¡Insostenible!

Juicio por la dignidad

Fernando Prieto

Toda la sociedad española sabe que hay que conservar la biodiversidad. Que somos mejores personas, mejores ciudadanos y que valemos mas como sociedad cuando somos capaces de conservar y respetar la vida a nuestro alrededor. La sociedad española ha evolucionado y sigue evolucionando. Ya nadie va a 200 kilómetros por hora o fuma en una guardería o echa sustancias prohibidas para alimentar a los animales. Acciones o prácticas que nos parecían normales hasta hace poco tiempo ya no las hacemos. Con la biodiversidad también se ha evolucionado, ya nadie martiriza perros o practica crueldad con los animales o caza osos, águilas imperiales o linces. A estas especies se les calificó de “alimañas” y se permitió su caza; ahora cada lince que logramos reproducir nos cuesta cifras astronómicas. Con el oso pasó igual, pero hoy ya nadie se atreve a cazar uno, y si lo hace, va a la cárcel.

Hoy nos parece increíble que alguien fuera tan ignorante. La ignorancia ha provocado grandes desequilibrios en los ecosistemas ibéricos, y además nos sale muy cara. Toda la sociedad española sabe que hay que conservar estas especies. Que no tiene sentido la crueldad, que somos mejores personas y que estamos más evolucionados y somos más humanos cuando somos capaces de coexistir con estas increíbles especies emblemáticas como los osos, linces o las águilas imperiales.

Sin embargo, todavía se matan lobos en este país. Algo increíble en una sociedad madura y evolucionada como la española en el siglo XXI. El absurdo y pueril miedo al lobo de Caperucita se sigue utilizando desde la administración para justificar la falta de ayudas y el declive de la ganadería extensiva cuando debería ser un sector fuertemente apoyado por la administración entre otras cosa para detener el despoblamiento rural y prevenir  los incendios forestales con sus elevadísimos gastos de cada año. Los ganaderos y cazadores responsables e inteligentes prefieren que haya lobos a que no los haya. En las provincias y comarcas que hay más lobos es donde existe más ganado y donde se localizan los mayores trofeos de caza y no es casualidad. La pérdida de grandes carnívoros daña los ecosistemas; ellos controlan jabalíes y corzos sin coste y con mucho criterio.

En una comunidad autónoma todavía se caza esta especie de una forma ilegal, amparado por la administración, con un desconocimiento científico absoluto de las dinámicas de la población y con contratos de gestión todo menos claros , y transparentes y con rendición de cuentas. Hoy, cientos de casetas ilegales se localizan en lo más intrincado del bosque para cebar comederos donde se echan cadáveres y una vez que se ha cebado se cazan lobos por parte de cazadores sin escrúpulos. Esto debe de saberlo la sociedad española, con los nombres y apellidos de quienes lo autorizan. Mientras, en Portugal a docenas de kilómetros está totalmente protegido y en otras comunidades autónomas a tan solo unos cientos de kilómetros donde está ya prácticamente extinguido como en Andalucía se declara estrictamente protegido y se empieza a gastar fuertes cantidades de dinero en su protección.

Algunas veces ha hecho falta que algunas personas valientes se pusieran delante de unos vertidos nucleares en el mar de Galicia para que se dejaran de tirar residuos radioactivos en el mar, o que se subieran a una nuclear para que se viera que estaban sin proteger, o que se pusieran delante de unas ballenas para protegerlas,  o que se encadenaran a unos bulldozer para parar destrucciones de bosque natural. Hoy se repite la situación.

A finales de diciembre de diciembre de 2015, cinco tipos sensatos denunciaron este hecho con un simpático vídeo mientras destruían una de estas casetas ilegales. El 30 de noviembre de 2017 la justicia española los juzga por haber destruido esas casetas de la muerte que nos deberían indignar como personas. Han tenido que pagar una fianza de 30 mil euros y se les puede condenar hasta dos años y medio en la sala 3 del Juzgado de lo Penal de Zamora. Es necesario que la sociedad española reaccione y de una vez exija por una cuestión de dignidad que es necesario conservar esta especie. Y que se debe conservar igual que otros grandes depredadores como linces y osos. Llegados a un cierto nivel en la Administración y en la historia del país ya no se puede hablar de ignorancia. La Administración y la sociedad deben activar la inteligencia colectiva para conservar el lobo. Por la coexistencia del lobo con el hombre. Evolucionemos hacia una sociedad más digna.

La Naturaleza en España se ha protegido a golpe de dar la cara y con iniciativas y acciones directas.

 

Solo con gente así se han conseguido alcanzar en España las cotas de conservación que se han alcanzado.

___________________________________Fernando Prieto

 es técnico del Observatorio de Sostenibilidad

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