Telepolítica

Nada es más poderoso que una buena historia

El 25 de mayo de 2018, hace justamente un año, Pedro Sánchez anunció algo cuyas consecuencias es probable que nunca llegara a imaginar. Ese día decidió presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy tras hacerse pública la sentencia que oficializaba la implicación directa del PP en la trama de corrupción del caso Gürtel. En ese momento, ni Sánchez ni nadie podía anticipar que doce meses después nos íbamos a encontrar ante el panorama actual.

Este domingo se cierra el ciclo abierto en aquella fecha. Esta nueva convocatoria a las urnas completa la renovación de nuestro modelo político. Lo más llamativo es que hoy en día no seamos capaces de vislumbrar cómo acaba este período. Falta el último episodio y todo puede ocurrir. El lunes sabremos qué pasa con todos los protagonistas de la serie. Nuestro Juego de Tronos nacional termina la temporada. Como es sabido, el pasado domingo se emitió en todo el mundo el capítulo final de Game of Thrones, la serie de televisión más importante de las últimas décadas. Terminaba con un mensaje que daba sentido al desenlace. Uno de los personajes centrales, Tyrion Lannister, para los no iniciados, el más listo de todo el elenco, sentenciaba la clave para decidir quién acaba por detentar el poder: “Nada es más poderoso que tener una buena historia”.

Este domingo por la noche sabremos cuál de las diferentes historias que nos han venido contando nuestros líderes políticos en estos últimos tiempos cobra sentido y cuáles se quedan en nada. Repasemos el arco argumental de los protagonistas de nuestra aventura política hasta ahora:

Pedro Sánchez ha vivido el mejor de los argumentos. Su historia sí que ha resultado ser de película. Hace un año era un político contestado por una parte significativa de su propio partido y con poco reconocimiento público a su labor. Hoy es sin duda la primera figura de la política española. Se ha convertido en líder indiscutible de la izquierda y tiene abierto por delante un período de estabilidad en su papel. El 28 de abril el PSOE ganó la Champions y este fin de semana queda por determinar si hace doblete al ganar las elecciones europeas, convirtiéndose en uno de los principales soportes del grupo socialista en el parlamento europeo. Incluso, hasta cabe la alternativa de que cierre un triplete gobernando la Comunidad de Madrid, por ejemplo. A priori, parece que Pedro Sánchez es el que menos tiene que perder el domingo, salvo alguna sorpresa mayúscula. Su única incógnita es cómo de abrumadora es su victoria en la temporada.

Pablo Casado llega al domingo como el verdugo de la clásica película de Berlanga se dirigía al patíbulo. Su único soporte para no desfallecer es que se cumpla ese viejo axioma de las predicciones: “Aunque no me vaya tan bien como me gusta soñar, espero que tampoco me vaya tan mal como en mis pesadillas”.  Lo preocupante es que la tendencia de los últimos tiempos tiende a acercarse más al escenario más tenebroso que al de la luz y el color. El PP necesita cubrir dos objetivos indudables. Por un lado, ganar alguna plaza simbólica que le sirva de atalaya en la que situarse en el futuro inmediato. Madrid, bien sea el Ayuntamiento o la Comunidad, es la prioridad. En paralelo, la otra gran amenaza es quedar por delante de Ciudadanos en las batallas más significativas. Necesitan parar el sorpasso.

Albert Rivera se presenta ante un delicado test. Su historia de estos últimos meses se ha basado en comportarse como un triunfador que, en realidad, no ha ganado nada. Todo está cimentado en vender una apariencia de victoria que aún no se ha producido. Efectivamente, tal y como suele proclamar, se comporta como si fuera el líder de la oposición. El pequeño detalle que enturbia esa potente imagen es que no lo es. En las generales, Ciudadanos estuvo muy cerca de alcanzar, rebasar y dejar atrás al PP. Aunque insistan en que ya lo hicieron, no es cierto. Pero el domingo se les reabre la oportunidad. Si los de Rivera consiguen hacer alcaldesa a Begoña Villacís o presidente de la Comunidad de Madrid a Ignacio Aguado habremos aprendido una lección de comunicación política. Si quieres que algo se haga real, antes de nada, aparenta que ya lo es. Puede ayudar a conseguirlo.

Pablo Iglesias tiene una muy incómoda coyuntura. La mayor habilidad de UP en esta campaña ha sido desligarse de ella. En realidad, han centrado el objetivo de toda su actividad en hablar de su posible implicación en el gobierno de la nación. Los medios se lo han comprado, lo que supone un gran acierto estratégico. A Unidas Podemos este domingo es imposible que le vaya bien. No tiene absolutamente nada que ganar. Su única aspiración es que, si sale mal la operación que Carmena y Errejón han montado, puedan sacar la bandera de que su fuga ha sido un error. Si la actual alcaldesa de Madrid revalida victoria o Íñigo Errejón se convierte en el principal apoyo de un posible gobierno Gabilondo, el papel de Iglesias se va a complicar. Además, juega con la amenaza de que el otro símbolo por excelencia de su plataforma, la alcaldía de Barcelona, también se pierda. A diferencia de otras oportunidades, el problema que tiene UP este domingo es que depende más de lo que consigan otros que de lo que ellos puedan realmente hacer.

Santiago Abascal y Vox van a medir la eficacia de su nueva estrategia. El 28 de abril descubrieron que en España un partido de ultraderecha dedicado a vender que vive al margen de los grandes medios de comunicación tiene un techo. Y ese techo no es tan alto como imaginaban. Así que, en estas semanas, se han dedicado a aparecer en cuantos medios han podido sin plantear problema alguno. Además, han intentado insistir en que no son la ultraderecha sino un partido con espíritu de trasversalidad. El domingo veremos si alguien se lo ha creído.

A partir de la semana que viene, ninguno de los líderes políticos españoles va a ser el mismo que es hoy. Estas elecciones tienen la trascendencia de marcar un final de ciclo que inevitablemente termina con una reconformación del territorio de la política en España. La historia de cada uno de ellos está más que contada. El lunes sabremos cuál era la mejor.

Más sobre este tema
stats