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El kit de supervivencia de 2018

Empezamos 2018 con un kit más variado que el de la DGT. En el maletero del año recién estrenado ya llevamos: una nevada/cagada, un proyecto de investidura telepática, varias despedidas y unas reapariciones vistosísimas en el Congreso. Muy completo. Muy fan.

Repasemos bien el kit de supervivencia, a ver si está todo.

La nevada/cagada

Este maletín contiene varios balones –para echarlos fuera–, reuniones encadenadas para averiguar –a copo pasado– qué se tenía que haber hecho y un CD con el hit que siempre suena en estas situaciones: “Échale la culpa al boogie” ( “a los conductores”, si eres el director de la DGT).

¡Cuánto habrían ganado las declaraciones de Serrano si, antes de terminar, hubiera cantado: ♪ “Precaución amigo conductor, la nieve es peligrosa” ♪, en plan Perlita de Huelva, “perlita de Sevilla”, en el caso de Gregorio.

Zoido ha empezado el año regular, entre los cinco goles que encajó su equipo y la bola de nieve en propia puerta...

La investidura telepática

Este maletín contiene una cabeza cubierta de pelazo, en cuyo interior rebota una idea: “Seré President, cueste lo que –les cueste– a los demás”.

Así como el pobre Johnny Weismuller murió creyendo que era Tarzán –cuentan que emitía en la vida real los gritos característicos del superhéroe sin leotardos–, Carles se ha creído tanto su personaje de princesa por sorpresa, que podría acabar quedándose sin voz de tanto gritar “¡viva mi república!” y estamparse al saltar de su liana, sin tener otra a la que agarrarse...

Aunque también es posible que pase olímpicamente de saltar –que se estampen otros– y desaparezca entre la maleza de la selva belga por la que pasea.

Las despedidas

Carme Forcadell no será presidenta del Parlament, su intención es continuar como diputada, Carles Mundó –sonó como sustituto de Junqueras– abandona la política y Artur Mas se marcha... otra vez.

Los tres adioses tienen su aquel, pero el de Mas es lo más. Artur, al que podríamos gritarle lo de Piqué: “¡con...tigo’mpezó todo!”, ha hecho mutis por el foro y ahí ha dejado el mojón.

Dice Artur que nada tiene que ver con su marcha el hecho de que el lunes vayamos a conocer la sentencia por el caso Palau, se va por el bien de los suyos: “Doy otro paso al lado para no frenar el proyecto JxCat”, en plan héroe sacrificado: "¡Seguid vosotros, yo me quedo aquí con la pierna rota!".

Muchos han interpretado el gesto como una indirecta a Carles para que haga lo propio, en plan Gila: “Alguien está mandando un mensaje a alguien que está en Bruselas y no me gusta señalar”, pero el que “detuvo” Gila se ponía colorao, colorao y Puigdemont tiene la cara impermeable al rubor.

Los “Jordis” y Forn, exconsejero de Interior, se han despedido de la unilateralidad, al menos, ante el Supremo. Ahora defienden que hay que moverse dentro del marco de la Constitución, “el único referéndum válido sería el organizado por el Estado español”, dice Cuixart. Si llegan a estar cinco minutos más ante el juez, acaban cantándose algo de Manolo Escobar.

Es lógico que la estrategia de defensa de un acusado utilice todos los recursos legales a su alcance, sinceros o no, para librarle de la prisión (preventiva en este caso). La privación de libertad debe de ser absolutamente terrible, pero si le añades el hecho de que, mientras tú estás en prisión, otros pasean por Bruselas, el trago debe de ser mucho más difícil de superar.

Hoy he recordado una escena de mi pasado muy remoto. Tendría unos trece años, estaba en un pueblo toledano al que me invitó una amiga para pasar las fiestas. Iban a soltar una vaquilla en la plaza de toros y nosotras bajamos  a la plaza para hacer un poco el tonto –nuestra especialidad–. Un señor muy animoso, reclutó a todos los niños y adolescentes que estábamos por allí y nos colocó como un equipo de fútbol que posa para la foto, así debíamos esperar la salida del animal.

Mi amiga y yo estábamos en la fila de delante, en cuclillas.

De pronto, nos miramos y nos preguntamos mutuamente: "¡¿Qué hacemos aquí?!". Yo recordé la frase que decían en el pueblo: “Las vaquillas van al bulto”. Nos levantamos, de un salto, y abandonamos la alineación. El resto de los niños siguieron nuestro ejemplo y se fueron marchando, hasta que se deshizo el bulto suicida. El señor de la idea brillante, nos riñó decepcionado: "¿Por qué os quitáis?" Mi amiga le dijo: “¡Póngase usted, no te digo!". "¡Que le coja a usted la vaquilla!” añadí yo.

No sería extraño que fueran aumentando, poco a poco, los casos de quienes deciden pasar del que organiza la alineación y luego ve la vaquilla desde la barrera belga.

Reapariciones en el Congreso

No se alarmen, los diputados no vuelven hasta febrero, ellos tienen otro calendario. Los que han reaparecido en el Congreso son los comparecientes en la comisión sobre la crisis financiera. Ha sido muy emocionante, tantos años después, es como cuando se reencontraron los actores de Friends.

Volvieron a nuestras pantallas Pedro Solbes, Elena Salgado y, sobre todo, Rodrigo Rato con esa planta, con esa voz, con esa cara... Insuperable.

Solbes lanzó pullitas a ZP y habló de aquel Gobierno con una distancia sorprendente, como si en aquellos años él hubiera estado viviendo en la estación espacial MIR. Salgado desmintió a De Guindos, dijo que la salida a Bankia no fue una decisión política –dejémoslo en decisión penosa– y Rato tiró contra todo lo que se mueve, los otros y los exsuyos. A Rodrigo solo le faltó reprocharle algo a la madre del niño que desayuna garbanzos.

Trump, el genio estable cumple un año

  La verdad es que Rato nunca defrauda... comunicativamente hablando. Díganme qué guionista puede superar ese momento en el que Rato dice que los accionistas privados han perdido más dinero con las Cajas de ahorro que el erario público y añade con desparpajo:

“¿Y eso un saqueo? ¡No, es el mercado, amigo!”. Qué tío, qué crack el señor del crack de Bankia.

¿Bueno, qué? ¿Qué les parece el kit con el que arrancamos el año? ¿Sobreviviremos?

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