En Transición

El año de la nueva Jedi

Rey, la nueva Jedi que evitará la desaparición de la orden, defiende La Fuerza ajena a los viejos libros de los Jedi. Yoda se lo explica a Luke: "¿Leído los has? Apasionantes no eran. Sí, sabiduría contenían, pero créeme no poseían nada que la joven Rey no posea ya".Como si de una post-postmodernidad se tratara, nadie cuestiona la existencia del bien y del mal, y sólo Ben, como buen malo, ambiciona el poder por el poder a cualquier precio.

No estaría mal que la metáfora contenida en Los últimos Jedi presagiara una nueva dirección en esta Transición ¿permanente? en que vivimos. Ojalá el nuevo año traiga consigo la asimilación de la sabiduría contenida en los viejos libros para poder escribir unos nuevos que, sin cuestionar la existencia del bien y del mal, nos ayuden a defender La República haciéndonos la pregunta fundamental: ¿Para qué? Aquí unas ideas:

Para que Europa dé un giro radical a su política de inmigración y deje de violar sistemáticamente los más elementales Derechos Humanos mientras los refugiados no encuentran refugio alguno en la cuna de los Derechos y la Democracia. Fenómeno, además, que se verá agravado por el cambio climático, como argumenta este artículo de The National Greographic. donde la lucha por los recursos naturales volverá a ser motivo de conflicto.

Para que iniciemos de forma decidida un camino hacia un modelo económico verde, responsable e inclusivo que ponga a las personas –las que estamos y las que vendrán– en el centro de un planeta que conoce sus límites. De lo contrario, los fenómenos meteorológicos extremos arruinarán buena parte de la Tierra y todos seremos más pobres, como se demuestra aquí.

Para que la pobreza energética deje de ser la nueva invitada de miles de hogares españoles –el 15% de la población española y el 9.4% de la europea–, de forma que tanto los días de frío como los de mucho calor, cada vez más frecuentes, estos hogares carecen de las condiciones mínimas de habitabilidad y las urgencias hospitalarias se llenan de los más pobres, los más ancianos o los más enfermos.

Para que la tecnología sea un instrumento para luchar contra la desigualdad en lugar de agravarla y el acceso al conocimiento sea universal y no un club exclusivo.

Para que un mundo libre de fronteras donde las personas puedan moverse por opción, y no por obligación, sea compatible con la defensa de una identidad no excluyente que permita a cada pueblo constituirse en sujeto político sin por ello considerarse superior.

Ojalá la culpa fuera (sólo) de la prensa

Para que la confianza imprescindible que necesita cualquier sociedad democrática encuentre formas de recuperarse, más allá de los viejos libros, con fórmulas innovadoras que partan de un mayor compromiso de todos.

Para que se extinga de raíz la violencia y la dominación que hay detrás de cada micromachismo, de cada diferencia salarial, de cada expresión sexista y de cada violencia machista.

Son sólo algunos ejemplos para recordar por qué es imprescindible que sigamos plantándole cara al Imperio. Y esta vez, liderados por una mujer. Que la fuerza nos acompañe.

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