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¡Insostenible!

Algunas señales necesarias

T. Gómez D. Vila A. Rosado

Las mujeres y hombres que integramos el círculo 3E de Podemos compartimos la alegría y la esperanza con la que una parte muy significativa de la sociedad española ha recibido la censura del Gobierno del PP y su sustitución por el que preside Pedro Sánchez. Creemos que es una ocasión para detener y revertir la deriva regresiva que se prolonga desde el año 2010 y para emprender una senda de avance y mejora en las condiciones de vida de la mayoría social y en la defensa de la justicia y la democracia, tan maltratadas por las políticas de derechas aplicadas por el PP con el apoyo sistemático de Ciudadanos a partir de 2016.

Seguimos de cerca la evolución de la economía global, europea y nacional y lo hacemos procurando adoptar una visión integral que comprenda los fenómenos económicos en el marco de las realidades ecológicas y energéticas que los condicionan y que muestran en nuestro tiempo síntomas de colapso ya evidenciados por la comunidad científica internacional. Y desde ese conocimiento percibimos las dificultades a las que se enfrenta el nuevo Gobierno que vienen a añadirse a las derivadas de la fragilidad del apoyo parlamentario y a la precariedad de los acuerdos que le han llevado a la Moncloa.

Dificultades, en primer lugar, derivadas del marco normativo inaugurado con la reforma del art.135 de la Constitución y desarrollado por la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera (en adelante, LOEPySF). Es este un marco que, directamente, impide la aplicación de medidas orientadas a corregir las ineficiencias de asignación y las desigualdades producidas por las economías de mercado en el rumbo adoptado por las políticas de consolidación fiscal hegemónicas en el contexto de la UE.

Están, además, las dificultades asociadas a la moderación del crecimiento esperado del PIB consecuencia, entre otras causas, de la subida de los precios del petróleo, de la incipiente reorientación de los flujos turísticos, de la pérdida de dinamismo de los mercados exteriores (que empiezan a descontar los efectos de la anunciada guerra comercial entre USA, China y la UE) y la paulatina reducción de la política de expansión monetaria del BCE, factor esencial en la llamada recuperación española.

Un conjunto de condiciones que dificultan, sin duda, la adopción de políticas que reorienten de una vez el rumbo de la política económica en nuestro país, excesivamente dependiente todavía de algunos sectores, como el inmobiliario, que estuvieron en el origen de la crisis del 2009.

Las dificultan pero no las impiden. Para completar el cuadro someramente descrito más arriba deberíamos mencionar el vigor de la demanda interna que se ha visto beneficiada por las holgadas condiciones financieras que han hecho posible el proceso de desapalancamiento de familias y empresas que ha hecho posible, a su vez, un mayor nivel de gasto e inversión, respectivamente. Si se aprovechan estas condiciones todavía vigentes de los efectos expansivos de la política monetaria del BCE y se incorporan algunas medidas que abran perspectivas a desarrollar en futuros ejercicios podríamos encontrarnos ante una secuencia de sinergias virtuosas con los que poder resistir mejor los efectos de lo que buena parte de los analistas ya califican de próxima crisis financiera. Anticiparnos a su posible irrupción requiere, además, que el nuevo Gobierno del PSOE se sume con energía a las propuestas más innovadoras que defienden la inmediata construcción de una arquitectura financiera y presupuestaria europea: la unión bancaria, el presupuesto comunitario, la aplicación del ITF mediante el mecanismo de cooperación reforzada y la creación de un fondo de garantía de depósitos europeo, entre otras. Sabemos lo que hay que hacer; se trata de hacerlo ya.

La LOEPySF atribuye a la ministra de Economía el cálculo de la tasa de referencia del crecimiento del PIB a medio plazo que debe incluirse en el Informe que acompañe la fijación de los objetivos de estabilidad presupuestaria y deuda pública para 2019. Es la estimación de esa tasa de referencia la que determina el consiguiente techo de gasto para el ejercicio 2019 por lo que será la voluntad política del Gobierno para fijar unos objetivos más o menos ambiciosos de su política económica, la que tendrá la última palabra para la fijación del techo de gasto para el año próximo.

Es verdad que se encontrará con la oposición cerrada de los dos grupos de la derecha que argumentarán los riesgos de desviación de la senda de reducción del déficit acordada con Bruselas. Y aquí topamos con el núcleo esencial de la acción de gobierno para el inmediato futuro.

No pedimos, como sería lo lógico, la inmediata derogación de la LOEPySF que ha reducido la capacidad de intervención del sector público y ha impuesto una política procíclica que no ha llevado a la economía española al completo desastre gracias a las ya comentadas políticas de expansión monetaria del BCE. Ello requiere otra composición parlamentaria que deberíamos conseguir en las próximas elecciones generales. Pero sí es posible y necesario mandar desde ahora un mensaje a Bruselas/Berlín de que hay otro Gobierno en España y que deben estar preparados para poder negociar un marco de relaciones que supere el vigente.

Y una buena forma de hacer creíble esa voluntad política es plantear ya para 2019 una relajación del ritmo de cumplimiento del déficit del sector público, en el marco de una reconsideración del conjunto de la arquitectura de la unidad económica y monetaria. No estamos sugiriendo ninguna suerte de renacionalización de la política económica que nos aleje de la construcción del proyecto europeo, sino de la revisión de sus hipótesis fundacionales en la perspectiva de recuperación de los elementos de cohesión social y de democracia que caracterizaron en su origen el llamado modelo social europeo.

El equipo dirigente del Ministerio de Economía presenta rasgos de plena sintonía con las directrices de Bruselas; ello no debería ser óbice para que se comprometiera con una nueva política más acorde con las aspiraciones del electorado que está detrás de los partidos que han aupado a Pedro Sánchez a la Moncloa. El nombramiento del puesto de subgobernador del Banco de España, de extrema relevancia en las funciones de regulación y supervisión de las entidades financieras, una vez que el PP dejó puesto a una persona de su confianza, debiera ahora recaer en un perfil que, a una indispensable y acreditada capacidad técnica, uniera una sintonía con las nuevas orientaciones políticas que aquí se proponen.

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Hay, además, decisiones que pueden y deben ser adoptadas de forma inmediata. En este sentido, anuncios como los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles, la restitución de la sanidad universal para los indocumentados o la eliminación del copago farmacéutico que entendemos parte del establecimiento de un acuerdo para un "paquete social" con la dirección de nuestro partido. En el mismo orden de cosas, sería preciso intervenir con urgencia el mercado de alquiler para poner freno a la burbuja que se está montando por la entrada de los fondos de inversión en este mercado, con el efecto de encarecimiento de los precios y la expulsión de un sector importante de población de este mercado. Y acelerar el acuerdo, en el marco del Pacto de Toledo, de la aplicación del IPC en la revalorización de las pensiones y la eliminación del Factor de Sostenibilidad, asegurando que no existan pensiones por debajo del umbral de la pobreza.

Se trata, por tanto, de algunas pocas medidas, a modo de señales para que los sectores sociales que han visto con esperanza la llegada del nuevo gobierno la refuercen en la convicción de que de la colaboración entre Podemos y el PSOE, del PSOE y Podemos, se pueden derivar situaciones ventajosas para la mejora de sus condiciones de vida en un marco de crecimiento económico, social y ambientalmente sostenible.

Sí, se puede.

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