El Ojo Público

TVE da un triste adiós a 'El Ministerio del Tiempo'

TVE dice adiós a la serie El Ministerio del Tiempo al culminar su tercera temporada. Es una triste despedida, cerrada, paradójicamente, con un homenaje a la propia televisión y a uno de sus mayores creadores: Narciso Ibáñez Serrador.

La serie no ha sido una más en la historia de TVE. Sigamos con nuevas paradojas: audiencias discretas, coste relativamente elevado, trato displicente por parte de los programadores, continuas quejas de los creadores... Todo apuntaba a una vida efímera –de hecho, esta última temporada solo ha sido posible gracias a un acuerdo in extremis entre la cadena pública y Netflix–. Del otro lado, elogios casi unánimes de la crítica, omnipresencia en redes sociales, creación de un muy activo grupo de seguidores –"Ministéricos"–, generación de contenidos propios, búsquedas en Google sobre personajes históricos, y un largo etcétera volcado en el mundo de internet.

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Se trata, en definitiva, de un fenómeno televisivo en el que han convivido, en los tres últimos años, sombras y luces, sancionadas por la actual dirección de TVE con la aplicación de criterios comerciales de coste económico-rentabilidad en audiencia. Una decisión que se compadece mal con la pervivencia de productos como Hora Punta o ¿Cómo lo Ves?, que además no gozan de las luces citadas para esta serie.

Con todo, TVE olvida que las razones comerciales –que encuentran relativo peso en medios privados– no han de ser decisivos en una cadena pública. No valorar adecuadamente la apuesta por poner de actualidad nuestra historia, formar y entretener con la mezcla de hechos y personajes del pasado y un tratamiento actual, ágil, e inteligente, tan lleno de guiños y giros cómicos, como de sugerencias al espectador, no es propio de un medio que, en su servicio a los ciudadanos, debe primar esos ingredientes sobre rentabilidades exclusivamente económicas. El Ministerio del Tiempo ha tenido, incluso, un valor añadido: se trata de uno de los escasos productos televisivos actuales dirigido a la realidad tecnológica y social del siglo XXI: omnipresencia de internet, influencia de las redes sociales, multiplicidad de soportes... Un universo transmedia en las antípodas de tantos programas de estreno reciente en TVE y basados en espacios emitidos hace varias décadas.

En pleno franquismo, se encontraba –salvo que la censura dispusiera otra cosa– una publicación cómica denominada La Codorniz, que tenía como lema "La revista más audaz, para el lector más inteligente". Ni de audacia, ni de inteligencia, parecen estar sobrados los actuales directivos de TVE, que han propiciado la triste desaparición de El Ministerio del Tiempo. Ojalá, en un próximo futuro, pudiéramos ver a la cuadrilla protagonista viajar a este 2017 para impedir esta fechoría.

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