Plaza Pública

Libertad con ira y Ley de Educación

Partidarios de la escuela concertada protestan frente del Congreso contra la reforma educativa.

Ángel Viviente

Contemplo atónito el uso que últimamente se le está queriendo dar, por parte de sectores de la derecha, tanto la más exacerbada de Vox como la de los otros partidos del mismo arco, fundamentalmente PP y C's, a una palabra sacrosanta que ha tenido siempre muy claro su significado. Me refiero a la palabra “libertad”. El PP no quiere quedarse atrás en esta utilización, ante el temor de que el grupo que se desgajó de su partido –fueron parte de ellos, de ellos nacieron–, les robe los caladeros de votos que les podría suponer la pérdida del control del voto de la derecha.

Esta utilización de la bendita palabra está inspirada por modelos que vienen de más allá del Océano. El conocido y truculento personaje Steve Bannon, exasesor de Trump, fue enviado por el Imperio a las colonias de la vieja Europa para diseminar sus teorías, organizar y captar adeptos, al igual que hicieron los originarios cristianos en su momento. No es raro contemplar que exista una similitud de ideas cuando se habla allá de “ votos ilegales” y aquí de “gobierno ilegal”, de falta de libertades, de fraude electoral, de gobierno autoritario y dictatorial. Esta estrategia se inspira en el viejo dicho de “A río revuelto…”. Los pescadores de ahora tratan de utilizar el descontento, la situación que nos envuelve, en una crisis derivada de una pandemia, con sectores claramente golpeados por todo ello, para derivar en acciones de tipo político que puedan dar resultados electorales satisfactorios en un determinado momento.

No olvidemos que de las grandes crisis han salido referentes muy alejados de la palabra “libertad”. En esas situaciones, lo que se requiere es mano dura y eliminación de los opositores a los nuevos credos. Así surgió el nazismo en su momento, fruto de una prolongada crisis económica y de identidad política en Alemania en los años veinte del siglo pasado.

En nuestro país, la utilización de esta palabra por parte de estos sectores comenzó en los meses pasados de la pandemia. Se quiso usar el descontento y desconocimiento de una parte de la sociedad para introducir las teorías conspirativas, el ataque al Gobierno, achacando un autoritarismo y una falta de libertades en la gestión de la pandemia, etc. Allí comenzaron a oírse los gritos de “libertad”, acompañados de una utilización del españolismo más cutre con la exhibición de banderas por doquier, queriendo filtrar la idea de que los que no pensaban como ellos no tenían el derecho a considerarse españoles. Conclusión: intento de robo fraudulento de la identidad nacional y de la palabra libertad.

Es curioso que esta palabra ahora quieran apropiársela los herederos de los que, desde sus inicios después de “su cruzada”, se han caracterizado por el combate más fiero contra el cambio de una sociedad consumida y sojuzgada por cuarenta años de dictadura, con evidente ausencia de libertades a todos los niveles: laborales, sindicales, políticos, de opinión, sexuales,etc. E incluso con encarcelamientos y torturas a los elementos no adictos u opositores al régimen.

A continuación, sus sucesores pusieron todos los palos posibles a un pacto de la sociedad para aprobar leyes que sirviesen para situar al país en concordancia con los nuevos tiempos, con una sociedad moderna y más acorde con lo que se respiraba en el resto de Europa.

Leyes como la del divorcio, el aborto, defensa de los colectivos LGTBI, de género, siempre disfrutaron de su oposición más encarnizada. Por no olvidar esa Ley, en defensa clara de las “libertades” –que ellos tanto añoran–, que suponía la Ley Mordaza. Estos de ahora son los herederos de todo aquello y de lo que, con más o menos vigor, se sienten depositarios.

En todos estos casos, demostraron lo que ellos entienden por lo que supone y trae consigo la Libertad, SU Libertad.

Quiero ahora centrarme en la utilización de la palabra, objeto de este artículo, en la presentación de la nueva Ley de Educación, al hilo de las varias manifestaciones de las que hemos “disfrutado” el pasado fin de semana.

No voy a internarme en aspectos que considero más técnico-educativos, como lo son las líneas curriculares, las asignaturas, la diversificación, el reparto de funciones con las Comunidades, repeticiones, ni incluso en el tema de la lengua (que ya ha sido objeto aquí de otros artículos). Creo que en todos estos aspectos un grupo de técnicos expertos, provenientes de todos los partidos del arco parlamentario, podrían llegar sin demasiado esfuerzo a acuerdos aceptables para todos.

En lo que me voy a centrar es en aquellos aspectos que han sido, son y serán los que impiden la posibilidad de llegar a un amplio consenso, para poder tener una Ley de Educación perdurable con los años y durante todas las legislaturas. Estos puntos han sido siempre las piedras en el camino que impiden el acuerdo y que en definitiva hacen que los sectores de la derecha clamen por una supuesta falta de libertades. Estos son:

1. La Religión como asignatura evaluable en el historial curricular.

España se define en su Constitución como Estado aconfesional. Por ello es de todo punto inadmisible que se incluya en las enseñanzas regladas en las escuelas públicas y en aquellas subvencionadas con fondos públicos la enseñanza de la Religión y, lo que es más, que esto sea un factor evaluable en el historial académico. La enseñanza de la Religión debe estar alojada en aquellos ámbitos de los que todas las creencias disponen: las parroquias, las sinagogas, los centros de culto y la familia. Nadie va a coartar la libertad de nadie para que esto no sea así. Lo que sí que coarta la libertad de los no partícipes de esas creencias es la imposición de una asignatura, o similares, en los planes de estudio de colegios públicos o privados subvencionados. Cualquier no creyente sentirá su libertad coartada si se le obligase a detraer de sus impuestos un coste del que en ningún caso es partícipe ni beneficiario, o si tomase la opción de un colegio pagado con fondos públicos en el que existe una asignatura que no forma parte de sus necesidades o creencias, o se le intenta esconder con otra asignatura “maría” de “contrapeso”.

Nadie cortará la libertad de nadie si alguien decidiera tomar la opción de colegios en que se enseñe Religión, si estos son centros privados pagados por los progenitores, no por el conjunto de la sociedad. Tal vez alguien quisiera que en la escuela de su hijo se enseñara, con valor curricular, el golf, pero mire, eso no es objeto del ámbito de las enseñanzas apoyadas por el relato de la Constitución. Así estamos.

2. La Escuela inclusiva. Medidas contra la segregación escolar.

Tampoco se podrá aceptar en ningún caso que una Escuela pública o subvencionada con fondos públicos tenga la potestad de delimitar cuáles son los alumnos que pudieran formar parte de dicha comunidad, mediante criterios propios, no aceptados por el conjunto de la sociedad. No es aceptable, como sabemos que se está haciendo ahora, que determinados centros concertados delimiten e impidan la entrada en su alumnado de aquellos elementos que no consideren aptos, bien por su procedencia o su nivel económico.

Conozco un Centro católico subvencionado en donde, debido a su compromiso con los más desfavorecidos, ven sus aulas pobladas de alumnos de diversas procedencias, con las consiguientes dificultades para la enseñanza y el esfuerzo añadido que esto requiere. Esto nadie se lo paga. Sin embargo, un Centro también católico, pero de diferente línea, justo en la calle de al lado, frena la entrada de estos elementos, promoviendo un alumnado de una determinada capacidad económica y “estilo” (dicen ellos), aconsejando a las solicitudes de los inmigrantes, por ejemplo, acercarse al colegio de al lado para hacer su petición.

Estas escuelas promueven centros burbuja que me parecerían bien, si es su deseo (no hay que coartar su libertad para elegirlo así), pero es un modelo que no está en línea con la Constitución, por su espíritu segregador y, por tanto, no puede ser pagado con fondos públicos. ¿Es esta la libertad que piden? ¿Quieren que el Estado, todos los contribuyentes, paguemos Centros burbuja segregadores? ¿Quieren una libertad que coarte la de otros? ¿Nos están pidiendo a todos los españoles que apoyemos SU libertad?

3. Igualdad de género.

Esta Ley hace hincapié en la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres. Una Escuela en donde la presencia de ambos géneros en el día a día del trabajo escolar no fuera posible, limitaría muchos aspectos de la educación integral en este área. La igualdad entre hombres y mujeres es un proceso que ha de darse desde los primeros momentos de la infancia.

Nuestros hijos e hijas han de aprender que unos y otros son partes iguales y necesarias de la sociedad, con los mismos derechos y deberes. Aquellos que no han pasado por esta experiencia de trabajo continuo con personas de diferente sexo van a tener coartado su desarrollo futuro como hombres y mujeres. Han de aprender que ese otro que es distinto no es ningún “bicho raro”, y que tiene sus mismas capacidades y puede desarrollar idéntico aprendizaje. Esto es base fundamental para la reducción del machismo en nuestra sociedad, y también la violencia de género.

Esto también está muy contemplado en la Constitución y, por tanto, las escuelas que segreguen por sexos no deberían ser subvencionadas por el Estado, porque es algo en contra de los principios constitucionales. Cualquiera que opine lo contrario tiene la libertad de llevar a sus hijos a colegios segregadores, nadie se lo va a impedir y no va a tener ninguna consecuencia en su currículo, pero no podrá ser pagado por fondos públicos. Y también es la libertad de muchos el impedir este tipo de segregación.

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He querido poner en valor en este artículo el uso de la palabra Libertad. También he querido remarcar la falacia que supone que determinados elementos, movidos por partidos políticos que quieren “pillar” votos en el caladero del desconocimiento y la mala información, remuevan los fosos más profundos de la ignorancia en su provecho. La realidad es que, para la gran mayoría del país, la palabra Libertad tiene un significado muy claro, muchos han tenido que luchar con sus desgarros para traerla a este país, hay muchas nuevas generaciones que conocen perfectamente su significado y por ello todos van a luchar con uñas y dientes para que nadie se la robe.

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Angel Viviente Core es Coordinador General de Convocatoria Cívica.

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