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"La ciencia Cristina Monge, tu meejor ue yò lo sabes" Es el conocimieento racional sistemàtico, exacto, veerificabale y por ende, falible; El ser humano amasa y remoldea la naturaleza de las cosas: sometiendola a sus necesidades. La ciencia es el estudio de las realaidades empiricamente demostrables; es decir, la creaciòn del conocimiento a partir de realidades objetivas por la expdriencia; las cie cias se dividen por su objetivo o temas de estudioen dos: 'Ciencias formales o ideles'; Ciencias facticas o materiles; " hacn relaciones entre signos. usan la lògica para demstrar sus teoremas, Demuetran o comprueban. se refieren a entes extracientìficos"-usan mas que la lògica formal, necesuitana dde la obsdrvaciòn y el experimento. "Veerifican ls hipòtesis" Las ciencias practicas alcanzan un tipo de comocimiento racional y objetivo. Entre las caractristics as importantes delconocimiento y la racionalidad, se encuentra qe el conocimiento cientifico no es factico, que trnsciendo los hechos, que l ciencias es analìtica, que la investigaciòn cindtìfica es metòdica. Que el conocimiento cientificoes sistemàtico, general, legal y por ùltimo que l cienia es explicativa." Todos estos componentes explican minuciosamente lo que s la ciencis, es decir, xplicn de manera detallada punto por punto, con el fin de obtener una completa comprensiòn por parte del lector nosotros). "nios dà a entender que la ciencia es susceptible a errores y que tambien es ciencia algo posible de comprobar o verificar dentor de leyes o hipòtesis generales .... ¿Gracias y un Cirdial saludo Cristina Monge....Lunilla y el Diablo Cojuelo....
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Muy interesante el artículo, hace reflexionar sobre nuestra propia capacidad de tomar un papel activo en nuestro día a día, sin esperar a que sean los políticos los que hagan algo, sobre todo cuando son bastantes ineficaces como sucedió con el tema catalán, salvo honrosas excepciones. No basta con salir a la calle, hay también otras herramientas. Democracia activa y participativa. Personalmente tomo nota. Gracias.
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Muy buen apunte Sra. Monje. Cuando los políticos elegidos por el pueblo, lejos de estar capacitados para el dialogo entre diferentes, fomentan la gresca y la ley del embudo, es el pueblo quien debe de comenzar a tejer las redes de la convivencia y la concordia y no dejarse llevar de la ira y cuanto menos de la voluntad de cuatro altivos con afinidad por la gresca y el afán de protagonismo.
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Demostrada la total inoperancia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial para meterle mano al asunto, a pesar de que les pagamos un sueldo para ello, y habida cuenta de que todos esos poderes miran más su cuenta corriente que el bien de su país que, desgraciadamente, también es el nuestro, bueno es que haya ciudadanos y ciudadanas que intenten utilizar el cerebro en vez de los genitales o la cartera para desfacer aquestos entuertos. Con un miligramo de cordura que aporten, ya será mucho más de lo que se ha hecho desde que Rajoy tuvo la feliz idea de utilizar a Catalunya para subirse al trono.
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Admitir que uno vive en un país enfermo que necesita tratamiento o morirá no es muy del agrado de los españoles mucho españoles, pero negar la realidad no cura el tumor, si no que lo agranda, como vemos todos los días en España. A partir de esa forma de ser consistente en meter la cabeza debajo del ala negando la mayor para nuestra tranquilidad, lo más cómodo es atribuir el tumor al otro. Para ello se le demoniza, se le insulta, se le menosprecia y hasta se le encarcela. Se hacen nuevas elecciones a ver si el “tumor” catalán se cura, pero resulta que no, que es persistente. Aún así los mucho españoles siguen sin tomar conciencia de que el tumor es propio y lo de Catalunya es en realidad una metástasis del tumor español. Como digo, no hay manera. Ahora se les ocurre contratar a unos curanderos para ver si se obra el milagro y nos dejan en paz en nuestra placidez franquista. Pero nunca, nunca, nunca, los mucho españoles admitirán que el tumor es propio. Nunca reconocerán que mientras no se solucione el tumor español no se podrá abordar la metástasis catalana que ese tumor provoca. Y que no hay manera, por eso España es como es y está como está.
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Otro artículo desde Madrid que no sirve absolutamente para nada, salvo que nos puede sugerir que recemos mucho a ver si entre el paso del tiempo y la divinidad a la que se la invoca se va solucionando “el lío”. Porque esto no es un gravísimo problema político del Estado, esto es “el lío de Cataluña”. Una forma absolutamente pedestre de analizar la realidad. O como suele titular este digital “el futuro de Cataluña”, obviando que el futuro de Cataluña es el futuro del Estado y viceversa. Pero no hay manera, desde España se prefiere, porque es más cómodo, figurarse que este es un conflicto entre catalanes y no un conflicto muy grave de Estado. Seguramente se trata de una autodefensa psicológica, pero muy infantil, de no hacerse responsables de la rebelión catalana como si fuera que la mayoría de catalanes simplemente se han vuelto locos ante la placidez en la que se vive en España. Es por eso por lo que generalmente en España no se resuelven los problemas, a lo más se intenta aplicar la tradicional chapuza.
España tiene un tumor en cada una de sus instituciones, y partiendo de esta evidencia se debe calificar a “España” (régimen institucional español) como un país enfermo. Lo que viene pasando en Catalunya los últimos años es la metástasis del régimen español en el ámbito territorial catalán. El tumor no lo crea Catalunya, es el tumor español el que se extiende en Catalunya desde que el TC anula su Estatut democrático.
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Ocultar 1 RespuestasEs un comentario muy interesante, y en mi opinión, bastante atinado. La metáfora de la metástasis catalana la doy por válida. Y desde luego, la llamada a "dialogar" para negociar algo concreto, y dejarnos de generalizaciones y vaguedades, también me parece acertada.
Por lo que respecta a la solidez de argumentos, suelo ser más exigente con los que defienden mi postura que con los contrarios, y por ello me pone del hígado oír a los constitucionalistas el manido argumento de la soberanía nacional. Si la soberanía es indivisible, y surge un tema tan peliagudo como un deseo independentista compartido por millones de españoles, ¿No se debería poner sobre la mesa? Un referéndum sobre la reforma constitucional, sobre la independencia, etc se podría plantear en toda España: los resultados serían lo que habría que gestionar. Tienen razón los independentistas cuando dicen que el problema es España. Tienen razón los españolistas cuando dicen que la independencia nos afectaría a todos. Entonces, ¿a qué se espera para dar la voz a la gente? A lo mejor -solo a la mejor- convendría empezar a mover los hilos para un cambio del sistema de gobierno. O al menos, hacer campaña informativa sobre los márgenes que da la constitución para conseguir que Cataluña siga en España de forma que el número de independentistas baje. Los constitucionalistas llevan años ofreciendo lo mismo: nada. Los independentistas tampoco han cambiado sus planteamientos, cada vez más maximalistas, pero cada vez apoyados por más gente. ¿Sería el fin del mundo convertir a España en una república federal, o confederal como Suiza? ¿Se podría hacer bien, y en pocos años? ¿Se podría hacer pedagogía al respecto en Castilla, en Andalucía? ¿Cuántos catalanes se sentirían satisfechos con esa fórmula política? ¿Qué sería más beneficioso para ambas partes: un cambio de régimen, o el actual status quo? ¿Por qué no se debate esto en el parlamento, en profundidad y sin demagogias, aunque fuera para descartarlo? En realidad, ¿Por qué no se discute NADA en serio? Creo que la quimioterapia imprescindible aquí y ahora sería abrir un poco las ventanas.
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El artículo me ha parecido un buen análisis de la situación en Cataluña, solo discrepo cuando escribe: " la polarización en función de renta, lengua......dibuja dos Cataluñas, cada vez más distantes SIN APENAS PUENTES ENTRE SÍ", me refiero a lo escrito en mayúsculas, pues no solo existen dos Cataluñas enfrentadas, sino que hay una tercera que defiende el diálogo y que a nivel político está representado por PSC y Catalunnya en Comú Podem, y a nivel de sociedad civil, aunque haya políticos entre ellos, tenemos el ejemplo de Pròleg y otros colectivos que aspiran a que haya un entendimiento y una salida a la situación de crispación que existe pero solo por una parte Ciudadanos y PP, y por otra los independentistas.
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Ocultar 1 RespuestasCreo que precisamente la autora del artículo defiende que esa tercera Catalunya que huye de la discrepancia y busca tender puentes empiece a moverse más, a ser más visible, a crear espacios de debate SIN COMPLEJOS, porque no estamos aún muy lejos de un tiempo en que se nos motejaba de "equidistantes" con un tono de menosprecio, desde los dos bandos! Y nosotros en medio! Así empieza a calar un poco, se va imponiendo como urgente la necesidad del seny, del debate sosegado y razonado.
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Lo curioso del tema es que siempre es el mismo mensaje vacío de contenido ¿tejer qué? ¿tejer para qué? ¿acuerdo en qué? ¿dialogar sobre qué? Tal vez estemos ante una situación que no tiene nada que dialogar ni acordar ¿o no?. ¿No será la secesión de Cataluña un tema exclusivamente de fuerza y no de diálogo? ¿Se puede o se debe convencer a un secesionista que no lo sea? ¿Van a dejar de utilizar las instituciones del Estado Español para lograr su objetivo de secesión? ¿Va a dejar el estado Español de utilizar su fuerza para impedir la secesión de Cataluña?
Mientras estaremos a la espera de algunas propuesta concreta por parte de los que hablan de diálogo y redes :)
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«La societat democràtica reconeix el discrepant, no el menysprea ni l'ignora…» Suena eso muy bien en una sociedad en la que todo el mundo tuviera cubiertas sus mínimas necesidades para vivir, sin olvidar también una igualdad de oportunidades para educarse o para acceder a puestos dignos de trabajo.
Por supuesto que las personas deberíamos resolver nuestros conflictos con el máximo respeto mutuo pero en la cuestión catalana parece harto difícil viendo el lenguaje y argumentaciones utilizados por algunos partidos de ambas partes.
Opino que los medios de difusión, que a veces algunos de ellos parecen más de confusión, tienen un principal papel en la cuestión catalana, lo mismo que en el nivel de concienciación de la sociedad sobre los temas políticos; me parece indudable que no tiene que ver la información que sobre un mismo tema aporten los marhuendas o los indas con lo que digan marañas o monges.
Y como en «infoLibre» me parece que informáis bien, creo que sí contribuís a no crispar más el ambiente en Catalunya; por ello, moltes gràcies!, eskerrik asko! Osasuna!
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Ocultar 1 Respuestaswww.infolibre.es ISSN 2445-1592
Entendimiento: hay poca gente por la labor. No digo que no la haya, y seguramente más en la propia Cataluña, que es donde más se sufre la división. Pero, por ejemplo, el único partido refugio de los "equidistantes", los que no vemos la cosa en blanco y negro, que es Podemos, o los Comunes, sufre la erosión. Los demás partidos apuestan por la retórica patriótica y el desprecio del rival, aunque hay que reconocer que no todos con el mismo estilo: en ERC o el PSC se oyen a veces voces razonables y posturas más flexibles. La pena es que se quedan en eso: en opiniones, que nunca se materializan en ningún tipo de acuerdo. Me gustaría creer que es pronto para lograr ese espíritu de pacto, pero más bien creo que es tarde.
La única buena noticia es que para la mayoría de los catalanes la cosa no pasa de la antipatía, ahora más pronunciada, hacia el bando contrario. Pero debemos ser precavidos. La historia nos enseña que estos procesos de quiebra social suelen agudizarse en períodos cortos y se suavizan en periodos muy largos. Así que los que intentan tensionar para sacar rédito político están haciendo un flaco favor a su patria, sea ésta la que sea.
Reconozco que, como no soy catalán ni vivo en Cataluña, hablo de oídas, aunque procuro estar informado de lo que sucede. Lo que sí experimento en vivo es la desafección generalizada hacia Cataluña, que me temo se verá reflejada allí hacia lo español. Afortunadamente, no incluyo a toda la población, pero la eclosión de estos sentimientos, largo tiempo incubados, es desalentadora. No puedo dejar de señalar la incoherencia de que los más partidarios de la unidad de España a toda costa son los más tendentes a denostar lo que se supone que es una región importante de su querida patria. "No es por Cataluña; es por los independentistas" dicen. Pero es fácil comprobar que, al igual que estos, tienden a confundir la parte por el todo.
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