos requetefinos: Rodrigo Rato, padre del milagro económico español y Miguel Blesa, exinspector de Hacienda. Dos expertos en finanzas.

Desde El golpe, con Paul Newman y Robert Redford, no se veía una pareja tan vistosa de tíos listos.

Todos ellos han sido condenados por un delito continuado de apropiación indebida. Traducido al lenguaje coloquial: condenados por pulirse, un día tras otro, una noche tras otra, la pasta de otros con sus tar-jetas. Gorrones vip.

La sentencia describe el caso de las tarjetas black como “la operativa que contribuyó a mermar el caudal de la entidad bancaria”. Y vaya si lo mermaron, más seco que el Manzanares dejaron el saldo de la caja madrileña, desde ese espacio chill out de reunión que sentaba en su consejo de administración a lo mejor de cada casa: (PP, PSOE, IU, UGT, CCOO, CEOE).

Ni siquiera el director de casting de El coloso en llamas pudo reunir a tantas celebridades para quemar un edificio emblemático. Aunque, si nos fijamos en el logo de la entidad bancaria, esta versión de peli de catástrofe podría titularse El OSO en llamas. Perdón por el juego fácil de palabras, tal vez sea producto de la quemazón...

En la semana fantástica de la Justicia española, con el mazazo en el relevo de los fiscales a cargo de Maza –mención especial al de López Bernal, fiscal superior del TSJ de Murcia–, los momentos estelares y floridos del ministro del ramo y la cautela en las medidas cautelares para otra pareja de cine, Urdangarin y Torres, la condena de estos sesenta y cinco Sabandeños desafinados, que no tocaron la bandurria sino la caja que nos quebró en las narices, fue una suerte de estrella en la oscuridad, casi tan emocionante como el hallazgo de los siete exoplanetas...

Cuatro años después de la publicación por eldiario.es de esa filtración de 8.000 correos de Blesa, gracias a la labor de la Comisión Anticorrupción de la Red ciudadana Partido X, da cierto gusto comprobar que la movilización activa de los ciudadanos, el compromiso informativo y el empeño de un partido, UPyD –que no recogió electoralmente, por cierto, el fruto de haber peleado en solitario en esta causa– sirve para algo.

El de las Black no es el caso más grave en cuanto a cantidad, pero sí absolutamente representativo de la decadencia moral en la que estamos sumidos y eso que era a nosotros a los que nos ataban el boli con un muelle en la ventanilla de la caja... ¿por si nos lo llevábamos?

Que esta investigación haya llegado a juicio y que a sus responsables, este gasto tan alegre a costa de la tristeza ajena, no les vaya a salir gratis –esperemos a que la sentencia sea firme–, es una buena noticia para casi todos. Para los protagonistas no, ellos dicen que les han usado para tapar lo de Urdangarin...

Dijsselbloem

Según la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Rodrigo Rato y Miguel Blesa son los autores del delito. Ildefonso Sánchez Barcoj, exdirector financiero cómplice de la operativa y el resto de los condenados, colaboradores.

Qué gran musical La La Black: Rodrigo y Miguel la pareja de protagonistas, Ildefonso el actor secundario y el resto del elenco, los sesenta y dos, el cuerpo de baile. Y sí, ustedes también participan, son los que han pagado la entrada para acabar llorando en la butaca, aunque también hayan sonreído tiernamente al conocer la condena...

¿No se merecen un Oscar estos artistas?

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